Parte 1

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Uno de los miembros de aquella casa tan peculiar, el alcohólico amargado sin remedio, aquel muchacho se encontraba en su cama simplemente tirado viendo el techo como si fuera lo más interesante, como si intentara analizarlo.

Solo, con sus pensamientos, sin más nada que hacer, desempleado, solo, inútil.

Cosas únicamente despectivas hacia su persona que venían de el mismo. No importaba si solo él las creía así, eran cosas que eran verdad ante sus ojos, características inútiles como él las llamaría, simplemente lamentables.

Solo, no tiene nada que hacer. Sus buenos amigos tenían otros planes, trabajos o hobbies útiles. Tord y su interés en la ingeniería, siempre en su taller o visitando la armada donde este trabaja. Edd y su fanatismo por el arte logrando vivir de ello. Matt trabajando felizmente en una panadería cerca de la casa teniendo planes para construir la suya próximamente y Tom.

Su afición por el alcohol y Susan, su bella y desgastada guitarra que ahora solo eran piezas por un descuido del sin ojos.

No tenía dinero para comprar otra guitarra y alegrar sus tardes. Simplemente buscar un empleo no era lo suyo, siempre lo rechazaban o lo perdía poco después, sus amigos se resignaron ante este y finalmente dejando de insistir con lo del empleo, aceptaron que se quede como esta, "tal vez algún día cambie" fue su postura ante esto. Así que, muchas opciones no tenía en este punto, ni siquiera hubiera intentado pedirle dinero a alguno de sus amigos o mentirles con un "pagare" que de inmediato sabrían que no sería así, no podía pedir más, se sentiría más patético de lo que ya se sentía. Solo se guardaba todo y respiraba.

¿Qué hago?

Pensaba dándose por un caso perdido, un adolescente deprimido en el cuerpo de un adulto de veintinueve años. No planeaba salir de su habitación, no quería ver a nadie y era fin de mes, el día donde se castigaba así mismo, día de pagos, donde los recibos llegan y el cheque de fin de mes ilumina con su presencia. Más que aliviado al no involucrarse en aquella transacción se sentía inútil, una carga para sus amigos y el peso muerto simplemente se desecha.

Un chillido proveniente de la puerta lo sacó de las nubes y lo bajo directo a su realidad. Volteo de reojo para ver al rubio fresa entrar sigilosamente con una sonrisa y su esencia tan cautivadora, en una mano llevaba un plato con una porción de pizza mientras que la otra empujaba suavemente la puerta para abrirse paso.

Con serenidad se acercó a la cama del contrario para sentarse en el borde, la cama dio un leve chillido al peso del rubio.

- ¿Qué quieres Matt? - pregunto el castaño con algo de fastidio en su tono.

- Compramos pizza, te traje una porción - sonrió arrastrándose un poco más cerca del contrario.

Dio un suspiro para levantarse de la cama y sentarse al lado del rubio  para recibir la pizza. Estiro un poco las manos para recibir el plato pero el contrario alejó el plato y negó levemente con la cabeza.

Agarro la porción con la mano y se la acerco a los labios del contrario intentando que comiera a la fuerza.

- Matt, te dije que no hagas eso - reclamo mientras volteaba su cara dándole la mejilla.

- Oww, Solo come un poco y me voy - pidió el rubio mirándolo fijamente con los ojos brillando.

El contrario dio un suspiro leve y apenado abrió un poco la boca, para recibir la porción en un pequeño mordisco masticando lentamente sintiéndose humillado por el inocente rubio. La situación era vergonzosa pero empeoró cuando vio al alto noruego entrar a su habitación sin permiso viendo cómo el de pecas alimentaba al más bajo como si fuera su bebé.

- Agh... ¿Matt qué estás haciendo? - bufo, algo asqueado.

Para todos sus amigos no era novedad de que el atractivo rubio se comportara de manera infantil e inmadura pero aquella situación sobrepasaba los límites que Tord pensaba que tenía aquel chico y ver al de cuencas colaborar era algo sumamente raro.

Se miraron los tres entre sí con incomodidad por unos minutos pero el de cuernos rompió el silencio con un suspiro.

- bueno, no me importa. Aún así quiero saber dónde está mi celular, testigo -

Los chicos se miraron entre sí confundidos sin saber a que se refería mientras el noruego perdía la poca paciencia que tenía.

- ¿Por qué tendría tu celular? - alzo la ceja desafiante.

- ¡Mierda! No tengo tiempo para tus juegos.

Con desesperación el noruego se dirigió al escritorio y comenzó a vaciar los cajones tirando el contenido en el suelo. Los otros dos miraron el desespero del noruego que maldiciendo en voz baja buscaba su celular, se quedaron mirando en silencio unos minutos hasta que los cajones estaban completamente vacíos.

Hasta que bueno, encontró una peculiar libreta entre la ropa interior, estaba estilizada con cuadros de blanco y negro como una pista de carreras, por su apariencia era vieja, estaba usada. El de cuernitos lo vio con detenimiento mientras el propietario lo observaba aterrado pero cuando estaba apunto de ser abierto el alcohólico se levantó de su cama de un salto y corrió hasta el nombrado para tirar de un manotazo la libreta al suelo.

Se vieron mutuamente en silencio. Tord, había pegado un pequeño salto y su corazón latía a mil por el susto mientras Tom lo observaba frunciendo el ceño y respirando agitadamente, Matt solo observaba sorprendido lo rápido que había escalado la situación.

- No toques mis cosas - el silencio cesó.

- Bien - respondió, fríamente con un tono algo nervioso.

Salió de la habitación mientras de lejos se escuchaba una voz hablar "¡Tord, encontré tu celular!" Hablo con entusiasmo.

[▪︎]

Nueva historia, perdón si hice mucha énfasis en el que está desempleado pero es el esencial motivo de sus crisis así que, bueno.

Gracias por leer, muak muak<33

Él se fue [Mattom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora