Parte 24

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Al día siguiente había algo en el aire mientras cabalgaban alrededor de la colina. Era como si el mundo entero estuviera conteniendo la respiración. No había pájaros en el aire ni pequeños animales de monte; todo estaba en silencio. Excepto el viento. Ese céfiro constante que descendía de las Montañas Blancas siempre estuvo presente.

Legolas estaba más callado de lo habitual, pero Draco no interrumpió sus pensamientos, ya que también lo sintió. Un sentimiento cargado de presentimientos que no podía desalojar.

La noche anterior casi había empujado a Legolas al límite, pero sabiendo que el sexo era sagrado para los Eldar aunque también para él, había dejado de bromear antes de que se volvieran demasiado crueles; o fuera de control. Aunque en algún momento Legolas se alejó después de lastimarlo sin darse cuenta. El elfo se alarmó y quiso detener el juego de inmediato, pero Draco le dijo que no se preocupara y que no era para tanto.

¡Pero fue una noche agradable!

Comenzaron a rodear la colina de regreso a las puertas de la ciudad y por fin el elfo habló con él.

"Espero que me perdones, Meletril." Dijo culpablemente. "No quise ignorarte."

Draco volteo los ojos en blanco y se encogió de hombros. "¿En qué has estado pensando?" Preguntó

Suspirando recorrió con la mirada el campo abierto. "Muchas cosas pesan mucho en mi mente. La guerra; Frodo y Sam; las batallas pendientes". Él volvió su mirada hacia él. "Tú."

Draco le dedicó una mirada. "¿Te distraigo?"

Los labios del elfo se curvaron y lo miró especulativamente. "Eres el mejor tipo de distracción". le aseguró, pero luego soltó otro suspiro "Me preocupo por el futuro como nunca antes lo había hecho".

Sin previo aviso detuvo a Arod. Draco tiró de las riendas de Moroch.

"Siempre he querido que la Tierra Media esté libre de los males que la aquejan. Durante mucho tiempo he deseado que mi pueblo tenga paz y ya no tenga que temer. Mientras viajaba por estas tierras, vi bondad en los lugares que menos esperaba", sonrió hacia Draco antes de inspeccionar la tierra, sus pensamientos coloreando el horizonte.

"Entonces mi deseo se expandió. Anhelaba la paz no sólo para el Bosque Negro, sino para todos los pueblos de Arda. Quería que cada reino, cada ser, joven y viejo, tuviera prosperidad y conociera una vida sin miedo ni oscuridad". Bajó los ojos para mirar entre las orejas de Arod. "Cuando me uní a esta expedición, sabía que podía ayudar a que esto sucediera".

Draco lo analizo ante la cruda pasión en su voz. Legolas habló con tanta convicción, que era impresionante. Era un deseo que podía entender porque él también quería eso para su mundo o, aunque sea para su familia.

Sin embargo, cuando Legolas se giró y le sostuvo la mirada, Draco vio que había más.

"Pero ahora quiero esto más de lo que puedo decir, no sólo para mí y la Tierra Media, sino también para ti". Él se acercó y tomó su mano. "Quiero renovar este mundo por ti." Dijo con fervor.

Draco estaba tan sorprendido que sin pensarlo se separó y miro a otra parte. "Para ello no estaré aquí", susurro, optando por limitar los pensamientos del príncipe.

Legolas inhaló temblorosamente y se apretó la mano vacía. "Quiero creer que sí"

Regresaron al salón para almorzar con un silencio tenso. Draco conversaba con Merry y Gimli, y Legolas solo comía mirando su plato.

Una repentina sensación de presentimiento invadió a Draco. Miró a su alrededor para ver si alguien más lo había notado. Pero todo siguió como de costumbre. Draco comenzó a mover el pie a medida que la sensación crecía.

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