Capitulo 07: Castigo

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Cuando salió de la oficina de su superior fue directo al baño donde se encerró para poder calmarse. Aunque tenía las lágrimas ya listas para salir en sus ojos, por alguna razón estas no brotaron así que para quitarse esa cara de cachorrito herido abrió el grifo del lavabo, coloco sus dos manos bajo el chorro de agua y se inclinó para mojarse y después tallarse la cara. Noto que su cuerpo comenzaba a temblar, eran sus sentimientos que al no poder salir en forma de lágrimas se manifestaban de otra manera.

Le tomo varios minutos recomponerse lo suficiente como para poder salir y soportar las miradas juzgonas de sus compañeros de trabajo. De por sí la gran mayoría no la tragaba pensando que estaba ahí por nepotismo puro y duro. ¿Era tan grave haber escogido la misma profesión de su tía?

Logro terminar su turno sin derrumbarse, ese día le dieron puras tareas de escritorio, algo le decía que así sería por bastante tiempo. En su hora de almuerzo salió del edificio, eso sí, no sin llamar la atención de Camille que la miraba desde su oficina. Tenía a su favor que tenía que preparar una rueda de prensa y no podía estar tan encima de ella como quería.

Fue a la morgue, no tenía hambre. Al ser oficial no tenía que dar explicaciones del porque estaba ahí pero como no era de un rango superior no tenía permitido entrar a ciertas áreas, lo que si tenía era amistades de la academia y el don de endulzar oídos para obtener lo que deseaba.

-Por favor Cait, no me pidas esto...- murmuro nerviosa la chica de cabellos rubios oscuros, desde que había visto a la morena en las instalaciones sabía que era para pedirle algo que la pusiera en aprietos –Si te ven y se enteran de que yo te deje entrar podrían darme de baja inmediatamente. - no quiso agregar que la policía no tenía nada que perder, dudaba que la corrieran por sus influencias porque sabía que, aunque era verdad, era un tema que ponía de muy mal humor a su amiga.

-Oriana por favor...- junto sus manos a manera de súplica y sus ojos azules la miraron con una determinación que le decía que no se iba ir de ahí hasta que le permitiera entrar –Sabes que no te lo pediría a menos que fuera necesario, además todos están en su hora de comida, será sólo un momento. Necesito verla. –

- ¿Para qué? ¡Ya te di copia de los resultados de la autopsia! Además, sus familiares no tardan en llegar a reclamar el cuerpo. – intentaba no mirar a Caitlyn, pero esta se las arreglaba para ponerse justo enfrente de sus ojos donde sea que los pusiera.

-Precisamente por eso deberías dejarme pasar ya, no hay tiempo que perder. - la mujer de rasgos asiáticos tomo a su ex compañera de academia y amiga de los hombros –Es importante para mi.- hizo una pausa, no tenía muchas ganas de hablar de ello pero temía no hacerlo y que Oriana no le dejará pasar al área donde estaban las planchas. –El día en que desapareció su madre fue a la estación de policía, estaba desesperada Oriana... y yo me hice una promesa, quería encontrarla con vida y aunque descubrí algunas cosas la realidad es que no pude hacer nada. Y yo...- la voz comenzaba a quebrársele.

-Está bien. - la interrumpió Oriana, suspirando. Entendía a donde quería llegar Caitlyn y aunque no estaba muy segura de su final decisión la guio hasta el cuarto donde tenían los cuerpos en refrigeración. El lugar era blanco en su totalidad con una que otra mesa de trabajo, por fortuna ahora mismo no se encontraba ningún cuerpo en el que estuvieran trabajando.

En una de las paredes del fondo se encontraban pequeñas puertas a forma de escotilla distribuidas en filas y columnas ordenadamente. Oriana se acercó a una de estas escotillas, la abrió con cierta dificultad y al hacerlo jaló la plancha metálica en la que descansaba un cuerpo cubierto hasta la cabeza por una sabana que era tan blanca como el resto del cuarto.

-Solo cinco minutos. Necesito prepararla para su traslado y si quieres un consejo, por tu bien no le quites la sabana. –

-Gracias. – dijo en un susurro la chica quien enseguida se quedó sola en el lugar.

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