Capítulo 14: Confrontación

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Ha pasado un largo tiempo...
No tengo escusas. Este fic es así, a veces tengo inspiración y a veces no. De todas formas quiero agradecer a todo aquel que ha esperado pacientemente a los 1000 hits que tiene este trabajo.
No se preocupen, no planeo dropearlo o algo por el estilo sólo es de tenerme fe.
Dedicado a Sp4wwn, que dice que es su novela y me ha apoyado mucho.
Perdonen los errores, este no lo pase a mi beta :P

Capítulo 14: Confrontación

Ya había terminado de peinar su cabello negro, bien relamido hacía atrás haciendo lucir ese mechón de canas, la prueba de su experiencia en este mundo, así que dejo el peine sobre la mesita de noche que se encontraba a un lado de la cama y saco un pequeño perfume del interior para lanzarse un par de ráfagas antes de volver a guardarlo, a unos pasos de donde estaba sentada Camille. Renata hizo una pequeña sonrisa forzada, soltó el aire por la nariz mientras regresaba sobre sus pasos para volver a estar frente a la piltilla- que la miraba con esa acostumbrada ausencia de expresión en aquel lindo rostro. Alzó su mano de carne para tomarla de la barbilla, alzándole la cabeza un poco para que esos ojos celestes se cruzaran con los violetas suyos. Su dedo pulgar paseo por el delgado labio interior de esta, acariciándole con cierta presión, pero no la suficiente como para que fuera incómodo. La pequeña sonrisa se mantuvo, pero su mirada se endureció poco a poco, era obvio que no le había gustado como se había referido a Jinx y Vi.

-Te he consentido muchísimo, querida. – su cuerpo se inclinó lo suficiente como para que sus narices estuvieran a punto de rosarse, el aroma de la zaunita comenzó a desplegarse lentamente por toda la habitación –Tanto que crees que aún después de todo lo que me has hecho puedes venir a mi casa, hacer un alboroto e incluso hablar mal de mis niñas sin alguna consecuencia. – sus feromonas comenzaron a anunciar un poco de agresividad. Pudo ver como a pesar del aparente gesto estoico de Camille sus ojos temblaron con algo de miedo, pero no el suficiente para hacer que retrocediera. Se miraron por largos minutos, en silencio y con el ceño fruncido, como si aquello fuera un juego de miradas que ninguna de las dos quisiera perder. –Lo peor de todo es que tienes razón, malcriada. –

Corto la distancia que había entre las dos para poder unir sus labios con los de ella, no hubo ninguna clase de resistencia, es más, Camille participo activamente en aquel beso, haciendo danzar sus labios con los de Renata. Ambas sintieron esa ya conocida descarga eléctrica y gruñeron con necesidad, eran dos Alfas que se habían necesitado mucho en los últimos días. La mano que sostenía el rostro de la capitana se movió, acariciando con su dorso el largo cuello de la blanca mujer, tomando el camino hasta su nuca para intensificar aquel beso, dando como siempre a entender que ella mandaba y sólo se separarían hasta que estuviera completamente satisfecha.

Eso no fue precisamente pronto, pero cuando paso fue únicamente porque las dos necesitaban un poco de aire.

Renata estaba segura de que ella era la única que tenía el privilegio de ver a Camille así, con los labios hinchados, rojos y separados buscando un poco de aire, los ojos acuosos, entrecerrados y cálidos, junto a un leve sonrojo en sus mejillas. En días como este su pesimismo se esfumaba, pensaba que de verdad ella era la única capaz de derretir el tempano de hielo que actuaba como su defensa.

- ¿Vas a decirme a que viniste? – rompió el silencio Renata, mirando directamente a esos ojos derretidos que no le apartaban la mirada.

-Información. – la respuesta es escueta, se notaba que la mujer no quería hablar, que sólo quería estar ahí admirando a la mujer de su vida, a esa que había abandonado.

-Ya te dije todo lo que sé. –

Otro silencio largo, Camille sabía que tenía que retirarse, pero no quería. Renata tenía razón en llamarla malcriada porque deseaba todos los beneficios que obtenía de estar a su lado sin la peligrosidad que eso hacía en su estatus. Era egoísta, lo sabía, pero no podía entender porque la baronesa no trataba de comprender su posición. Su privilegio le hacía casi inmune a la empatía, incluso si se trataba de la mujer a la que supuestamente amaba.

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2023 ⏰

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