Capítulo 5

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Dos agentes de la paz vienen a por mí. Me cogen del brazo y me llevan a través de una puerta a una estación de tren.

A mis lados, están los otros tres tributos. Me doy cuenta de que Maysilee no deja de mirarme y me incomoda.

Después de dos o tres minutos de un tenso silencio, el tren llega a la estación.

Es un tren muy largo, con siete lujosos vagones.

Las puertas se abren y de repente, Penny sale de la puerta por la que hemos salido nosotros y nos dice:

-¡Vamos chicos!¡Pasajeros al tren!-. Dice eufórica.

Su felicidad me mata por dentro. No puedo con ella. No entiende nada de lo que significan los juegos para nosotros.

Entramos al tren por una de las puertas del primer vagón.

El tren es increible, tiene lujosas habitaciones. En la habitación principal, hay un largo sofá de terciopelo rojo y una gran mesa que se extiende a través de toda la habitación.

Nos llevan a ver nuestras habitaciones, a mí me toca la segunda, al lado de Maysilee y Dereck.

Mi habitación es impresionante. Tiene una cama enorme en la que cabrían tres personas como yo.

Hay una mesa con un sillón y una televisión de plasma en la pared. Enciendo la televisión y aparecen los resúmenes de las cosechas.

La apago en cuanto veo empezar la del distrito 1. No quiero ver el sufrimiento de los tributos de todos los distritos.

Me siento en el sillón y empiezo a pensar en la posibilidad de ganar aunque se me va de inmediato de la cabeza.

Somos cuarenta y ocho personas y solo una de ellas saldrá viva de allí.

Escucho unos golpes en la puerta y, a continuación, la voz de Penny detrás de la misma.

-La cena se servirá en una hora.

Decido meterme a la bañera, me quedo dentro media hora y al salir, voy al armario a ver qué ropa me puedo poner.

Me pongo un pantalón verde oscuro, una camisa blanca y unas botas de montaña.

Miro el reloj, todavía quedan veinte minutos para cenar.

Pienso en qué hacer, supongo que las cosechas las veremos juntos por la noche pero, por adelantarme, tampoco pasará nada.

Enciendo la televisión y ya van por el distrito 10. Ya hay tres tributos sobre el escenario y una mujer con el pelo verde revuelto está sacando un último papel.

-¡Marvin Winkle!

Como en nuestra cosecha, todo el mundo se gira para mirar al chico y él suelta una lágrima.

Por detrás se oye a alguien gritando, hasta que se acerca y se le puede escuchar decir:

-¡Me presento voluntario como tributo!

Marvin y el otro chico se abrazan y él grita.

-¿Cómo te llamas?-. Le pregunta la mujer del pelo verde.

-John Packet-. Dice con una voz apagada y triste.

-Y...¿tienes algo que ver con Marvin?-. Pregunta la mujer con su acento del Capitolio.

"No, se presenta voluntario para salvarle por aburrimiento." pienso irónico para mis adentros. La mujer del pelo verde parece todavía más tonta que Penny.

-Sí, es mi mejor amigo-. Responde el chico mirando a Marvin.

Me quedo sorprendido, nunca antes había visto un voluntario por ser amigo, sí por hermanos, primos y familiares pero nunca por amigos.

La cosecha del 10 termina, y comienza la del 11.

Salen otros cuatro chicos, aunque no hay ningún voluntario. Todos se abrazan con sus familiares y lloran.

Cuanto más lo pienso, más me asquea el Capitolio y la gente que vive allí.

Llega la cosecha del distrito 12, aparece Penny cogiendo un papel de la urna de las chicas.

Saca un papel con el nombre de Holly. Esto lo tengo visto, es decir, lo he vivido.

Cuando sacan el papel de Maysilee oigo un sollozo, me giro asustado y la veo. Está detrás de la puerta, mirando por el hueco y llorando.

Apago la televisión.

-Pasa, anda-. Le digo para consolarla.

Ella pasa y se tumba sobre mi cama. Decido tumbarme con ella y nos quedamos hablando sobre la cosecha y demás.

A los cinco minutos, veo que Maysilee se queda dormida sobre mi pecho y le acaricio el pelo.

La veo tan tranquila y me transmite mucha paz. Me encanta como duerme.

Me quedo unos minutos mirándola. Pienso en cómo se ha separado su familia dejando a su hermana gemela en el distrito.

Ella se despierta y me pregunta:

-¿En qué piensas?

-En nada, en el Capitolio y en todo lo que hace.

Intento no hablar muy mal del Capitolio ya que habrá cámaras y micrófonos por todas partes.

Cuando escucho ruidos por las puertas de las habitaciones de al lado y pasos a través del pasillo me levanto de la cama y Maysilee también.

Nos sentamos sobre la cama, ella se rasca los ojos. Nos ponemos de pie y salimos de la habitación.

Los Juegos del Hambre de Haymitch Abernathy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora