Chapter XIII. Ahora me toca protegerte a ti.

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Jeon Jungkook era considerado como un chico dulce y amable con todos a pesar de su triste y oscuro pasado, él no podía dejar que las personas sufrieran si él podía hacer algo para luchar contra eso. Ahora, su bonito amigo estaba pasando por una terrible situación logrando que sus pensamientos y recuerdos pasan a segundo plano con tal de saber cómo estaba y qué haría para ayudarlo mediante su protección.

Esa tarde ha recibido un mensaje en el grupo de sus amigos: "Chicos, vengan a mi casa en treinta minutos por favor. Quiero ver una película y comer palomitas de maíz" Los tres jóvenes sonrieron ante sus pantallas mirando con ternura esos dos stickers de gatitos suplicando que fueran a pasar el rato con él. Para dos de ellos era emocionante pasar el tiempo con su amigo después de no verlo ni saber de él durante todas esas largas horas, aunque Jungkook era el único que sabía al respecto de la situación y con más ganas necesitaba ir a verlo dejando al lado la situación propia. Miró el reloj apreciando que faltaban quince para las cuatro de la tarde y justo terminaba de comer al par de su madre la cual lo miraba con las cejas fruncidas a su hijo que hace más de cinco minutos miraba su teléfono celular.

—¿Sucedió algo? —preguntó Han-neul bebiendo el resto de su té.

Jungkook dejó su teléfono en la mesa y sin dejar de sonreír miró a su madre —Voy a salir mamá, iré a con Taehyung a ver una película —su madre lo miró sonriendo, pero rápido rectificó sus pensamientos— también irán los chicos, no pienses nada extraño —ambos rieron para así Jungkook levantarse y tomar los platos sucios y lavarlos en el fregadero a la vista de su madre.

—¿Hablarán sobre lo que pasó? —los ojos de su hijo cambiaron a morado malva volviendo estar intranquilo ante esa situación. Han-neul miró sus ojos brillantes cuando la volteó a ver, no mantenía pupilentes ni esos lentes oscuros que su madre los podía ver con claridad. —Hijo, Taehyung se quedó muy triste en ese momento, es tu decisión, pero se ve que le importas mucho a ese jovencito —confesó mirando a los ojos a su hijo. Estos ya por fin habían dejado de cambiar de un color a otro y volvían a su total normalidad cambiando exclusivamente cuando era necesario y lo ameritaba sus sentimientos y emociones, por lo que verlo que ahora con color manzana, le hacía saber lo tan importante que era

Taehyung para él.

—Solo me da un poquitín de miedo de lo que pueda decirme —su madre sonrió al ver la seña que ha formado con sus dedos demostrando "el poquitín" de lo que se refería— ahorita lo que me importa es saber cómo está —las cejas fruncidas de su adorada madre le hicieron recordar que ella no está al tanto de la situación de Taehyung.

—¿Sucede algo con él? —preguntó finalmente.

Jungkook suspiró negando —Ha tenido unos pequeños problemas, pero después te contaré ¿De acuerdo? —sonrió al verla asentir, se acercó a ella y depositó un tierno beso en su frente— iré a quitar mi uniforme para ir —Han-neul sonrió dándole una pequeña palmada en su espalda para que se apresurara a hacer aquello.

Al estar en su habitación veía el par de prendas sobre su cama, un pantalón de mezclilla blanco y playera azul cielo; colores muy claros para su gusto, pero algo diferente no hacía daño. Se las puso y en menos de quince minutos ya estaba atando las agujetas de sus tenis y colocando un poco de loción, al verse al espejo ya totalmente listo suspiró mirando sus lindos ojos un color verde manzana por el nerviosismo que le ocasiona ver a Taehyung una vez más, pero en esta ocasión el jovencito ya sabía de sus ojos cambiantes; acomodó un par de mechones del cabello rebeldes para tomar sus anteojos oscuros y colocarlos con suma lentitud. Sus ojos permanecían sensibles desde el nuevo color que meter esos pupilentes ocasiona daños tal como en la mañana, suspiró por segunda ocasión tomando sus llaves, cartera y celular para bajar rápido las escaleras.

« Look at me » KookTae | Mírame ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora