EPÍLOGO

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Paola
Hace meses jamás pensé que viviría lo que estaba viviendo en estos momentos. Ya no me encontraba en el mismo puesto, ni en la misma empresa, mucho menos en la misma ciudad. Estaba a kilómetros de ahí, con un nuevo puesto, un nuevo jefe y un nuevo hogar. No podía ser más feliz.

Ahora soy la señora Johnson, hace dos meses me casé con el amor de mi vida, un hombre en toda la extensión de la palabra, jamás pensé que existiera, pero existe y es mío, lo amo y él me ama y sobre todo confiamos uno en el otro, se acabó el tiempo en el que, encerrada en mi misma, sacaba mis propias conclusiones, no más, ahora todo lo hablamos, por difícil que sea.

Aquel día, después de reconciliarnos en el parque, me llevo a su cuarto de hotel, ahí me recompuse, me arreglé de nuevo, lave mi rostro y me maquillé y nos fuimos al evento de esa noche, las cosas fueron tan diferentes, ahora todos me miraban, pero ya no con suspicacia, ni con morbo, era admiración y respeto, me sentía tan abrumada y eso no fue todo, resulta que la familia de Mauricio estaba ahí, su padre, su madre y sus hermanos con sus parejas, me saludaron con tanto gusto que casi se me salen las lágrimas, al parecer ellos no estaban enterados de nuestro distanciamiento y si lo estaban, no lo demostraron, me recibieron como en un principio, con los brazos abiertos, lo cual me conmovió, eran gente maravillosa y por poco y los pierdo por mi tonto orgullo.

Ahí no quedó todo, grande fue mi sorpresa, cuando pidieron que el dueño de la empresa tomara la palabra, entonces él, me miró, sonrió y subió al estrado, pensé que el presentaría al propietario, pero no sucedió así, resulta que él, además del CEO es el dueño.

_ Yo soy el menor de la familia. - me dijo después. _ todos creerían que mi padre es el dueño y mi hermano mayor su heredero, pero no es así, a mí se me dieron los negocios, más que a ellos, mi padre tenía su empresa y cuando me gradué, bajo mi mando creció hasta convertirse en algo grande, mientras tanto, yo empecé mi propio negocio que creció tanto que absorbió el de mi padre, ahora él trabaja conmigo y mis hermanos también, todos nos ayudamos, después de todo somos familia y no hay rivalidades entre ninguno de nosotros.

Además me contó que a él le gusta visitar todas las sucursales de sus empresas, lo hace en el anonimato, porque como dijo, todo mundo piensa que es su padre quien dirige los negocios, y él cuando hacen esas inspecciones se apoya en su mano derecha y amigo, a quien todos vimos y creímos que era quien dirigía el grupo que nos visitó, por supuesto lo hacía intencionalmente, para poder pasar desapercibido, y dice que no se arrepiente, porque de lo contrario está seguro de que yo no lo hubiese aceptado jamás, y tiene razón, o cuando menos le hubiera costado más, jajaja. Esa noche se mostró tal cual era y mentiría si dijera que no me asustó el ser pretendida por un hombre de su nivel, era atemorizante, pero tanto el cómo su familia, me tendieron la mano, me acogieron en su círculo familiar y me hicieron parte de él. Jamás tuve una familia y ahora tenía la oportunidad de tener una maravillosa y la aproveché, me entregué por completo, me sentí amada, deseada y muy querida.

Ahora a casi un año de esos acontecimientos y a dos meses de haber contraído matrimonio, aquí estoy al lado de este hombre maravilloso.

Cada quince días nos reunimos todos en una cena familiar, hoy no es la excepción, yo salí a tomar aire, desde aquí puedo verlos a todos, son maravillosos, yo estoy en la terraza, hace días que me siento muy cansada, diría agotada, ser la esposa del presidente de la compañía y además su asistente, suele ser duro, sobre todo cuando es tan perfeccionista, aun así, no lo cambiaría por nada. Lo escucho salir, de hecho, ya lo esperaba, siempre está atento a mí, a mis deseos, a mis necesidades. Lo siento acercarse por detrás, me rodea con sus fuertes brazos.

_ ¡Te extrañé! - me susurra al oído. Sé que se está riendo. ¿cómo me va a extrañar si siempre estamos juntos? Volteo y le sonrió, quizás tiene razón, yo también lo extrañé, aunque sean unos cuantos minutos los que hemos estado separados. _ ¿confías en mí? - me pregunta y no entiendo.

_ ¿Por qué no debería de hacerlo? - lo miro a los ojos.

_ ¡Porque tengo algo que decirte! - su mirada es enigmática, aun así, me asusta lo que tenga que decirme, ¿qué podría causarme desconfianza? Lo miro sin decir más, sus ojos brillan y no puedo evitar abrazarlo, él me rodea con sus brazos y yo me acomodo entre ellos, aceptado su calor. Jamás, en ningún lado y con nadie, estaré tan segura y tan confiada como lo estoy con él.

Mauricio
La miro, ella está de espaldas al enorme ventanal que da a la terraza, mi familia no podía quedarse quieta, todos están amontonados detrás del vidrio, si no tienen cuidado pueden romperlo y causar un accidente, pero son mi familia los adoro y no puedo correrlos y evitar que estén tan felices como yo.

Abrazo a mi esposa y la besaría apasionadamente, si no tuviera a todos esos espectadores ahí detrás.

_ ¿Confías en mí? _ preguntó con impaciencia. No puedo esperar más.

_ ¿Por qué no debería de hacerlo? - me mira.

_ ¡Porque tengo algo que decirte! - sus ojos están cargados de incertidumbre. Me abraza, yo hago lo mismo y ella se acomoda. _ ¡necesito que confíes en mí! - vuelvo a decir y ella se aparta para mirarme a la cara.

_ ¡Lo hago! - dice con una sonrisa velada. _ ¡a la mala aprendí a hacerlo!

_ ¡Entonces te lo voy a decir! - tomo su rostro entre mis manos. _ ¡vamos a ser padres!
- veo como palidece. Me mira como si yo hubiera perdido la razón.

_ ¡Estás jugando! - me dice aún desconcertada.

_ ¡No! - sonrío. _ ¡estás embarazada! - afirmo.

_ ¿Cómo puedes saber, si ni yo misma lo sé? - dice convencida.

_ ¡Dijiste que confiabas en mí! - veo como su rostro va cambiando, de considerarlo imposible ahora la idea va tomando forma en su mente y sabe que es posible, su rostro se empieza a iluminar. Se preguntarán que cómo lo sé. Lo sé y ya, tengo cinco sobrinos, he estado tan cerca de mis hermanos y sus parejas que lo sé, es algo que se ve, se nota, cuando supe de cada uno de esos cinco embarazos, me sentí tan eufórico y siempre me pregunté, si me sentía así, ¿cómo sería cuando fuera yo el padre? Ahora lo sé y es un sentimiento tan indescriptible, sé que ella se siente igual porque por fin lo ha aceptado, además, ¿cuántas veces no lo hablamos?, tanto ella como yo anhelábamos convertirnos en padres, aun así, acordamos no apresurarnos, teníamos la vida por delante, sin embargo, la vida se nos adelantó y nos da esta hermosa sorpresa. Ella fue hija única y creció en un orfanato, así que desea tener muchos hijos, y yo la respaldo totalmente.

_ ¿Por eso me siento así? - exclama eufórica.

_ ¡Si amor! ¡Es por nuestro bebé! - la tomo entre mis brazos y la levanto dando vueltas, no logro ponerla de nuevo en su lugar, para cuándo estamos rodeados por mi familia, todos nos abrazan, es un abrazo grupal, todos reímos y todos gritamos de alegría. Esa es mi familia... nuestra familia. No estaríamos todos, si ella no hubiese dejado atrás su desconfianza, y si yo no hubiese sido tenaz, la amé desde el primer momento en el que la vi, y supe que no la podía dejar ir, a veces hay cosas que van más allá de la confianza y el amor es una de ellas. Yo la amo. En estos momentos se han apartado, pero a ella no la suelto, por el contrario, busco sus labios y, ya no me importa que todos estén a nuestro alrededor, mirando, ahora la beso con pasión, con amor.

FIN

NOTA:
Mis hermos@s lector@s, de nuevo llegamos al final de otra historia. Espero que les haya gustado, sigo escribiendo la de Carlos de la serie HERMANOS, aún no se para cuando la pueda empezar a subir, pero sigo en ello.

Un saludo muy afectuoso para todos.❤️❤️❤️

Inició 5/marzo/2023
Terminó 12/marzo/2023

MÁS ALLÁ DE LA CONFIANZADonde viven las historias. Descúbrelo ahora