CAPÍTULO 5 CONFRONTACIÓN

1.7K 328 39
                                    

Paola
Me vuelvo, e intento detener el ascensor, tocando desesperada los botones, pero lo único que logro es hacer que se trabe y se detenga abruptamente y lo peor, que trastabille y caigo en sus brazos.

_ ¡No quiero hablar contigo! - me aparto con brusquedad, sin darle tiempo a que abra la boca siquiera. _ ¡aléjate de mí!

_ ¡No puedo alejarme! - señaló el lugar.

_ ¡Entonces no te me acerques! - respondo abrazándome a mí misma.

_ ¡Creo que necesitamos hablar! - dijo el conciliador.

_ ¡No lo creo! - respondo controlando todas las emociones que se desatan en mi interior. Alegría, irá, desesperanza, deseos de echarme en sus brazos y de que él me rodee y me diga que me ama a pesar de todo. Aunque viéndolo bien, él nunca me dijo que me amaba, pero... Podría ser... Yo nunca le dije que lo amaba y, sin embargo, lo amo con locura. Pero no... ¿qué tonterías estoy pensando?

_ ¡No quiero escuchar lo que me quieras decir! - digo tajante. _ ¡aquella tarde escuchaste lo que ese hombre quiso decirte y era el momento de saber lo que yo tenía que decir! ¡Ahora es tarde!

Él no dijo nada, se quedó callado. En ese momento el elevador empezó a funcionar y en cuanto abrió sus puertas salí casi corriendo. Él no hizo el intento por detenerme o por seguirme y debiera sentirme agradecida por ello, pero devastó más mi corazón. Y ustedes pensarán que estoy loca o que soy bipolar, pero no, su actitud solo me confirma que tengo razón. De querer aclarar las cosas, él no se hubiese dado por vencido, lo sé, aprendí a conocerlo un poco y es muy tenaz en lo que hace. Sé que hubiera luchado por mí, pero no lo hizo, ni aquel día, ni este, porque él no se conforma con un No.

*****
Han pasado dos días desde la última vez que lo vi. Mi vida se está convirtiendo en un caos. De verdad que lo extraño y me está costando mucho olvidarme de él, porque no puedo, y por otro lado está el acoso de Enrique.

Estoy pensando seriamente en renunciar e irme lejos, a donde Enrique no me encuentre y eso lo conseguiré solo dejando la empresa porque mientras siga en ella él podrá rastrearme a donde quiera que esté.

Mañana es viernes, al final del día les dejaré mi carta de renuncia. Él sábado se celebra un aniversario más de esta sucursal y aprovecharán para despedir al grupo que estuvo aquí por más de dos meses, su trabajo ha terminado y regresan a las oficinas centrales, la verdad es, que jamás podré olvidar a Mauricio, pero tengo que seguir adelante, eso lo tengo muy claro y como dije antes y ahora sí lo cumpliré, me quedaré solterona para siempre, porque ahora, aunque quisiera, nadie lograra superar a mi amor no correspondido, Mauricio.

****
Estoy a punto de marcharme, cuando mi secretaria me informa que me requieren en presidencia, y no solo a mí, también a mi jefe directo. No sé qué sucede, pensaría que se trata de mi carta de renuncia, pero eso no es asunto de presidencia, sería con recursos humanos y no necesitarían a mi jefe.

Ambos subimos con cierta aprehensión, él tampoco tiene idea de lo que sucede.

Al llegar al piso de presidencia, nos recibe la asistente del director y nos guía a una pequeña sala de juntas.

Apenas estamos tomando asiento, cuando hace su aparición el gerente de recursos humanos y entiendo que es por mí, y me pongo nerviosa, esto no es normal.

Ya no me sorprende ver aparecer a nuestro director y su asistente cruzar la puerta, pero lo que sí me sorprende, y mucho, es ver aparecer con ellos a Mauricio y su asistente. Ambos toman asiento después de saludarnos, los asistentes de ambos les entregan unas carpetas y salen del lugar.

_ Señorita Morgan. _ escucho decir al director de la compañía. _ la hemos citado aquí a usted y a nuestros colaboradores, porque ha llegado a mí, la noticia de que nos quiere dejar.

Estoy muy nerviosa, pero me armo de valor y contesto.

_ Así es. - digo. _ hace unas horas entregué al licenciado. - miro al jefe de recursos humanos. _ mi carta de renuncia, y se lo comuniqué a mi jefe por supuesto. - lo miré a él, quien asiente.

_ La verdad es que, me sorprende. - dice mirando la hoja que tiene en sus manos. Mauricio toma otra hoja y la revisa, supongo que es la copia. _ He revisado su historial aquí y en otras sucursales, su trabajo siempre ha sido impecable y muy eficiente, y me apena que desee separarse de la empresa, en cualquier otra circunstancia yo le pediría que no lo hiciera, sin embargo, ahora creo entender sus razones, es por eso que decidí realizar esta pequeña reunión, para conocer de primera mano su sentir.

_ No hay nada que explicar. - digo. _ simplemente quiero redirigir mi vida y buscar otras opciones.

_ Cree que no se le ha tratado adecuadamente?, ¿Que no se le ha valorado como debiera? ¿su sueldo no es el adecuado?

_ No, de ninguna manera. - no pensaba mentir, ni aprovecharme de las circunstancias.

_ ¿Su jefe la ha molestado de alguna manera, la ha sobrecargado de trabajo?

Vi como él se movía incómodo en su asiento.

_ Por supuesto que no. - es un buen jefe y trabajo a gusto con él.

_ Entonces no me queda, más que pensar, que se trata de otro asunto.

Lo miró desconcertada.

_ Hace semanas que ha empezado a circular por la empresa una serie de rumores respecto a usted. Llegaron a mi apenas hace un par de días, pero no les di importancia, pero él hecho de que usted esté renunciando justo ahora y sin motivo aparente, me hace pensar que quizás no se trate de simples rumores.

Me quedé helada, no tenía que ser un genio para no darme cuenta de que rumores se trataba y de quién estaba detrás de ellos, lo que no me cabía en la cabeza era porque Mauricio se había metido en esto, seguro era su venganza, Enrique nunca hubiera tenido acceso a nuestro director, y no creo que ninguno de sus más cercanos colaboradores fueran con él a llevar chismes de ésta índole y mucho menos de empleados que el casi ni conoce, así que no podía ser nadie más que él, Mauricio, por eso estaba ahí, para disfrutar de su venganza.

Pues le había salido bien.

_ ¿Tiene algo que decir a esto? - me miró esperando mi respuesta.

Mire a Mauricio

_ En realidad no. - dije sin bajar la mirada, sabía que quien había iniciado los rumores había sido Enrique, siempre lo hacía y me dejaba ante todos como una prostituta, pero ahora era Mauricio quien me estaba dando el tiro de gracia y no me iba a ver suplicando y mucho menos doblegada. Le di todo lo que tenía, mi amistad mi lealtad, mi amor, y él no lo vio. No me quedaba más. _ No tengo más que decir.

_ Comprenderá que mi intención no es incomodarla. - dijo, aunque el incómodo parecía él. _ necesito saber su posición ante esto para no tomar una decisión equivocada.

_ No tiene que tomar ninguna decisión incómoda. - me puse de pie. _ mi renuncia es irrevocable. Y los rumores que circulan, cada uno de ustedes es libre de creerlos o no creerlos. Yo no pretendo ir defendiéndome de cada idiota que habla de mí. Creo que quienes trabajan o han trabajado conmigo saben lo que soy y lo que no soy, así que me disculpan, pero no tiene caso que yo permanezca más aquí y no se preocupe, se cuáles son mis obligaciones y se hasta que día tengo que laborar aquí, aun cuando mi renuncia ya esté lista. No dejaré mi trabajo tirado, ni mis obligaciones, cumpliré con cada una de ellas. A menos de que usted decida que no quiere verme más por aquí. Y lo entenderé. - dije antes de salir de ahí sin mirar atrás, algo que ya se estaba haciendo costumbre en mí.

Eso no quiere decir que mi corazón no late a mil por hora, acababa de dejar plantado al director de la empresa, al jefe de recursos humanos, a mi jefe, y a quién quiera que fuera Mauricio Johnson. Y las lágrimas pugnan por salir de mis ojos.

Corrí por el estacionamiento hasta encontrar mi auto, me subí y cuando empecé a avanzar, lo vi de nuevo, Mauricio me había seguido, pero ahora mismo estaba hablando con Enrique, seguro hasta amigos eran ahora, no vi más y me alejé de ahí.

NOTA:
Perdón por la tardanza. Problemas técnicos. Espero y les guste. Bendiciones.

MÁS ALLÁ DE LA CONFIANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora