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—Mi príncipe.—Semsperi besó las mejillas de su hijo.—¿Como han estado tus clases?

—He aprendido mucho de nuestra dinastía.—Aseguró.

Hasan "El heredero" había llegado al palacio hace cinco años exactos, a pesar de su corta edad ya era el ejemplo a seguir de su hermano Selim quien intentaba copiarlo en cada aspecto.

—Mahmud.—Una criada ingresó a sus aposentos con el hijo menor entre sus brazos.—¿La nodriza lo alimentó bien?

—Si mi sultana, el príncipe paró de llorar en cuanto sació su hambre.—Nurten Hatun se había convertido en su criada más leal.—Sultana... Quisiera hablar con usted a solas.

—¡Yasemin Hatun!—Pidió la presencia de la muchacha.—Haz dormir a Mahmud, luego lleva a Hasan y Selim al jardín.

La muchacha la reverenció antes de cumplir su orden mientras sultana y criada se acercaban a charlar.

—¿Quien es esa mujer?—Habló molesta, sabía que la madre sultana había preparado a otra para el sultán.

—Su nombre es Sanavber, ayer encanto al sultán y hoy pasarán la noche.

—Sanavber...—Murmuró.

—¿Hará algo al respecto?

—Déjalo, mañana será jueves.—Se levantó del diván dispuesta a caminar por el palacio.—Yo me encargaré de esa mujer.

Al caer la noche del jueves Semsperi ya había lavado cada parte de su cuerpo, se perfumó y arregló usando sus joyas más costosas con las sedas más suaves que alguna vez entraron al palacio, aquella mujer tenía una gran belleza pues su juventud la hacía resplandecer entre las demás.

—La acompañaremos por el camino dorado.—Yasemin Hatun habló.

—No iré a los aposentos del sultán.—Habló mientras comía una uva.—Si me quiere ver, tendrá que venir el mismo.

Yasemin y Nurten se miraron entre sí extrañadas de la respuesta de la sultana.

—Escúchenme y sigan mis órdenes, esta noche esa mujer se marchará.

Sultana y criadas hicieron el plan perfecto para deshacerse de ella, supieron que debían empezar cuando las puertas fueron abiertas con brusquedad.

—Fuera.—Murad gruñó.

Ella les dio una última mirada haciendo que abandonaran la habitación quedando solos.

—No haz ido a mis aposentos.—Habló con obviedad.

—Hmm... Pensé que estaría muy ocupado con su nueva favorita.—Le dio la espalda mostrando su enojo.

Murad se acercó, sujetó su cintura pegando su cuerpo a la espalda de su esposa.

—¿Estas celosa?—Se burló en su oído haciendo que el cuerpo de la fémina se estremeciera.

—Esa mujer no me llega ni a los talones, no entiendo como haz preferido su compañía.—Habló con su mismo tono sintiendo como a pesar del ropaje sentía claramente el tacto del hombre.

—Es mi deber tener herederos, ampliar mi dinastía.

Semsperi se volteó con una sonrisa, a pasos ligeros le llevó a la cama sentándolo en ella.

—¿No tiene ya suficientes príncipes?—Sonrió mientras arreglaba su vestido para tener la comodidad de sentarse en sus piernas colocándolas a cada lado de su cuerpo.—Tus otras mujeres no me importan, mientras yo sea la única en tu corazón.

Murad no la hizo esperar más al jugar sus labios, los dedos de su mujer se enredaron en su rubio cabello mientras los suyos se deslizaban al rededor de su cintura esculpiendola.

—Te amo, Semsperi.—Susurró contra sus labios.

—También te amo, Murad...

Las manos de la fémina fueron bajo la elegante y costosa bata que su sultán usaba, pronto estuvieron sin sus ropas, la sultana aprovechó aquella posición para ayudarse a bajar sintiendo como el entraba en ella haciéndola estremecer al mismo tiempo que un gruñido escapó de sus labios.

No hay muchos registros sobre aquella mujer que fue la favorita del sultán Murad, pero se sabe que en el harem la llamaron "La favorita de 1 noche" haciendo burla del intento de desplazar a la haseki principal.

—¡Yo no hice nada!—Una desesperada Farya gritaba mientras los guardias la sacaban de sus aposentos.—¡No he tocado a esa mujer!

—¿Lo han hecho bien?—Semsperi susurró a Nurten.—¿Nadie las vio?

—No mi sultana, todo fue de acuerdo a su plan.

—La daga con la que cortamos el cuello de Sanavber la colocamos en sus aposentos, ahí la han encontrado.—Yasemin habló.

Había acordado con sus fieles criadas matar a la favorita del sultán mientras ella lo entretenía, no importaba cuantas intentaran superarla, tendrían el mismo destino.

La favorita del Sultán | Murad IV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora