Amanecer de un río claro

En la ciudad, cien mil hogares, aquí dos o tres familias

Jiang Cheng permanecía en silencio frente a Xichen, quien después del exceso de adrenalina estaba nervioso a mas no poder, afortunadamente la elocuencia de Huaisang había pasado el momento desapercibido y ahora se encontraban dentro de un pequeño templo

—Puede desviar el tema un poco, pero dudo que los visitantes olviden lo que paso—

—Muchas gracias, Huaisang— con un movimiento de cabeza Huaisang se retiró del lugar, podría haber soltado alguna palabra sarcástica, pero ese no era su estilo

—Entonces ¿vas a explicarme lo que paso antes? — Los dedos de Jiang Cheng tamborileaban en la pequeña mesa de té que lo separaba de su acompañante

—No hay nada que explicar, lo que escucho es lo que es— espalda ergida, ojos cerrados, parecía ser el sereno y amable Xichen de siempre, de no ser porque sus manos temblaban agitando el líquido dentro de la taza que pretendía beber

—Tu me pe— El líder Jiang se tuvo que interrumpir, sus mejillas estaban rojas y su poca paciencia poco a poco lo abandonaba —No te burles de mi, líder Lan, saliste de reclusión y viniste en mitad de la ceremonia solo para pedirme matrimonio, ¿acaso te volviste loco?, a ti ni siquiera te... te importo— Xichen bajo la taza ante el exasperado Jiang Cheng y lo miro a los ojos, no de forma ruda, ni molesta, fue una mirada tierna, una mirada que hizo a Jiang Cheng estremecerse por no estar acostumbrado a ser visto de esa manera, con ese cariño

—No me estoy burlando, mi intención inicial era impedir esta ceremonia, pero al ver que llegue tarde, solo se me ocurrió esto para no perderte, líder, no, Jiang Cheng, no fue mucho el tiempo que pasamos juntos, pero soy serio, quiero estar contigo, y si necesito volver a la reclusión para que me mires y me des aunque sea un poco de tu tiempo, entonces eso hare— Jiang Cheng lo habría golpeado o habría escapado del lugar, de no ser porque sus manos estaban imposibilitadas con un firme pero delicado agarre de Xichen

—Tu, de verdad eres un idiota, para empezar, no cumples ninguno de mis gustos, en segundo lugar, ambos somos hombres, en tercero, eres el líder de tu secta, necesitas dejar descendencia, y yo igual, y por último, dudo que te olvidaras de GuangYao— Xichen pensó en cada una de las cosas que Jiang Cheng enumero y soltó las manos de su contrario —Puedo resolver lo de tus gustos, a estas alturas, no creo que el género importe mucho, podemos resolver lo de los respectivos líderes cuando llegue el momento, y— Xichen hizo una pausa solemne, este punto era el más importante, y debió aclararlo hace mucho —Lo que sentí por Meng Yao jamás fue amor, al menos no en el sentido romántico, él y Mingjue fueron mis mejores amigos, mi apoyo emocional, pero jamás hubo algo entre GuangYao y yo, ese día en mi habitación, no quería que me odiaras, por eso solo se me ocurrió decirte que lo hice por él, no sabía cuánto te lastimaría— Esas últimas palabras hicieron a Jiang Cheng sonrojar y enfadarse, no con Xichen, si no consigo mismo, se sentía avergonzado, así que se levantó apresurado de su lugar para retirarse, no sin antes soltar un "Lo pensare", que quedo en el aire, pero eso bastó para hacer a Xichen feliz, quería decir que Jiang Cheng se tomaría enserio su propuesta.

Jiang Cheng se sentía como un idiota, a él ya le gustaba Xichen, ¿Por qué no pudo simplemente decírselo en el momento? —¿A que le temes tanto? — Wuxian estaba sentado sobre el escritorio mientras Jiang Cheng revisaba algunos papeles —Es fácil para ti decirlo, no tienes una reputación que guardar, y quitate de ahí— Wei Ying simplemente se encogió de hombros —Después de esa admirable propuesta de matrimonio, dudo mucho que guardar una imagen sea importante— se bajó con un saltito de la mesa y le quito los papeles a Jiang Cheng para obligarlo a verlo —A-Cheng, olvidate de que eres un líder, olvidate de la secta, incluso de JinLing, ¿Qué es lo que quieres tú?— Jiang Cheng bajó la mirada pensando en la respuesta más apropiada, abrió la boca, pero no dijo nada, en su lugar solo suspiró —Quiero a Xichen— Wei Ying sonrió por la respuesta tan honesta, pero ahora Jiang Cheng no sabía el momento adecuado para decírselo a Xichen.

Durante varios días, el líder de la secta Lan fue quien dedico tiempo a visitar a Jiang Cheng, preparándole sopa de loto que aprendió a hacer de Wei Ying, cortejándolo, siendo un apoyo en lo que pudiese ofrecer. Los rumores tampoco tardaron, había quienes decían que Xichen solo quería sumarse a la alianza de los Nie y los Jiang, otros decían que tantas perdidas nublo su juicio y confundió sus sentimientos, pero Xichen ignoro todos aquellos comentarios, estaba decidido a conseguir su objetivo.

Jiang Cheng llego a acostumbrarse a sus visitas, hasta que se decidió a ser honesto con Xichen, decirle sus sentimientos, pero en el momento en que más esperaba Jiang Cheng verlo, las vistas a Yunmeng por parte de Xichen, cesaron.