Capítulo 13: Desahogo

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-Buenas tardes ¿Cuál va ser su orden señoritas? – la camarera del lugar se dirigió a las dos señoritas, las cuales estaban sentadas en una mesa para dos pegada al escaparate de la cafetería, contando así con una vista a la calle. Cada una hizo su pedido después de devolver el saludo como correspondía y ella tomo atentamente las notas que necesitaba para recordar la orden –En seguida les traigo su orden. - dijo la mujer al despedirse con una amable sonrisa.

Cuando la camarera se fue, pareció llevarse la luz y alegría del lugar consigo. El rostro de Caitlyn lucía demacrado, entre las ojeras que se le habían formado por el mal dormir y la mirada cargada de culpa por lo que había pasado le daban un aspecto acabado, pero sumamente triste. Fue por esto que Oriana había aceptado tomar un café con ella en cuanto terminaran sus labores, cuando se le acerco en horas laborales para invitarla parecía una muerta viviente y le preocupo mucho, los cambios que estaba presentando no consideraban que fueran normales en ella, era como si alguien o algo en específico estuviera robándole la alegría y de paso la vida.

- ¿Haz descubierto algo importante? – preguntó la rubia, terminando de acomodar su abrigo en el respaldo de la silla que había elegido. Sinceramente no sabía cómo iniciar la conversación, no quería preguntarle directamente que le pasaba porque no quería presionarla así que decidió empezar por algo que sabía le apasionaba: sus investigaciones.

La oficial, que tenía la vista puesta en sus manos, que a su vez estaban unidas sobre la mesa salió de su introspección.

-No...- contesto en un susurro airoso –Bueno, perdón, sí...- una suave sonrisa apareció en su rostro, no es que estuviera ocultándole cosas a su mejor amiga, es que estaba tan inmersa en si misma que había contestado lo primero que se le vino a la mente –Quisiera contarte a detalle, pero...-

- ¡Oh no!¡No me cuentes! - se apresuró a interrumpir la forense, dándole unas suaves palmadas a las manos de Caitlyn. Normalmente cuando su amiga se interesaba en un caso, ella lo hacía de igual manera e intercambiando conocimientos que cada una tenía formaban teorías a sabiendas de que por sus rangos bajos en la corporación no tenían quien las escuchara como se debía. Pero esta vez, por más que quisiera ayudarla con el caso prefería no tener información alguna que Camille pudiera sacarle. Se sentía como una basura por haber vendido a su amiga frente a la capitana y sabía que en caso de que volviera a interrogarla de la misma manera ella no tendría la fuerza suficiente para guardar silencio. –Quiero decir...- se acomodó en su asiento -...esta es una investigación muy importante y creo que entre menos personas sepan de ella es mejor. No es un robo o un asesinato simple, estamos hablando de un probable asesino serial y creo que es mejor que trates tu información con confidencialidad. -

En ese momento la camarera llego con una parte del pedido de las chicas, café para Oriana y te para Caitlyn. Así como llego, se retiró.

-De todas formas no te pedí venir para hablar del caso.-Tomo la taza que contenía su té humeante, observo su reflejo en el líquido claro al tiempo que asentía, Oriana tenía razón, después de todo lo último que había descubierto era importante y delicado a la vez, pues significaba que el probable asesino de Zeri y las demás era de Piltover y si había cubierto tan bien sus huellas al punto de abusar de un sistema corrupto, seguramente era alguien poderoso que no se tentaría la mano en acabar con personas que supieran más de lo que deberían.

Eso tomando en cuenta de que el testimonio de Jinx fuera verdad, durante su jornada laboral los recuerdos de lo que había pasado con la menor fueron haciéndose más nítidos y de a poco, las cosas que le había dicho la alfa fueron tomando forma hasta que se dio cuenta de que esa adolescente la odiaba por una razón que ella no alcanzaba a comprender, y que a la vez le entristecía muchísimo porque era la hermana de Vi, había querido llevarse bien con ella porque siempre había deseado una hermana pequeña, porque si se ponía a pensar en el futuro sería como su hermana pequeña y ella pensó de verdad, por cómo habían resultado las cosas al conocerse, que podían ser como una familia las tres juntas. No se podía confiar al cien por ciento de lo que Jinx le había dicho, pero era lo único a lo que se aferraba para no caer en la desesperación de que todo lo que hacía terminaba saliéndole mal.

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