Voz

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Su trabajo siempre había sido difícil, el tener que atender las heridas de las parejas de la familia Black era horrible de ver, siempre pensó que Sirius seria diferente a su familia pero viendo al doncel frente a él sabia que no era así, Sirius era igual de cruel que sus padres y ancestros, incluso la señorita Bella era mas amable con su pareja, él joven Mirt, que él.


Tardo varias horas y gasto mucha de su magia para que tanto el doncel como sus hijos estuvieran bien, pero aun así el pelinegro tuvo que hacer un trato con la madre magia para salvar la vida de los bebés, sabía que solo la familia Prince podía hacer tratos con la madre magia pero se decía que habían desaparecido hacia años y ahí tenia al ultimo Prince sufriendo.

-Como está?- pregunto Sirius cuando salió.

En la sala también se encontraban James y Remus que estaban preocupados por el doncel, sabían lo poco cuerdo que era Sirius y lo emocionalmente inestable que estaba en los últimos días.

-Esta muy lastimado, deberá descansar durante alguno días y le recomendaría que le permita resivir un poco de aire fresco eso le ayudaría con su gestación- dijo el doctor.

-G-Gestación?- pregunto extrañado Remus.

-Tiene tres meses de gestación, estuvo a punto de tener un aborto por los golpes- el tono de voz era levemente molesto.

-Seré papá... ¡¡¡SERÉ PAPÁ!!!- grito con alegría el Black para correr hasta la habitación donde el doncel apenas y despertaba.

Cuando se acerco para darle un abrazo el doncel se alejo como pudo, sus ojos se cristalizaron en lágrimas y su cuerpo temblaba mientras abrazaba su vientre de forma protectora.

-Ya lo sé cariño, seremos padres, no tienes nada que temer, es la mejor noticia del mundo- hablo calmadamente Sirius acariciando el negro cabello del menor.

Severus no sabía que hacer, el solo recordar que casi perdia a su bebé por la paliza que el Black le había dado sin razón alguna lo hacía compararlo con Tobías y eso generaba que lo quisiera lo más lejos de su hijo como fuera posible.

-Lamento lo que pasó, pero tienes que entender que desobedeciste- dijo Sirius con voz dulce.

Severus simplemente tembló ante esto, no quería desobedecer y ser castigado con tanta crueldad, nunca pensó en escapar solo quería comer manzanas.

-Por que no dices nada?- pregunto Sirius con leve molestia en su voz.

Severus se cubrió el vientre con sus brazos y bajo la cabeza esperando un golpe que nunca llegó.

-Señor, no puede seguir golpeándolo podría abortar- dijo el medimago reteniendo a Sirius.

-El doctor tiene razón Sirius, Snape debe descansar- hablo Remus.

El doncel pelinegro solamente mantenía su mirada en las sábanas abrazando su vientre, estaba en shock aún, no podía escuchar nada más que no fuera el peligro que el Black representaba para él y su bebé.

-Canuto, debes pensar en tu hijo- habló James tratando de hacerlo razonar.

-Tienes razón, perdóname cariño, no pensé en nuestro bebé -

Acarició con dulzura el cabello del doncel mientras esté temblaba y abrazaba su vientre.

-Doc, alguna recomendación para su embarazo?- preguntó Remus.

-Debe descansar y comer saludable, salir al jardín podría ser relajante para él -

Al escuchar el jardín Severus levantas u rostro viendo al médico con horror y negó con la cabeza, su respiración empezaba a fallarle y empezó a toser.

-Snape, tranquilo -

-Que le pasa?-

-Está bien, no salir al jardín - el medimago entendió el miedo del menor, ya que había revisado sus recuerdos y vio la crueldad con la que Sirius lo había tratado.

En verdad le daba lástima el pequeño doncel, no había hecho nada malo como para tener que sufrir ante la maldición Black, maldición que sería anulada por la sangre Prince y así los hijos del pelinegro no correrían el riesgo de llevar en su conciencia el lastimar a otra persona por no saber demostrar amor.

-Algo más que deba saber?- Sirius veía fijamente al medimago.

-Nada más... Sobre las relaciones íntimas le recomendaría que fuese lo mínimo posible para no provocar un aborto accidental, si fuese posible abstenerse a estas hasta el nacimiento del bebé -

-Entiendo, gracias -

Cuando el medimago desapareció, Sirius fue llevado hasta la sala por sus dos amigos.

-Sirius, ahora serás padre y en verdad tienes que dejar de lastimar a Snape - regañó Remus.

-Ya no es Snape, es Black - gruñe.

-Como sea, tus celos incontrolables lo están afectando demasiado, ¡!casi matas a tu propio hijo por una tontería! -

-Creí que escaparía - admitió cabizbajo.

-Tiene miedo, si me hubieses hecho caso podrías haber anulado la maldición de tu familia y podrías haber sido feliz con él... Ahora solo sufre, te tiene demasiado miedo -

-Lo sé, pero no sé cómo tratar con él -

-Podrias tratar de enamorarlo ahora, ya sabes, con flores, cartas, chocolate - aconsejo James.

-Lo intentaré -

-Sirius deberás esforzarte para que te perdone, ya no lo fuerces-

-Está bien -

Mientras tanto en la habitación Severus veía la sonaja que el medimago había transfigurado como regalo para su bebé, le agradaba él hombre y sería un buen aliado en los duros meses que le esperaban... Solo pedía a la madre magia que sus bebés nacieran sanos.

Eres míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora