⸺𝗘𝗡 𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘; Iván esta en el peor momento de su vida,siente que acaba de tocar el fondo y que ya no hay nada que pueda hacer. Decide salir una última vez con sus amigos.
⸺𝗢 𝗘𝗡 𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘; Alya sale de joda como cualquier otro sábado y se enc...
Me levanté por la alarma de Alya indicándome que eran las once. Zafándome de la cómoda pose, la levanté.
—Alya, levantate–. Le dije tocándole el hombro lentamente.
—No quiero ir a la facultad–. Me contestó dándose vuelta para que la deje dormir.
—No seas boba, tenés que ir. Te van a poner una falta que capaz después necesitás–. Me reí
—Cinco minutos más–.
—Dale Alya, levantate, vas a llegar tarde–.
—Sos re malo, no me dejás dormir–.
—Dale vamos, yo te acompaño hasta allá–.
Con cansancio la morocha abrió los ojos.
—Se dice buen día de vuelta?–. Pregunté
—No sé pero por las dudas, buen día–. Nos reímos.
—Dale, preparate y agarrá tus cosas. Al que madruga Dios lo ayuda–. Le dije citando lo que me había dicho hace un rato.
—Estás seguro que me querés acompañar? No querés ir para tu casa? Es acá a unas cuadras nomás–.
—Es lo mínimo que puedo hacer después de todo que lo que estás haciendo por mí–. Confesó —Y como es acá a unas cuadras, no me voy a arriesgar a que te pase cualquier cosa. Te acompaño, en serio–.
Alya se cambió de ropa poniéndose un top manga corta color crema y un short de jean debido al calor que hacía. Se maquilló sutilmente con corrector y rimmel y se peinó haciéndose una colita de pelo.
Salimos del departamento y Alya cerró con llave para después guardarla en su mochila. Subimos al ascensor y habló.
—Es la primera vez que alguien me acompaña a la facultad–. Dijo a la ligera
—No está bueno que vayas sola a la facultad, encima salís tarde y en invierno a esa hora ya es de noche–.
—Pero estamos en verano–.
—No importa, te pueden pasar cosas igual–.
—Tengo un miedo, nunca estudié tanto para un parcial. Si me va mal me muero–. Dijo nerviosa.
—No te tortures, te va a ir bien. Aparte vos lo dijiste, estudiaste una bocha. Y si te va mal, bueno, es una nota. Sabes que la podés volver a cursar cuando quieras–.
Me miró asintiendo y suspirando, tratando de darse confianza.
Las puertas del ascensor se abrieron y abrimos la principal, saliendo a la calle y caminando las siete cuadras que nos separaban de la facultad. Hablamos de diversas cosas en el camino hasta que llegamos.
No me había quedado del todo conforme respecto a lo que le había dicho sobre el parcial, así que decidí mandarle otro mensaje.
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Camino a casa pensé en si tendría que dejar que Alya entre en mi vida. Una parte de mí sabía que ya estaba entrando, la pregunta era si la alejaba o no.
No quería que sea otra ocasión en la cual dejo entrar a alguien a mi vida y desaparece de la nada. Sin embargo no tenía la sensación de que algo así podía pasar con Alya, que realmente tenía intenciones de llevarse bien conmigo.
Llegue a la conclusión de que necesitaba hablarlo con alguien, así que mande mensaje al grupo con Carre y Ross
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Caminé las cuadras que me separaban de mi casa y al abrir la puerta, mis amigos me estaban esperando con mate y galletitas.
—Chismecito?–. Preguntó Carre cebándose un mate
—Algo así, tiene que ver con Alya–. Respondí
—Que paso con ella, está todo bien?–. Dijo el rubio
—La verdad es que me asusta un montón. Hoy ella quería hablar conmigo de algo y me pidió si podía ir a su departamento–. Tomé el mate. —Hablamos de algo personal de ella y me pegó tan fuerte lo que dijo que me agarró un ataque de ansiedad. Ella al toque nos acostó en el sillón como en el boliche pero yo no me podía calmar, entonces me agarró de las manos e hicimos ejercicios de respiración y toda la bola. Una vez que estuve más tranquilo me pidió que le vaya diciendo cosas que podía ver, tocar, oler y sentir. Cuando terminé de nombrarle eso ya estaba más tranquilo y tenía un sueño terrible–. Respiré y seguí.— Me estaba quedando dormido ahí nomas y ella también porque ninguno había dormido nada. Arrancamos a bostezar y nos quedamos dormidos en la misma pose que en el boliche–.
—Anotadísimo para cuando te pase acá en casa–. Dijo Carre, anotando con una libreta imaginaria.
—No se que hacer, yo siento que la mina no tiene malas intenciones. Pero tampoco quiero dejarla entrar a mi vida, tomarle ese cariño y que después se vaya todo a la mierda. Yo nunca sentí cariño por nadie más que no sean ustedes dos o mi hermana–.
—Nosotros hablamos de Alya y la verdad es que los dos pensamos que es una piba re copada. Dale la oportunidad de que se conozcan, abrite con ella y sobre todo dejate ayudar, se nota que no tiene malas intenciones–.
—Y qué hago? Le digo todo esto que hablé con ustedes o me callo la boca y sigo probando?–.
—Para mí decile amigo, en esa charla aprovechá para hablar bastante y conocerla, a ver si te gusta como amiga o no–. Me dijo Carre.
—Bueno ya fue, si sale mal no confío nunca más en nadie. Me levantan tipo 4? estoy hecho mierda–.
—Dale pichón, buena siesta–. Me contestó Ross, terminando la conversación