Capitulo 4: Imprevisto

82 3 0
                                    

Los 2 dormían acurrucados uno de otro, particularmente astolfo lo hacía sobre el pecho de fudo, pareciendo reconfortada en su rostro aun estando dormida.

Astolfo con un sentimiento cálido, rememoro un recuerdo en lugar de tener un sueño como tal. Siendo lo peculiar de eso, era que ese recuerdo no le pertenecía, más bien se trataba de unos de los recuerdos que tuvo cuando akira había sido su master. Un elemento que eran de los más destacados, eran que entre la conexión mental de los masters y servants se daba la capacidad de ver el pasado de cada uno en forma de sueños, un fenómeno que por lo que tenía entendido, fue normal habiendo ocurrido durante las primeras guerras del santo grial.

Miraba cómoda el recuerdo que le hizo sentir a gusta de volver a verlo. Pues se trataba de uno de los recuerdos más memorables de akira, siendo la vez que su madre le enseñaba a atar unos cordones de unos tenis que ella y su esposo le habrían regalado a su hijo, siendo sus nombres; kaori y renjiro fudo acorde al apellido familiar. Quizás no se le notase el inmenso significado que portaba, pero representaba el deseo de akira por el querer alcanzarlos, surgiendo ese deseo luego de que ellos tuvieran que alejarse por la cantidad de trabajo a los que eran solicitados su presencia, padres bastante ausentes de verdad, pero preocupándose por akira de igual forma que lo hacían durante la infancia de él.

«¡Creceré, creceré rápido! ¡los alcanzare mama y papa!»

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

«¡Creceré, creceré rápido! ¡los alcanzare mama y papa!».

La voz de un joven akira le hizo eco sobre su conciencia junto al transcurso de tiempo que contemplaron sus ojos sobre el crecimiento de akira hasta llegar a sus 16 años.

Le fue extraño el mirar la apariencia física que portaba su amigo en ese entonces, habiéndose tratado (por grosero que sonaba) de alguien escuálido y sin mucha masa muscular de por medio, aun le costaba creer que la persona que veía fuera la anterior a antes de fusionarse con aquel demonio de nombre amon. Sin embargo, fuera del hecho de que realmente a akira jamás le conoció por esa apariencia sino por otro más semejante a la de un homúnculo la primera vez que lo encontró, objetivamente hablando no le daba especial importancia, pues las apariencias se dejaban de lado cuando lo único que le importaba eran las personalidades de cada individuo, cosa que fue justo lo que le fascinaba de akira. Ya que fuera de sus comportamientos un tanto agresivos e incluso sanguinarios que pudo percibir en demás recuerdos limitados aparte y que fueran el resultado de su fusión con amon; genuinamente en su interior todavía yacía aquel joven de gran voluntad y de noble corazón que le echaba una mano a los demás cuando lo necesitaran. Y aun cuando lo hubiera perdido todo a manos de su ex amigo Ryu asuka/satan, eso no lo detuvo de seguir luchando y pelear por la humanidad, aun si todo le iba en contra de las posibilidades de poder lograrlo. Para la rider, eso le era más que suficiente para atesorarlo como persona.

Pero tan pronto su sueño terminaba, abrió los ojos lentamente. Percibiendo la luz del día que resplandecía debajo de la puerta de la habitación poco acogedora en el que ellos descansaban.

Coincidentemente, a akira le había tocado el mismo tipo de sueño que la peli rosada. Avisto expectante los alrededores que el recordaba ya haberlos presencia con anterioridad en los recuerdos que tuvo sobre la vida pasada de la rider.

DEVILMAN Y SPAWN EN TOKYO GHOULDonde viven las historias. Descúbrelo ahora