𝗔𝗻𝘁𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲𝗮 𝘁𝗮𝗿𝗱𝗲 || Spreen ✓

002

Iván

Ni siquiera me acuerdo como llegué a mi casa, cualquier recuerdo sobre la noche del ayer era totalmente borroso.

Me había dormido en el sillón, totalmente incómodo y ni siquiera me había cambiado la ropa con la que había ido al boliche.

Cuando me levanté mis compañeros de casa estaban en la mesa desayunando, les dí los buenos días y me senté con ellos.

—Amigo, tenemos que hablar con vos–.

Me resultó raro y me dió hasta un poco de miedo que estén hablando tan seriamente y no boludeando, así que contesté con lo primero que se me vino a la cabeza.

—Que pasó pajero?–.

—Bueno amigo, no sabemos cómo decirte esto. Pero ayer cuando salimos, pasó algo–. Empezó el rubio. —Ayer cuando salimos, en un momento dijiste que ibas al baño y te perdimos. Te empezamos a buscar por todo el lugar pero posta, no te encontrábamos. Cuando te encontramos, te encontramos con una chica–.

—Con una chica?–. Interrumpí —No me jodan chicos, díganme por favor que no le hice nada malo a una mina–.

—No le hiciste nada malo amigo. Pero cuando te encontramos estabas literalmente dormido encima de ella. La estabas rodeando con los brazos por el cuello y estabas colgado a ella, dormido–. Contestó el morocho explicando.

—Nos contó que te pusiste a llorar. Ahora que me doy cuenta, no nos dijo muy bien porque llorabas. Pero el caso es que ella te logró calmar, te logró calmar tanto que te dormiste Iván. Nunca nadie había conseguido esto, ni nosotros–.

—Por eso necesitábamos contarte esto. Necesitamos saber que querés hacer con esta información. Tenemos su número, se lo pedimos, se llama Alya. Es re buena onda así que no se amigo. Nosotros hacemos lo que vos decidas, pero teníamos que contártelo–.

Los recuerdos llegaron a mi cabeza como un balde de agua fría, sentí se me pasó la resaca de un cachetazo.

"—Hola, disculpame, estas bien?–.

—Hace mucho que no sé lo que es estar bien–.

—Querés hablar de eso? Podes hablar conmigo si lo necesitás–.

—Ni siquiera te conozco–.

—Me llamo Alya. Y estoy dispuesta a escucharte si querés hablar–.

—A ver Alya, nada de lo que puedas decirme o hacer va a ayudarme, yo ya estoy hundido–.

—Como te llamas?–.

—No te interesa–.

—Como te llamas?–.

—Me llamo Iván–.

—Iván, estás solo?–.

—No, vine con dos amigos, pero los perdí–.

—Iván, necesitas ayuda?–.

Ahí fue cuando empecé a llorar

—Iván, mírame por favor, intenta tranquilizarte, decime que pasa–.

—Si la necesito. Ayudame, ayudame por favor, no puedo más–.

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—Yo me acuerdo de lo que pasó ayer, me fui acordando mientras ustedes me contaban de hecho. Pero yo no quiero arrastrar más gente a éste problema, no quiero que más gente se hunda conmigo.
Esa chica me calmó, si, ponele. Porque con el alcohol que tenía encima seguro me dormí del cansancio. Así que les pido por favor que no me la nombren más–.

—Vos sabés que nosotros no nos "hundimos" con vos, y que no nos arrastrás a ningún problema. Nosotros te amamos y tratamos de rescatarte de ese problema juntos porque somos tus amigos y queremos verte bien. Está bien hermano, si no querés que te la nombremos más está bien, lo respetamos–. Dijo el rubio

—Por las dudas, yo te dejo esto acá. Es un papel con el número de Alya, vos decidís que hacer con el–. Lo tomé en la mano, mirándolo.

—Sos mayor de edad amigo, nosotros no podemos hacer ni obligarte a nada. Pero pensalo, porque a veces hace bien traer a gente nueva a nuestra vida–.

—Perdónenme pero me tengo que ir, tengo domingo familiar. Asado en lo de mi tío–. Nos saludó el rubio a los dos.
—Los quiero si? nos vemos después–.

El rubio salió y solo quedamos Carre y yo.

—Te amo amigo, te amo como amo a nadie y me rompe el corazón verte así. Pensá en lo de esta mina, no te digo que sea tu mejor amiga, pero ella hace algo que te calma. No me digas que no porque no fue el alcohol, miles de veces te pusiste en pedo y jamás te hemos podido calmar cuando estabas mal. Sos mi mejor amigo y mi hermano, voy a estar con vos hasta el fin de los fines–. Se le rompió la voz y quebró en llanto.

—Te amo, te amo Carre. Gracias por todo–. Lo abracé fuerte, aguantando las ganas de llorar.

—Voy a mi cuarto pero ya sabés, cualquier cosa me escribís si? y dejá las persianas levantadas, que entre un poco de luz–.

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Carrera

Salí de nuestro living después de la charla con Iván y miré el celular que había dejado cargando en el cuarto. Tenía una notificación de un número desconocido, decidí abrirla.

Parecía un chiste como me había escrito en el momento justo. Le contesté al instante.

Llamé a Alya y conecté los auriculares al celular para poder hablar. Hablamos de distintas cosas sobre Iván, Alya preguntaba y yo respondía. Pero había una cosa que Alya se negaba completamente a decirme.

Y eso era lo que había hablado con Iván.

Que le había dicho él para terminar teniendo un ataque.

Se negaba diciéndome que era algo que solo Iván y ella tenían que saber, ya que Iván había puesto su confianza contándole eso por más que no estaba del todo cuerdo. Alya no pensaba abrir la boca.

—Está bien, no me digas. El punto es, que hiciste para calmarlo? Como hiciste?–.

—Realmente no hice nada, no sé cómo lo hice. Simplemente lo acompañé en el momento, diciéndole que todo iba a pasar y que no estaba solo–. Contestó la morocha

—Sólo eso?–.

—Sólo eso–. Respondió

—Es algo que haces vos entonces, porque cuando lo hacemos nosotros no se calma así. Eso me asusta, me asusta que no podamos calmarlo sin vos–.

—Si necesitan ayuda llámenme Rodri, no importa que hora sea. Desde el boliche quedé angustiada y siento la necesidad de ayudarlo. Si yo puedo ayudarlo a calmarse por más que sean las cuatro de la mañana, llamen sin miedo–.

—Gracias Alya, en serio. Gracias por ayudar a mi amigo, no sabes lo que me lastima verlo mal–.

—No es nada Rodri. Quedamos así entonces. Si me necesitan, llámenme–.

—Sisi, chau Alya, mil gracias, nos vemos–.

—Chauchis–. Se despidió

La llamada finalizó y yo estaba cansado pero pensando en Iván y en ayudarlo. Voy a estar con vos hasta el fin de los fines hermano, vas a sanar.

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QUE LES VA PARECIENDO