Buscando a Robert.

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-¡Sarah, a desayunar!

-¡Ya voy!

Sarah Miller, de 32 años, se levantó molesta de que su padre Joel la despertara tan temprano en domingo. Se rascó el pelo, se puso su camafeo y bajó a desayunar.

-Buenos días, Sarah.

-Buenos días, papá.

Ambos se sentaron a desyunar. Sarah miró su plato con disgusto. Era ensalada de verduras.

-¿Esto se supone que es el desayuno?-preguntó molesta.

-Hay desabasto una vez más, cállate y come.

Sarah bufó mientras Joel sonreía burlón. En eso, alguien entró. Era Tess.

-Agh, sigues vivo anciano infeliz.

Tess besó a Joel y se sentó a desayunar.

-Aww-dijo Sarah sonriendo de forma socarrona-, se aman.

-Dependemos uno del otro para sobrevivir-dijo Joel fingiendo molestia, pero sin ocultar la sonrisa-. No es lo mismo.

-Yo creo que sí.

-Cállate, Sarah.

-Sí, mamá.

Tess se sonrojó mientras Joel se reía.

-¿Qué tenemos hoy?-preguntó Sarah mientras se acababa la lechuga-¿Y las armas que teníamos que entregar? Llevamos dos días de retraso.

-Sobre eso... hubo un problema.

Sarah y su padre miraron a Tess.

-¿Qué pasó?

-Robert. El infeliz de Robert fue lo que pasó.

-¿Nuestro Robert?

-¿Qué demonios hizo ese imbécil ahora?

-Se llevó las armas, Sarah-explicó Tess-. Y planea venderlas, seguramente.

-Es broma, ¿no?-dijo Sarah molesta-. Sin armas no nos pagan, si no nos pagan no hay comida.

-Encontraremos una solución, cariño-dijo Joel.

-Yo tengo una solución-dijo Sarah mientras se ponía el pie y buscaba su arma-. Que vayamos por las armas nosotros mismos.

-Sarah, Robert nos tiene un miedo atroz. En especial a ti, linda-dijo Tess-. Si te ve en las calles, sólo lograrás que se oculte.

-¿Se te ocurre una mejor idea, Tess?

Tess pensó un rato. Miró a Joel, quien parecía de acuerdo con Sarah.

-No.

-Muy bien, entonces vámonos.

Salieron de la casa y empezaron a caminar. Boston estaba cada día peor. Los edificios se vendrían abajo en cualquier momento y las personas eran todo menos amigables. Mientras caminaban por una de las calles principales, vieron a un grupo de soldados sacando a unas personas de un edificio abandonado y recostándolas contra el piso.

-¡Vamos!-gritaba un soldado.

-¡Déjame en paz!

-¡No hicimos nada malo!

-¡Dije al suelo!

Los soldados los obligaron a ponerse de rodillas. Sarah y otros civiles contemplaban esa escena y sentían pena por esas personas, pero no podían hacer nada.

-¡Manos en la cabeza!-las personas obedecieron y el soldado volteo hacia dos hombres con trajes de riesgo biológico-Escanéalos.

Los escanearon uno por uno. Todos estaban limpios, menos una mujer.

The Last of Us: La historia de Sarah y Ellie.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora