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—Se quedará en el palacio de caza con su nana, le irá mejor ahí.—Aseguró Semsperi.

—Ahora es la esposa legal del sultán y su única esposa.—Yasemin halagó mientras la peinaba.—Madre de los tres príncipes herederos... Y quien sabe con cuántos hijos más Allah la bendecirá.

—Es la sultana más poderosa, después de la madre sultana.—Nurten aseguró cargando al príncipe Mahmud quien a penas tenía un año.

—No quiere verme, no soporta que otra mujer influya en el sultán.—Habló molesta y preocupada.

La historia de Semsperi cambio cuando perdió el favor de Kosem quien deseaba recibir más poder a través de ella, pero cuando la joven sultana empezó a mover influencias en el harem, empezó a verla como su rival.

—Esa muchacha ha tenido mucho en sus manos.—Habló la mayor.—Se que Farya no asesinó a la favorita del sultán, no tiene la capacidad de hacerlo.

—¿Acaso quiere deshacerse de ella?—Hachi Aga habló.

—Si no cumple mis órdenes, me veré en la obligación de hacerlo... Llámala, hablaré con ella.

Su orden fue tomada por Lalezar quien llevó a la sultana hacia los aposentos de la Valide quien la esperaba con una mirada severa.

—Toma asiento.

—Es un honor acompañarla sultana, hace mucho no compartíamos tiempo juntas.

—No te he llamado para pasar tiempo juntas, quiero que recobres tu conciencia Semsperi, no deseo entristecer a mi hijo con este tipo de cosas... Mantente al margen de asuntos que no te conciernen, dedícate a cuidar a tus hijos.

—Madre, ¿Que puedo hacer yo si el sultán desea mi consejo? Como su esposa-

—Silencio.—Gruñó.—¿Quien te crees que eres para cuestionar mis desiciones?

—No quiero ofenderla sultana, pero mi sultán no necesita ni mi ayuda... Ni la suya.

Una bofetada resonó en los aposentos de la valide, pronto está ordenó que se la llevaran y castigaran azotandola, tanta fue su furia que la mantuvo encerrada en sus aposentos.

—Semsperi.—Ibrahim llegó a los aposentos de la muchacha quien no había parado de llorar por el dolor.

El joven príncipe observó como ella intentaba cubrir su espalda ya que su vestido estaba abierto en el para evitar rozaduras.

—Príncipe.—Se inclinó.

—Siéntate, me han dicho lo qué pasó.—Con delicadeza la ayudó.—Pedí a unas criadas que consigan un ungüento para que te alivies.

—Se lo agradezco.—Sorbió su nariz tratando de mantener una sonrisa.

Este se la devolvió, el corazón del príncipe la había elegido pero eso estaba prohibido para el, confesarle su amor sería ir a una muerte segura.

—Te ves más hermosa cuando sonríes.—Habló sin pensar en sus palabras.

—¡Atención el sultán Murad!

Ibrahim tomo la distancia adecuada mientas ella apretaba la tela que la cubría, no quería que su esposo malinterpretara aquella situación.

—Vete.—Murad habló a su hermano quien se había mantenido con la cabeza agachada en el momento que entró.

—Murad.—Finalmente lloriqueo cuando el estuvo con ella.

15 fueron los azotes que la haseki del sultán recibió, su cuerpo quedó marcado por las dureza del látigo que habían usado, el sultán desató su ira con la que había ocasionado aquel daño en su esposa, expulsó del palacio a la valide sultán llevándola al palacio de lágrimas.

—¿Todavía sientes dolor?—Preguntó Murad acariciando la espalda de su mujer.

—Un poco.—Se quejó haciendo una mueca.—Ahora nadie me respetará en el harem.

—Matare a quien lo haga.—Aseguró sujetando su mano para plantarle un beso.—Eres la mujer que amo, la esposa del sultán, fui considerado con mi madre por engendrarme pero no tendré piedad con los demás.

—Eres el gobernador del mundo... Nunca dudaré de que la decisión que haz tomado es la correcta.

Murad sonrió con pocos ánimos, ella era la persona más leal que tenía.

—Ahora que mi madre no está, quiero que dirijas el harem.

—Mi querido sultán.—Plantó un beso en el.—Haz estado agotado, puedo verlo.

Su piel estaba pálida a comparación de los meses anteriores, podía notarse enfermo.

—No te preocupes por mi querida, yo estoy bien.

La pareja se dio un último beso, el último antes de que Murad cayera desmayado y los gritos de Semsperi tomarán la tranquila noche, era el inicio de una nueva era, el sultán había enfermado.

La favorita del Sultán | Murad IV.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora