CAPÍTULO 9 BASURA

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Enrique
Por un momento pensé que Mauricio se había olvidado de mí, pero al final de su discurso, dijo que aún había más sorpresas.

_ No todos lo saben. - dijo, pero hay alguien que desde hace poco forma parte de nuestro equipo laboral, y por desgracia y por razones personales ha decidido dejar la empresa.

Cuando dijo esto supe que quien ocuparía, su lugar, sería yo, no podía ser nadie más, porque ya no quedaba ningún otro lugar disponible, y él me había asegurado que me tomaría en cuenta. Me empecé a preparar para subir a su lado y recibir mi nuevo nombramiento. Al parecer, siempre si habían aceptado la renuncia de Paola, en estos momentos, la verdad no me importó que se fuera, eso no quería decir que estuviera fuera de mi alcance, jamás la dejaría en paz, no hasta que volviera conmigo y que yo me cansara de ella, entonces sería yo quien la dejara, para entonces, mi vida profesional ya estaría por las nubes y todo, paradójicamente, gracias a ella. Por un momento he dejado de escuchar, hasta que oigo a Mauricio pronunciar mi nombre, entonces, sin pensarlo, me apresuro a ubicarme justo a su lado, del otro lado ya está parada Paola, supongo que le harán un homenaje por su buen desempeño, lo que sea de cada quien, siempre se ha esforzado en su trabajo y siempre le va bien, es por eso que se resisten a dejarla ir, aunque ahora no lograron convencerla. Bien para mí.

Paola
Me sorprendo cuando Mauricio me pide pasar al frente, lo hago con renuencia, no quiero estar ahí, siento todas las miradas de la empresa puestas en mí, y es desconcertante, no me agrada, menos sabiendo lo que muchos ya piensan de mí, incluyéndolo a él.

_ Estoy hablando de la señorita Morgan. - lo escuché continuar, después de decir que había alguien que había renunciado. _ en un principio su renuncia no fue aceptada. - dijo. _ pero la gerencia recapacitó y decidió aceptarla, en primer lugar, porque ese puesto definitivamente no iba de acuerdo con sus capacidades. - esas palabras fueron como una puñalada traicionera para mí corazón, pareciera como si quisiera vengarse de mí, quizás sí, lo hacía por haberlo ignorado y rechazado, había hombres que no aceptaban un no en respuesta, como Enrique, y él parecía ser uno de ellos. _ y ustedes se pondrán felices porque hay un puesto más y una posibilidad más. - dijo. _ y no están muy equivocados, pero antes de continuar me gustaría que alguien más pasara al frente con nosotros, también algunos lo conocen ya, para quienes no, les presento a Enrique Soriano, uno de nuestros colaboradores.

Con impotencia observo como Enrique sube con una gran sonrisa y se coloca al otro lado de donde yo me encuentro. Ahora no pienso que Mauricio intenta vengarse de mí, estoy segura, lo está haciendo, le van a entregar mi puesto al hombre que se ha dedicado a arruinar mi vida, quisiera decir que no me importa, pero el gran nudo que tengo en la garganta me dice todo lo contrario. Quisiera decir tantas cosas, pero lo único que atino a hacer es quedarme quieta en mi lugar y cuando creo que las cosas no pueden ir peor, lo escucho decir.

_ Sé que ustedes, se conocen. - nos mira a ambos y sé que a ti te encantaría quedarte con su puesto. - le dice a él con una sonrisa llena de complicidad.

Los miró y se me revuelve el estómago, quisiera salir de ahí y dejarlos que se diviertan solos, pero soy una profesional y si lo hago la única que quedaría en ridículo sería yo, así que, aunque no comparto su alegría, me quedo inmóvil a su lado, esperando, a ver que más tiene que decir y no me defrauda, porque desde que no me dio mi lugar y no creyó en mi la primera vez, no espero nada bueno de él.

_ Mentiría si dijera que no quiero ese puesto. - dijo Enrique alegre. _ sobre todo si no se lo estoy quitando yo, ella lo deja. El muy cabrón se está justificando, pretende quedar como un angelito.

_ Ya que tocaste ese punto. - le responde Mauricio. Me enteré de que, los motivos de su renuncia, se debe a que circulan ciertos rumores algo vergonzosos a cerca de ella.

Estoy segura de que en ese momento todos los colores pararon por mi rostro, jamás en mi vida me había sentido tan humillada y avergonzada.

_ No te ofendas. - se volvió hacia a mí, antes de dar oportunidad a Enrique de contestar a su estúpido y cruel comentario. Seguramente leyó mis intenciones de salir de ahí y dejarlos con su basura, porque me tomó con firmeza de la mano y reteniéndome a la fuerza, aunque con discreción, estaba segura de que nadie se daba cuenta de que me estaba obligando a quedarme. _ lo digo porque el rumor ya circula por toda la empresa. - me mira serio, su sonrisa ya ha desaparecido. _ y por desgracia es del conocimiento de todos los presentes. - siguió.

Escucho como un gran murmullo se extiende por todo el lugar, y como comentan unos con otros, algunas personas me miran con asco, otras con desdén, las hay quienes me juzgan y quiénes me miran con compasión. Pero yo no quiero mirar a nadie, solo quiero salir de ahí y desaparecer.

El contacto de su mano en la mía me quema, pero, aunque lo intento, no logro separarme, él es fuerte.

_ Hasta este momento. - dirige su mirada hacia la audiencia de nuevo. _ la señorita no ha hecho ningún comentario al respecto, no ha hecho el intento de defenderse, ni lo hará, porque no es necesario.

En este punto lo miro furiosa, me está exhibiendo como nunca nadie lo hizo, quizás, ni siquiera Enrique, me es imposible no reaccionar. Me suelto de su agarre con brusquedad y me dirijo hacia mis compañeros.

_ Voy a decir esto una sola vez. - mi voz está cargada de emoción y sentimiento. _ y no me importa si me van a creer o no, porque quien debería de haberlo hecho, no lo hizo. - sé que Mauricio sabe, que me refiero a él, aunque dada su actitud de estos días, dudo mucho que le interese, o que le afecte siquiera. _ Desde hace tiempo, que alguien se ha dedicado a manchar mi imagen y mi reputación, y a perseguirme a dónde quiera que voy, habrán escuchado los rumores que ha esparcido acerca de mí, son falsos, es lo único que diré, pero no me voy a quedar a demostrar mi inocencia, porque no tengo nada que demostrar, quien tiene que demostrar que es verdad lo que dice de mí, es esa persona, yo me voy, ella se queda, así que pueden cuestionarle todo lo que gusten y creerle todo lo que le quieran creer.

_ El hecho de que no quieras demostrar tu inocencia, es porque no puedes hacerlo. - escucho la voz de Enrique, el muy idiota acaba de mostrarles a todos que es a él a quien me refiero. _ si huyes es por algo. - sigue. _ eso habla de tu culpabilidad.

_ Deberías de encargarte de demostrar que la basura que vas tirando es verdad y que no te salpique después. - dije en voz baja para que solo él me escuchara y lo miré, no con odio, no con rencor, si no con lástima, porque esto lo pagaría, no sé cómo, pero todo se paga en esta vida, lo bueno es que yo no estaría para verlo.

Intenté alejarme y de nuevo Mauricio me detuvo.

NOTA:
Nos vemos en el último capítulo, si puedo lo publicó antes.

Bendiciones.

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