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Suni me llevó enseguida a casa.
En el trayecto, mantuvimos una pequeña conversación sobre Taehyung y su accidente. También me contó sobre sus hermanos y las aspiraciones de estos. Me dijo lo mucho que quería a Taehyung, y lo mucho que quería que él saliera adelante. Que intentaría hablar con él sobre lo que me escuchó decir, y prometía que nada saldría mal.
Y yo le creía.
 
Me dio un poco de vergüenza al llegar a casa y encontrar mi casa en tan mal aspecto. Había un par de ventanas rotas, el césped crecido y varias latas de cerveza tiradas alrededor. Suni se estacionó frente a la casa frunciendo el ceño y apagó el carro. Después, me miró.
 
—Hay algo que Taehyung me prohibió decirte, sin embargo, creo que tienes derecho a saberlo. —Tomó un breve respiro. Yo la miré con atención—. La próxima semana viajaremos hacia la isla de Jeju, a una pequeña cabaña a la cual siempre solíamos ir en verano. Me gustaría que nos acompañaras, si eso sería posible, ya que realmente creo que le haces un bien a mi hijo. ¿Considerarías la idea? —Preguntó esperanzada. Yo me quedé en blanco—.

—No lo sé. Viendo como están las cosas entre su hijo y yo...
 
—Te dije que no te preocuparas, yo me encargaré de eso —Dijo Suni con una seguridad, que hasta logré creer que hablaba en serio—. Haré todo lo que esté en mis manos para que mi pequeño sea como lo era antes. Y si eso implica el ayudarte para que vuelvan a ser amigos, no dudes que lo haré.
 
Vale, ya veo porque tanto empeño.
 
—Muchísimas gracias Suni. Ojalá que todo pudiera volver a ser como antes.

Me despedí de ella y me bajé del coche, viendo como avanzaba por la calle. Pase mis manos por la cabeza y después decidí echarle un vistazo a mi coche, que probablemente estaba guardado en la cochera, porque no lo veía estacionado. Abrí la puerta de la casa con las llaves que siempre guardo debajo de una maceta y me metí, intentando hacer el menor ruido posible. Eché miradas furtivas a todos lados y me encaminé hacia el patio trasero, que estaba comunicado con la cochera. Me sorprendí al ver que también había un desastre, pero no hice nada para arreglarlo. Me metí en la cochera y suspiré aliviado. Mi destartalado coche estaba en perfectas condiciones. Maravilloso.
 
Iba a subirme en él, cuando fui interrumpida por alguien detrás de mí. Mi madre.
 
—¿Hoseok? ¿Qué haces aquí? —Preguntó, más ebria que la última vez. Rodé los ojos y me alejé de ella cuando intentó abrazarme. Vestía su pijama verde y una bata de baño rosa, el cabello amarrado en desigual a la altura de la nuca y grandes ojeras bajo sus ojos. Mi madre realmente daba pena—.

—Bueno, resulta ser que esta es mi casa, y puedo venir cuando me venga en gana —Le respondí fríamente, sacándole la vuelta y entrando de nuevo a la casa. Ella me siguió—. ¿Podrías dejar de seguirme?
 
—No. Lo siento pero... —Se tropezó detrás de mí, cayendo al suelo y después lanzando una carcajada. Y después comenzó a llorar, mientras se levantaba y empezaba a reír de nuevo—. Hay, me tropecé.
 
Realmente no podía creer que esta era mi madre amorosa de hace tres días.
 
—Iré a mi cuarto, y por favor, no me sigas —Le dije con los ojos escociendo y me volví a alejar de ella, subiendo las escaleras con dirección a mi cuarto. Cuando finalmente llegué a el, cerré la puerta con seguro y me dejé caer sobre el piso. Me dolía tanto la cabeza. Por todo; por el engaño de mi padre, las borracheras de mi madre, todavía por el beso de Doyun, el enojo de Jimin, y sobre todo, por lo que Taehyung me escuchó decir. Deseaba con todo mi corazón que las cosas fueran como antes; Desearía que Yoongi no hubiera marcado ese número en el teléfono. Que Taehyung nunca me hubiera besado. Que papá no hubiera engañado a mamá.

¿Por qué las cosas tenían que ser tan difíciles?
 
Me incorporé y caminé hacía mi cama, tirándome en ella. Ni siquiera me había dado cuenta que me faltaban los zapatos y la ropa interior. Y comencé a reír. Estaba tan preocupado en otras cosas, que me importó un limón que la señora Suni y mi madre me hubieran visto semi-desnudo. Reí más fuerte cuando pensé en todos los momentos divertidos que había vivido al lado de Doyun, cuando estaba perdidamente enamorado de él y deseaba a cada momento que me diera un beso, en la piscina y a la luz de la luna. Reí más por la estupidez de haber salido corriendo de casa la otra noche, cuando pude haber tomado mi coche y simplemente haber conducido. Y reí, aún más cuando recordé la primera vez que conocí a Taehyung y vislumbre a Jimin desnudo, cuando fuimos a la feria y el comenzó a burlarse de mí porque tenía miedo en la casa de espantos, cuando miramos hacia el cielo juntos. Cuando lo besé por primera vez, volviéndome la persona más feliz del universo, y finalmente cuando me dijo que me quería, porque aunque hubiera estado borracho en esos momentos, yo le creía. Le creía porque confiaba ciegamente en él.

¿Y porque confiaba ciegamente en él? Porque lo amaba, y porque siempre estaría a su lado. Y no me importaría que me tratará como a un niñero, o incluso un criado. Lo que sentía por él era tan... tan natural. Tan correcto. Al estar con él me embargaba una sensación de familiaridad, me sentía protegido, a pesar de ser yo quien lo protegía a él. Y al final, me sentí triste. Porque tenía tantas cosas, que desaproveche y luego se marcharon.
Y algunas nunca volverían.

Y yo quería, no, perdón. Yo necesitaba que volvieran a ser igual, excluyendo la parte de Doyun, tal vez. Como Suni, haría todo lo que estaba en mis manos para modificar los cambios de mi vida.

Y empezaría desde ya.

Corazón ciego [vhope] ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora