Parte 6

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A la mañana siguiente, Haldir se paró frente a Frodo. "Me seguirán"

La caminata por el bosque fue precedida por una venda en los ojos. Inicialmente, tenían la intención de vendarle los ojos solo a Gimli. Aragorn, en un esfuerzo por ser justo como un maldito Gryffindor, dijo que todos irían con los ojos vendados. Legolas había protestado enérgicamente por esto. ¿Por qué él, un elfo y un pariente deberían estar sujetos a esto? 

Esta fue la primera vez que Draco vio a Legolas actuar de forma diferente a Aragorn. Pero él también estuvo de acuerdo, Draco tampoco quería estar con los ojos vendados. Sin embargo, al final se sometió, salvando la poca dignidad que le quedaba.

El elfo que le vendó los ojos era el mismo que la había rastrillado ayer con los ojos y lo ayudó a subir al árbol. Él le murmuró algo y luego tomó su mano. Draco se puso rígido. Sin embargo, no vio el ceño fruncido de curiosidad del elfo. Ahora ciego, tenía que confiar en esa criatura. Su mano, que aún sostenía la de él, finalmente lo soltó solo para cambiar a su codo, manteniéndolo en el camino. El elfo nunca lo dejó tropezar o extraviarse. Eso era bueno, porque si lo hacía, Draco estaba seguro que lo torturaría.

Mientras caminaban por el bosque, se dio cuenta que la caminata era larga, tenían que subir una colina y para él era una odisea hacerlo. "Si mi padre se enterará de esto" murmuró con diversión e ironía, pues no había modo de que su padre Lucius supiera dónde estaba. ¿Sabrá que desapareció? Hay igualdad de posibilidades, puede que lo sepa, ahora lo estaría buscando junto a con madre y su padrino, algo le dice que demandarían al colegio. Ese pensamiento le saco una sonrisa.

A la mitad del día, Haldir declaró que podían quitarse las vendas de los ojos.

Fue una caminata a paso regular. Al llegar se había quedado sin aliento. A la izquierda había una loma cubierta con una alfombra de hierba verde. Encima, como una corona doble, crecían dos círculos de árboles; los del exterior tenían la corteza blanca como la nieve; los del interior eran Mallorn de gran altura, unos árboles míticos, Draco no lo podía creer, seguro su padrino estaría feliz de esto, hermoso sin duda.

"La Señora envía un mensaje de que eres bienvenido" Haldir informó. Acercándose a Gimli, le dibujó una reverencia poco profunda y rígida. "Nuestras disculpas, Maestro Enano"

Gimli simplemente lo fulminó con la mirada, pero murmuró algo como "disculpa aceptada"

Draco vio que estaban en la orilla de un río que se movía rápidamente. El melodioso sonido fue relajante y miró fijamente al agua. Su guía apareció a su lado. El maldito elfo le dedicó una sonrisa descarada. Luego habló e hizo un gesto hacia el agua. Miró al río y luego a él. Hizo la mímica de beber. 

Draco le dedico una mirada de incredulidad...No iba a beberlo, estaba sucia. El elfo le dedico un ceño fruncido, pero no lo indujo más.

Más tarde descubrió que el nombre de su guía se llamaba Rumil.

Haldir sonrió y movió una mano hacia el paisaje. "Caras Galadhon, hogar de Lord Celeborn y Galadriel, Señora de la luz" explico "este es el corazón del antiguo reino y esta es la loma de Amroth, donde en días más felices fue edificada la alta casa de Amroth"

Haldir condujo al grupo colina abajo, y Draco suspiro con resignación.

A medida que se acercaban a la ciudad de los árboles, Draco se dio cuenta de que eran los árboles más grandes que había visto en su vida. Sin embargo, la sonrisa desapareció cuando volvió a sentir una presencia desconocida, una presencia oscura.

A Draco le pareció entonces, que más allá se levantaba un muro, oscuro y terrible. El sol que alumbraba a Lothlórien no tenía poder para ahuyentar las sombras de aquellas distantes alturas.

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