Maestro Y Discipulo Parte N°9

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Perdón por las faltas de ortografía.

- ¿Por qué tardaste tanto?. - Una pelinegra pregunto a otro chico pelinegro que acababa de llegar.

- Tuve que atender un asunto personal. - Estoicamente hablo.

- ¿Me estas ocultando algo?. - Pregunto nuevamente.

- No. - Fue la seca respuesta que recibió

Suma suspiró con pesadez, lo miró por un tiempo hasta que cambió de expresión a una sonrisa.

- Está bien está bien. - Hablo felíz mientras que cerro sus ojos.

- Nos quedaremos en este pueblo durante unos días, luego de eso seguiremos nuestro camino. - Mencionó con su habitual seriedad.

Suma asintió con la cabeza.

- ¿Quieres ir a comer?. - Pregunto la jóven.

- Claro. - Ambos salieron a comer a un pequeño local de comida, se sentaron uno al lado del otro, el dueño del local los atendio al instante.

Pidieron su comida y empezaron a tener una pequeña plática.

- ¿Giyuu por qué no quieres que nos unamos a los cazadores de demonios?. - Pregunto curiosa la jóven mientras que miraba a Giyuu.

- Porque en esa organización son traicioneros, algunos son arrogantes, otros simplemente buscan problemas con la gente sin ningún motivó y según tengo entendido, el actual patrón deja pasar todo como si nada pasara. Esas son mis razones para no entrar a esa organización. - Con seriedad mencionó las palabras que su sensei le había dicho anteriormente, su maestro no le mentiría en algo como eso, después de todo el sabía un montón de cosas y estaba seguro de que no mentía.

- Pero esos cazadores que nos cruzamos, parecían ser buenas personas. - Hablo con un leve tono serio en su voz.

- Pueden haber excepciones obviamente, pero yo nunca le daría mi confianza a esos cazadores, y si lo llegaría a hacer, sería solo para mi beneficio propio y nada más. - Friamente dijo esas palabras, Suma lo vio un poco dudosa, aceptando las palabras de su compañero.

- Aquí tienen sus pedidos. - El dueño del local les entrego un plato de comida a cada uno, comieron en total tranquilidad, una vez dejaron de comer se dispusieron a irse a alguna posada a descansar.

___

- No ALÉJATE!. - Una voz femenina se escucho en las calles del pueblo en dónde Giyuu y Suma se habían quedado.

- Silenció linda, te devorare y probaré cada trocito de tu carne. - Un demonio muy espantoso habló, la chica no sabía que hacer, estaba arrinconada en un callejón.

- Muere. - Susurro el demonio mientras que lanzaba sus garras a la chica.

- Corte de la superficie. - De repente, otra voz femenina se hizo presente en el lugar, el brazo el cuál estaba por atacar a la chica estaba ahora en el suelo.

- Buen trabajo Suma. - Otra voz nuevamente se escucho, a diferencia de la otra esta parecía ser una voz masculina. La jóven volteó a ver a sus salvadores y vio a dos pelinegros con ojos azules que eran prácticamente iguales.

Tanto en apariencia cómo en las ropas que usaban, parecían gemelos, la única diferencia que era notable es que el chico tenía una expresión fría y de indiferencia, y la chica tenía una expresión de felicidad.

- ¿Te encuentras bien?. - El pelinegro estaba de brazos cruzados con su espalda recargada en la pared, la otra pelinegra que se llamaba Suma estaba delante de ella protegiéndola del demonio el cuál había saltado para atrás mientras que su brazo se regeneraba nuevamente.

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