Capítulo 8

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Hola, hola. Primero que nada lamento haber tardado un poco pero no tenía inspiración para lo que van a leer.

Pensé en dejarlo corto pero una personita especial me animó. Ella sabe quién es por qué ya fuera corto y largo dijo que le gustaría el capítulo.

Les dije que esto tendría Lemon y bueno, aquí está porque somos unas puercas y eso nos gusta.

Disfruten y lean las notas de abajo.




Jeon tenía a Jimin entre sus piernas, abrazándola y con su cabeza en unos de sus pechos. Ella le acariciaba el cabello y la espalda.

Ya habían tomado un baño y cenado y se habían ido a la habitación de Jeongyeon para darse un par de mimos.

—¿Siempre es así de fantástico?

Ella sonrió. Sabía a qué se refería Jimin.

—No siempre, Jimin. A veces ni sale como se planea —Él levantó su cabeza y la miró curioso.

—¿Por qué?

—Porque algunas veces el sumiso puede que no se sienta cómodo a pesar de aceptar ciertas cosas. O puede que la ama sobre pase los límites y no se controlen. La palabra de seguridad es importante y se debe respetar pero hay casos dónde no es así.

—¿Por qué sucede eso?

—Las emociones, Jimin. Si no se aprenden a controlar lo sirve de nada intentarlo —Ella le acarició la mejilla—. Pero no tienes que preocuparte, yo jamás voy a sobrepasarme contigo.

—¿Alguna vez tú… te sobrepasaste con alguien?

Ella dejó de acariciarlo un momento y suspiró. No era agradable recordar eso pero era parte de su vivencia.

—Una vez. Pero no fue por qué yo lo quisiera, sino por qué esa persona me lo pidió.

—¿Qué cosas te pidió?, Claro, si quieres contarme.

Jeongyeon sonrió con ternura. Eso la calmó. Jimin siempre era muy considerado con ella.

—Pues… habíamos llevado las cosas a un nivel alto y él me pidió que lo humillara tanto. Con palabras, actos y golpes. A él le gustó pero hubo algo dentro de mí que no me gustó tanto. Quizás por la emoción pero ya es pasado. Ahora estoy contigo, Jimin.

Jimin se sintió dichoso de escuchar eso.

—Me siento muy contento de poder tenerte.

—Yo también —Ella le sonrió con picardía y se atrevió a mover su mano hasta acariciarle una nalga—. Me gusta esto. Tienes una gran polla y un gran culo. El hombre perfecto.

—Oh, ¿Solo por eso me quieres?, hieres mis sentimientos, nena.

—Mmm… es que estaba bien redonditas —Ella le apretó la nalga de nuevo—. Quizás un día me dejes jugar con esta parte de ti.

De repente algo se movió dentro de Jimin y Jeongyeon lo notó por qué la miró con curiosidad.

—Ninguna mujer me ha tocado ahí atrás, Jeongyeon.

—¿Y te gustaría?, Recuerda lo que te dije, Jimin. Algunos hombres sienten curiosidad y termina gustándoles. No a todos pero si algunos. Pero yo no haría nada que no quisieras.

—Me gustaría complacerte si eso quieres. Creo que podría se interesante. En realidad no tengo miedo solo… me sigue sorprendiendo que tú ya lo hayas hecho —Jeon le sonrió y le guiñó un ojo—. ¿Qué cosas me harías?

Jeongyeon fingió que lo pensó solo para ver la cara curiosa de Jimin.

Él tenía un buen culo y Jeongyeon tenía experiencia en eso con algunos hombres.

Obediencia - JeongMin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora