Parte 4

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Dibujaba en un cuaderno antiguo, Edward siempre había sido el artista de su grupo pero eso no impedía que él dibujara, claro, no era el mejor pero practicaba pequeños garabatos en los marcos de las hojas, al lado de aquellos deprimentes textos que estaban plasmados en una hoja sumamente maltratada, aveces hasta mojada.

Volteo al ver como el rubio interrumpía su silencio adentrándose en su habitación sin permiso, cerró el cuaderno con miedo al verlo aproximándose.

- ¿Pasó algo? - pregunto, extrañado por la mueca del rubio, una sonrisa forzada, una que no solía tener.

El rubio se sentó en su cama y dio pequeñas palmadas a su costado llamándolo, hizo caso y se acercó algo preocupado, su cabeza ya era una mierda de por sí, muchas dudas y crisis que sentía que cualquier momento explotaría y ahora sentía una mala noticia aproximarse.

- Tom, tengo que decirte algo... - murmuró el rubio, rascaba sus manos frenéticamente, estaba nervioso y se notaba a kilómetros.

- ¿Paso algo? - volvió a preguntar más asustado que antes, el suspenso lo mataba.

- Yo... he intentado por años construir una panadería, sabes que no puedo solo, y mi hermana me propuso ayudarme con eso... - soltó una sonrisa lastimera mientras veía la auténtica sonrisa de alegría del castaño.

- ¡Eso es genial Matt! -pauso- pero no entiendo por qué esa cara si es una buena noticia. - toco su hombro consolandolo un poco.

El rostro del rubio cambió por completo, era una de tristeza pura, ahora venía la mala.

- Viene con una condición, me tengo que ir a Canadá. -

Aquella noticia lo dejó atónito, como si un balde de agua fría hubiese caído sobre él, sentía su corazón romper en mil pedazos, pero no lo mostraría.

- Ella me ayudará con la panadería viviré cerca de ella. -

- Es una gran oportunidad, Matt. Aprovechala. - forzó una sonrisa de alegría aunque sentía que estaba apunto de colapsar.

El rubio se quedó en silencio intentado pronunciar otra palabra, pero no podía, el miedo era más fuerte que él y solo trago saliva para abrazar fuertemente al de cuencas, este por su lado se quedó sorprendido ante el repentino gesto, no le agradaba mucho el contacto pero aceptó el abrazo placenteramente y disfruto cada segundo de aquello, se sentía tan cálido y hermoso pero el rubio se separó al sentir como las lágrimas estaban por salir.

- Pediré la cena. - titubeo para levantarse de la cama y marcharse.

No le dio la cara, pues sabía que lo vería llorar y era lo que menos quería, pero si hubiese volteado lograría ver al devastado Tom que no pudo evitar llorar en silencio apenas cerró la puerta, se cubrió la cara mientras se lamentaba y maldecia en voz baja, se levantó despues de unos minutos y se acercó a su escritorio para sacar una pequeña navaja de allí, tembló un poco al tomarla pero se calmó al sentir como rayaba su piel, el dolor y la sangre escurriendo de sus piernas, pronto se acabaría, lo sabía.

Solo que alzo rápidamente sus pantalones al sentir como una voz lo llamaba insistentemente, se secó las lágrimas con las mangas y la sangre la quitó con una toalla, gruño un poco ante el dolor pero rápidamente se repuso y salió de la habitación con una expresión monótona tan característica de él.

Él se fue [Mattom]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora