Embarazo parte 2

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Cuando el matrimonio Black llegó a su casa Severus sintió alivio al ya no sentir el fuerte agarre de Sirius en su cadera. Por parte de Sirius estaba pensativo ante lo dicho por su madre, no quería que nada le pasará a su cuervo ni a su bebé.

-Tienes hambre?-

Severus negó con suavidad mientras acariciaba su vientre apenas notorio.

-Ve a descansar - ordenó el Black apretando los dientes con molestia ante el inminente silencio.

Cuando Severus se retiró Sirius suspiró con cansancio, lo dicho por su madre lo tenía pensativo no quería que nada le pasara a su esposo, pero no podía parar la maldición que había en su sangre y lo odiaba con todo su ser ya que solo lastimaba a su pequeño pelinegro.

Con pesar se acercó a la habitación y la abrió con mucho cuidado, pero aun así vió a Severus tensarse y girarse cubriéndose con una toalla.

Las marcas violáceas estaban presentes en sus brazos y piernas, además de las marcas de ataduras en sus muñecas y las heridas en sus labios.

-Ve a dormir - acarició sus cabellos negros.

Severus temblaba y cerraba sus ojos con fuerza mientras el Black acariciaba sus cabellos, sabía de primera instancia que en un segundo podía estarlo acariciando y al otro podría estarlo golpeando sin piedad alguna, así que solo pudo asentir y meterse en la cama.

-Tengo una sorpresa para ti, espero te guste, mañana a primera hora te la daré - habló con entusiasmo el Black, al no recibir respuesta alguna se dirigió a ducharse antes de tener un arrebato de ira.

Severus simplemente se abrigo aún más con las sábanas, solo pedía que Black no quisiese que lo atendiera sexualmente esa noche, no podría hacerlo, se sentía demasiado cansado física y psicológicamente y eso solo lo llevaría a recibir una paliza.

Al día siguiente Severus despertó antes que el Black y decidió preparar el desayuno antes de que despertara y tal vez así podría tener un día sin tantos problemas.

-Donde está?- gruñó Sirius cuando palpó el lado de Severus y no lo sintió.

Con el ceño fruncido empezó a buscarlo y al no encontrarlo sus ojos brillaron en un rojo oscuro de manera macabra, su magia empezaba a desbordarse cuando el toque en la puerta lo hizo salir del transe.

-Sevy - una sonrisa sádica se mostró en su rostro haciendo tensar a Severus.

-La comida está lista - con sus manos temblorosas mostró una libreta cubriendo su rostro.

-Oh, estabas en la cocina, muy bien cariño bajo en un segundo - responde sonriente Sirius.

Cuando esté entra en el cuarto de baño Severus suspira aliviado de no ser golpeado, rápidamente baja las escaleras para revisar que todo estuviera en orden y no ser castigado si algo molestaba al Black.

Después de que Sirius bajará y ambos comieran con tranquilidad Severus llevo sus manos a la boca conteniendo una arcada, se levantó y corrió hasta la cocina para vomitar en el lavabo, Sirius lo siguió con preocupación.

-Esta bien, deja lo salir todo - acarició su espalda y sostuvo sus negros cabellos.

Severus dejo de vomitar y lavó su boca, no le gustaba el sentir el agrio sabor del vómito en su paladar, pero esto dejo de importar cuando todo su alrededor se volvió negro.

-Oye, que te pasa - el Black asustado sostuvo el cuerpo inerte del doncel para llevarlo a la habitación.

Una hora después el medimago termino de revisarlo y se dirigió al Black.

-Solo tuvo un desmayo ocasionado por el cansancio del embarazo, como ya le había mencionado su embarazo es de riesgo ya que ya tuvo un intento de aborto y la madre magia ya lo castigo - dijo el medimago.

-C-Como que ya lo castigo?-

-Tuvo un intento de aborto cuando usted lo golpeó anteriormente y por esa razón la madre magia lo castigo - explicó el medimago conteniendo sus ganas de golpear al mago.

-Cual... Cuál fue su castigo?-

-Anulo su voz, no puede emitir una sola palabra -

Sirius vio con culpa al pelinegro, había creído erróneamente que el pelinegro se negaba a hablar y resultó ser que no podía, había forzado a tener relaciones sexuales de su cuervo creyendo que estaba siendo rebelde.

-Se puede remediar?-

-No, hasta que la madre magia levante el castigo él chico no podrá hablar ni usar hechizos verbales -

-Entiendo -

-Señor, se que no debo meterme en esto, pero... No sea tan duro con él, solo es un mestizo y eso lo lleva a ser inestable para llevar a termino su embarazo -

-Mi maldición me hace lastimarlo -

-Encuentre una manera de hacerlo... Muchos han muerto en mis manos por la maldición de su familia... Entiendo que las maldiciones sean demasiado fuertes como para romperlas, pero puede modificarla, puede hacerlo si en verdad ama al chico.

Cuando el medimago se retiró Sirius se dirigió a la habitación donde el menor dormía.

-Lo siento, lo siento, de verdad lo siento, solo te daño y eso me da placer, ver tus lágrimas, tus ojos llenos de miedo, brillando al contener tus lágrimas, todo tu cuerpo me seduce para romperlo y hacerlo mío -

Mientras hablaba unos hilos negro de magia envolvían las muñecas, los tobillos y el cuello del doncel, estás empezaban a aumentar su tamaño y ha crear pequeños tatuajes en forma de espinas.

En un segundo el hechizo se había desvanecido, dejando ver un brillo denso que emanaba del vientre del doncel.

-Ese bastardo me está atacando - gruñó el Black.

En otra parte de Londres el medimago recordaba con lástima lo que había dicho el pequeño Prince.

-Puedo protegerlos, solo debo sacrificar algo - murmuró para el medimago.

-Niño, es imposible detener el sangrado... Perderás a tus hijos -

-No, no lo haré, son míos... Por favor, si algo me pasa durante el parto quiero que lleve a mis hijos a la mansión Malfoy - suplicó.

-Esta bien, lo haré -

-Madre magia, te entrego mi voz, lo único que tengo, te suplico que cuides de mis hijos y les permitas nacer, crecer y los libres de la maldición Black -

-Hijo mío, siendo un niño ya eres capaz de invocar me, puedo aceptar tu propuesta, pero debes tener en cuenta que tú núcleo está muy débil para sobrevivir -

-Lo se y estoy dispuesto a tomar el riesgo -

-Si ese es tú deseo, cuidare de tus hijos -

El hombre estaba sorprendido, había presenciado el pacto de un Prince y madre magia, algo que muy pocos habían tenido el honor de presenciar.

-Aveces odio tener esta maldición, se que lo veré morir - susurro bebiendo una copa de vino.






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⏰ Última actualización: Sep 26 ⏰

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