Parte 13

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El sol aún no había despejado el horizonte, pero el cielo ya estaba más brillante que antes. Había suficiente luz para que Legolas viera el sendero y abrió el camino hasta que el sol comenzó a brillar sobre la línea del horizonte.

El elfo frunció el ceño y miró el paso cuando el sol se asomó en el horizonte. "El sol rojo sale, la sangre se ha derramado" dijo mientras se detenían en un amplio valle verde.

Aragorn pasó a su lado apenas confiando en la esperanza de que la intuición del elfo estuviera equivocada.

Boromir y Gimli compartieron una mirada. "Eres un elfo, no un dios." El enano pronuncio "Solo tienes intuiciones, que no siempre son correctas. Los elfos no son tan perfectos como todo el mundo piensa" proclamó con amargura

Draco hizo una mueca. Esperando que el enano tenga razón, porque honestamente no quería que los hobbits murieran.

Aragorn se inclinó para colocar su oído en el suelo. Escuchó caballos, se puso de pie e hizo un gesto a los demás para que lo siguieran, escondiéndose detrás de una roca. "Hay jinetes a varias leguas de distancia" Murmuró distraído. "¿Cuántos, Legolas?"

El elfo forzó la vista, entrecerrando los ojos e inclinando la cabeza, pero no importaba cuánto lo intentara, los jinetes no eran más que un borrón en las llanuras para él.

"Ciento cinco de mi cuenta. Amarillo es su cabello y brillantes son sus lanzas. Su líder es alto. Se mueven rápidamente y estarán aquí en poco tiempo" respondió el príncipe, protegiéndose los ojos del sol.

"Sus corceles son veloces y viajan por las llanuras como si sus caballos tuvieran alas" murmuró Aragorn.

"¿Qué piensas hacer?" preguntó Draco entrecerrando los ojos para ver el borrón de jinetes. El sonido se hizo más y más fuerte hasta que rivalizó con el trueno. Cuando aparecieron los jinetes y pasaron al galope a una velocidad vertiginosa. Era una vista espectacular, la columna de jinetes bajó la colina y se alejó. Parecía que no los habían visto. Y sin previo aviso, Aragorn se puso de pie y dejó caer su capa.

"¡Jinetes de Rohan! ¿Qué noticias hay de la Marca?" gritó e inmediatamente, el líder de los jinetes se dio la vuelta, la manada lo siguió rápidamente y luego se movieron para rodearlos, con sus lanzas apuntando a la Compañía.

"¿Qué asuntos tienen dos elfos, un enano y dos hombres en Riddermark? ¡Habla rápido!" Exigió uno de los Jinetes.

"Tu nombre, maestro de caballos, y yo te daré el mío" declaró Gimli.

El jinete miró fijamente al audaz enano, sus ojos oscuros brillando. Con rigidez, pasó su lanza a un jinete cercano y desmontó. Dio un paso firme hacia el enano, elevándose sobre él "Te cortaría la cabeza, enano, si estuvieras un poco más alto del suelo" escupió.

Draco casi se rie a carcajadas por lo dicho del hombre, pero apreto los labios mirando fijamente a los jinetes mientras se movían al lado de Aragorn. Resoplando, los observo de pie a cabeza. ¿En verdad se parecía a un elfo? se cuestionó.

Legolas inmediatamente saco su arco y apunto "¡Morirías antes de que te cayera el golpe!" Él amenazó. La flecha estaba dirigida a la cara del hombre. Seguramente moriría si la flecha volara, pero ese también sería el final de sus amigos. Mentalmente, Draco gritó al príncipe por hacer algo tan estúpido.

Los jinetes habían levantado sus lanzas en defensa. Afortunadamente, Aragorn dio un paso adelante y empujó el brazo de Legolas hacia abajo. Gimli soltó el aliento que había estado conteniendo. Con movimientos rígidos, Legolas volvió a colocar la flecha en su carcaj. Sus ojos todavía brillaban con ira.

"¿Has saltado de la hierba?" Preguntó el hombre, mirándolos. "¿Cómo escapaste de nuestra vista? ¿Eres un elfo?"

"Solo uno de nosotros es un elfo, y él es Legolas del Reino del Bosque", respondió Aragorn mirando a Legolas.

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