Tener que soportar esa inquietante sensación que le provocaba la fricción de sus ajenos ojos ponía a su madre pensativa y ciertamente triste por verlo tener que soportarlo. Ver a su hijo con la carita intranquila parpadeando simultáneamente a causa del dolor en sus ojos era devastador.
—Mi amor, sabes que no debes torturarte con toda esa molestia y menos por tantas horas dentro de la Universidad —comentó su madre preocupada sin dejar de mirarlo, pues la noche anterior cuando pasaba por su habitación le había escuchado quejarse diversas veces y maldecir a ese par de pupilentes.
El menor sonrió —Estaré bien mamá, no te preocupes ¿Sí? Rápido me acostumbraré a la sensación —respondió recibiendo una sonrisa de parte de su madre para así levantarse a dejar el plato en el fregadero—, debo irme —comentó cepillando con rapidez sus dientes, porque sí, mantenía un par de cepillos dentales a la mano para no tener que echar el tour de Francia para hacerlo.
Su padre se levantó para acompañarlo a la puerta. Veía a su hijo salir con una linda sonrisa a la par de acomodar su mochila negra al hombro —Me llamas si necesitas algo ¿De acuerdo? —dijo mostrándole seguridad a su hijo mientras ambos terminaban de salir del lugar— a la hora que sea iré corriendo a tu salvación —una risa de ambos se hizo escuchar a oídos de Ha-neul haciéndola sonreír desde la sala.
Hace ya bastante tiempo que no apreciaba la risa de su adorado hijo.
—Por supuesto, cualquier cosa que me moleste te hablaré para que vayas por mi corriendo —ambos volvieron a reír porque sabía que su hijo estaba bromeando. Por dentro estaba tranquilo al ver la pequeña seguridad que posee al mantener sus ojos cubiertos; es un alivio para él.
Con una sonrisa más el menor comenzó su camino hacia la universidad: solo era de tomar un autobús de al menos quince minutos para llegar ya que caminando serían los cuarenta exactamente. Al llegar a la parada del autobús notó a dos chicos y una chica con el uniforme de la que ahora es su universidad, sonrió internamente al ver como estos se mantenían en su mundo sin prestarle una mínima pizca de atención. Pero, sin que el menor se percatara de ello la joven le miró unos segundos; ella era rubia y de tes blanca que a simple vista se veía simpática aun manteniendo sus lentes café oscuros sobre sus ojos. El contrario sintió que le veían y al girar su rostro la joven simplemente le sonrió amablemente atrapada mirándolo pero siendo correspondida de inmediato.
—Hola —la joven se animó a saludar al ser descubierta observando a aquel chico de cara nueva.
—Hola —respondió armado de valor para que su nerviosismo por conocer personas nuevas no le impidiera hacerlo.
La rubia se levantó de su lugar mientras acomodaba su falda delicadamente y dio un par de pasos hasta estar al lado del menor —Eres nuevo por aquí ¿Verdad? —preguntó manteniendo la vista al frente sin dirigirle la mirada quedándose únicamente a su lado.
Este asintió de igual manera sin mirarle y solo mirar a lo lejos como el autobús hacía la parada para que una pequeña multitud subiera —Sí, no tengo nada que llegué junto a mi familia a la ciudad —confesó amablemente pues la joven se veía amable.
—¿Vas a la Universidad Nacional? —en esta ocasión ella giró su rostro solo para ver cómo Jungkook asentía despacio en afirmación—, eso es estupendo. Hacia allá me dirijo también —confesó sonriente señalando con su dedo la insignia en su uniforme.
El contrario sonrió —¿En qué grado vas? —se animó a preguntar al verla tan animada.
—Tercer semestre de diseño gráfico —las cejas del pelinegro se alzaron un poco, la joven a su lado está en el mismo semestre y carrera a la cual justo aplicó—, por tu rostro de sorpresa supongo que entraras donde mismo —ambos rieron al Jungkook sentir.

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« Look at me » KookTae | Mírame ©
Fantasy𝐃𝐨𝐧𝐝𝐞 | Jeon Jung Kook ha nacido con algo muy especial que pocas personas lograban hacerlo; el cambio de color de sus ojos. El humor, sus emociones y sentimientos eran descubiertos por aquellos hermosos ojos que con tan solo segundos estos se i...