Random (3 Espadachines Y Un Demonio)

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Cuando Fred peleaba contra demonios era complicado, no quería matarlos, pero si no lo hacía dañarían a muchos humanos inocentes.

Este demonio era difícil de combatir, abría agujeros que transportaban cosas  a otros lugares; no era una luna demoníaca ¿Cómo tenía semejante poder y fuerza? ¿Tenía mayor sangre de Yuu o era cercano a él?

Estaba vulnerable, Golden estaba desmayado pero sin heridas visibles y Foxy aún peleaba, sin embargo estaba muy débil por la perdida de sangre, Fred también estaba herido, tenía un corte profundo en el abdomen que limitaba sus movimientos y Freddy no podía ayudarlo mucho en este momento ya que estaba peleando con otro demonio, que parecía que trabajaban juntos.

–maldición esto no podría empeorar– gruño entre dientes el pelinegro al sentir que era impulsado al cielo muy alto, a esta altura era probable que muriera; era una noche oscura, no había estrellas ni luna, era una noche solitaria dónde probablemente moriría junto con sus amigos.
    No, aún no, debía hacer que su hermano fuera otra vez un humano para que formara una familia y tuviera descendencia; aún no moriría.

Logro dar la vuelta para que al momento de la caída estuviera de cara frente al demonio. Al sentir que llegaba al suelo utilizo su nichirin y la respiración de la sangre para decapitar al demonio con el que peleaba su hermano.
     Rápidamente Freddy se unió a su hermano a pelear con el de "agujeros transportadores" aunque sus movimientos ya eran tan fluidos y la falta de sangre le hacía ver borroso y se sentía mareado.

–vaya chico, ¿aún puedes pelear? Pero te ves pálido, ¿Será la perdida de sangre? JAJAJAJA! ¡TU Y TUS AMIGOS PRONTO MORIRÁN! y ese demonio traidor será llevado ante mi amo para ejecutarlo.

Foxy se las arreglo para arrastrar a Golden con él y seguir peleando junto con los hermanos Kumagai.

Foxy y Fred dejaron a Golden al cuidado de Freddy mientras que combinaban un ataque para lograr decapitar a la bestia nocturna.

–maldición! Esos malditos mocosos no pueden matarme aún! Estoy tan cerca de convertirme en una luna demoníaca para que me asesinen. ¡Maldita sea! Voy a tener que usar la técnica más fuerte que tengo.–

Estaban cerca, 2 metros más y ese asqueroso ser estaría muerto, pero ninguno se vio venir lo que pasó a continuación.
   El demonio levanto los dos brazos haciendo que una masa negra los absoviera a todos.

No había nada, era un espacio totalmente negro, no lograba ver ni oir nada, y aún así lograba sentir una presión en el pecho, cómo si algo le apretujara el corazón.

No supo cómo terminó en el suelo, en tierra firme, había un sol resplandeciente, seguramente era tarde.

–¿el sol? Si es el sol, un momento, el sol, ¡Freddy! –mas preocupado por su hermano y falta de inmunidad al sol, no tuvo tiempo de darse cuenta de ahora estaba en un lugar desconocido sin enemigos ni aliados a su alrededor.

La caja estaba allí,posada a unos pocos metros justo debajo de un árbol con sombra, el azabache corrío lo más rápido que pudo a dónde estaba el objeto de madera.

Abrió la puerta de un tirón con la esperanza de que su hermanito estuviera ahí escondido. Sus plegarias fueron escuchadas al ver al, ahora, niño con el seño fruncido con el claro disgusto de la claridad y la luz solar.

–Hola Freddy, me alegro de que estés bien ¿te escondiste del sol verdad? tu hermano te protegerá, aunque se que puedes cuidarte tu solito– su hermano solo asintió (estaba claro que no podía hablar por el bambú de su boca) miro por encima del hombro de Fred para observar el paisaje en busca de algo referente o que recordara. El chico de ojos rojos imitó su acción y volteó a ver a todas las direcciones posibles dándose cuánta por fin lo que no había advertido antes– Freddy ahora estamos en un poblema, no puedo oler ni a Golden ni a Fox, incluso el olor del ambiente es diferente.

Fred hasta ese entonces logro captar que estaba en muchos problemas. Pero no podía ponerse nervioso ahora. Tenía que avanzar, cerró la puerta de la caja y se la colgó en la espalda. Cuando se levantó todo el dolor apareció de nuevo, logro retrasar el desangrando con la respiración total, pero sin un médico pronto, está vez si estaba seguro de que moriría.
   Anduvo a paso rápido, la verdad estaba casi corriendo, no sabía a qué dirección pero a lo lejos logro sentir los olores de otras personas, tal vez habría un pueblo cerca y con suficiente suerte lo podrían ayudar. Bajo el ritmo de sus pasos al sentir algo realmente raro.

No era posible, ellos ya no estaban, se había convencido hace mucho tiempo de que estaban muertos, se supone que no debería sentir sus olores. Caminó un poco desconfiado hacia el origen del recordado olor de su infancia.

Estaban allí, parada frente a él, era su hermana menor Rosal, bueno ya no tan menor, era alta y su cabello era largo, aunque algo en su expresión le hacía saber que ella tampoco esperaba verlo; la que creía que era su hermana llamo al otro chico, cabello y ojos blancos como la nieve, justo como lo recordaba, pero ahora el de piel pálida era más alto que el mismo Fred.
   Los tres se veían con desconcierto, Ben y Rosal esperaban algún movimiento por parte del azabache y este solo esperaba no estar muerto ahora.

No sabe cuándo empezó a respirar con dificultad y a sudar, pero en ese momento no importaba, solo necesitaba saber...

–¿Ben? ¿Rosal?...¿hermanos?...–no logro saber que paso después o si estaba en peligro, pero lo único que hizo fue desmayarse.

Fueron demasiadas cosas para un día.