Los Potter

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Severus seguía en cama después de lo sucedido en el desayuno el Black no había ido a la habitación y eso lo calmaba un poco, debía pensar en la manera de mantener a sus hijos seguros y que no lo golpeara nuevamente; pero lo que pasa era que no sabía cómo reaccionaria en cada situación, Sirius era un completo enigma cuando se trataba de no hacerlo enfurecer.

-En verdad no quisiera que naciesen en una familia tan rota, pero no puedo hacer nada y no soy capaz de asesinarlos - pensó acariciando su vientre.

Por otro lado Sirius estaba en el ministerio de magia junto a James, quien estaba preocupado por ver a su amigo tan pensativo.

-Sirius... Como está Severus?- pregunto el Potter.

-Bien - responde evasivamente.

-Funcionaron las flores?- la inocente pregunta hizo que el Black frunciera el ceño con molestia.

-Es alérgico a las camelias - gruñó con rabia.

-N-No fue nada grave?-

-Pues usar un hechizo que aprendí de Regulus... Esto es demasiado, se niega a hablarme y solo ve al suelo - Sirius sonaba derrotado, algo extraño en él ya que siempre conseguía lo que quería.

-Mamá quiere que vengas a casa a cenar, desea conocer a tu pareja -

-Cierto, olvide que le mencioné algo sobre Severus -

-Por qué no vienes a cenar hoy? Puedes traer a Snape... Perdón a Severus - se corrigió rápidamente al notar el enojo al mencionar el antiguo apellido del doncel.

-Iremos, dile a mamá que estaremos ahí a las 7 -

-De acuerdo -

Cuando Sirius llegó se dio cuenta que Severus aún seguía dormido, así que lo movió con gentileza para despertarlo y pedirle que se alistara para ir a cenar a la residencia Potter, pero cuando esté abrió los ojos lo vio alarmado y empezó a temblar.

-Hey, calma - Sirius trataba de calmarlo, en un punto lo inmovilizó contra la cama haciendo que Severus llorará.

Severus temía lo que el Black le haría, había olvidado preparar la cena y se quedó dormido después de tomar las pociones que el medimago le dejo, Sirius se veía enfadado y podía lastimar a sus bebés.

-¡Quédate quieto!- Sirius perdió la paciencia para tratar con Severus y al dar la orden el doncel sintió una descarga eléctrica recorrer su cuerpo.

Severus lloraba mientras trataba de contener sus gimoteos, su cuerpo aún dolía por la paliza que había recibido el día anterior, los ojos rojos de Sirius le aterraba y lo que más miedo le daba era que no podía usar su magia, se sentía perdido y sin dirección.

-Deja de llorar, bañare y toma tú ropa del armario, iremos a cenar con los Potter - informó dejando libre al doncel.

Con su cuerpo adolorido Severus camino hacia el baño, no quería que se enfadara y lo golpeara.

Después de que Severus saliera del baño Sirius entro, por un momento recordó la mirada llena de miedo que él menor le dio y se sintió culpable, el recordar lo que había sucedido en la mañana le hacía sentirse peor, debía cambiar por su pequeño y lo haría, trataría de cambiar.

Cuando llegaron a la residencia Potter la señora de la casa los invito a pasar, con alegría abrazo a su hijo adoptivo y los llevo a la sala, Severus no entendía el por qué no lo reconocían, había hablado con el matrimonio Potter ya que el señor Charles era un muy buen pocionista y un maestro en las artes oscuras, así que le había pedido consejos cuando los encontró en el andén, antes de ellas vacacionales de fin de curso.

-Es muy agradable conocerte, querido... Tú eres Dary, cierto?-

-...- Severus solo asintió con la cabeza cuando sintió la mano de Sirius apretar su cintura.

-No puede hablar - mencionó Sirius besando la mejilla del doncel.

-Oh, disculpa mi descortesía - se disculpó rápidamente la madre de Sirius.

-Y cuéntame Sirius, como lo conociste?- pregunto Charles para evitar el silencio incómodo.

-En el andén, primer año - responde con emoción Sirius.

Severus se tensa al sentir la mano de su esposo recorrer su pierna, deseaba pedir ayuda, en verdad quería pedirle al señor Potter que le ayudase, pero Sirius era su hijo adoptivo y seguramente ya sabían quién era y lo estaban ayudando como lo hacía Potter, quería llorar y disimuladamente acarició su vientre.

-Mamá ya podemos pasar a la mesa?- pregunto James en un intento de ayudar a Severus a no sentirse tan incómodo.

-Cierto, pasemos; espero que te guste el pastel de manzana, a Sirius le encanta y lo prepare como postre - la emoción en la voz de la señora Potter hicieron que no notará lo tensos que estaban Sirius y Severus.

Uno por recordar lo que le había pasado y el otro por recordar que había lastimado a su amado por un arrebato sin sentido.

-Si no te gusta puedes decirme - agrego sentada junto a su esposo.

Severus solo asintió con una pequeña y temblorosa sonrisa, ya que el Black le había advertido que de no sonreír sería castigado en cuanto llegasen a casa y no quería ser castigado.

El resto de la noche Severus se mantuvo tenso e incómodo, apenas había tocado su comida y había estado a nada de vomitar cuando sirvieron el pastel de manzana, James lo había salvado al pedirle a Sirius que contase la noticia que serían padres.

-Podf por qué no le dices a mamá y papá lo que contaste? - había notado que Severus tuvo arcadas cuando vio el pastel de manzana y entendía que tenía miedo a la reacción de Sirius, así que trato de ayudarlo sin romper el juramento inquebrantable.

-Cierto, mamá, papá... ¡Serán abuelos! - dice con emoción Sirius.

Al instante los señores Potter se levantan para abrazarlo y tratar de abrazar a Severus, pero este empieza a temblar.

-Está un poco sensible por el embarazo - trata de excusar Sirius.

-Lo entiendo, cuando estaba esperando a James no quería que nadie me tocará, recuerdo que golpee a Orión en una reunión familiar - contó con alegría la señora Potter.

-Los antojos son un gran problema y más cuando los piden a mitad de la noche - ríe con diversión el señor Potter.

-Pero hay que tener cuidado, al ser magos nuestra magia depende de nuestro núcleo así que los antojos son muy importantes, uno solo que sea negado puede causar un desequilibrio en el núcleo - dijo con seriedad la mujer.

Sirius frunce el ceño al recordar que Severus tuvo antojos el día anterior y él lo único que hizo fue golpearlo hasta la inconsciencia.

-De cuanto estás?- pregunto con duda el señor Potter.

-Se... Dary tiene 3 meses, un medimago ya lo reviso -

-Bien, dentro de poco empezarán los mareos, vómitos matutinos y explosiones de magia accidental, debes estar bien alimentado y sobretodo Sirius no te separes de su lado, debes administrarle magia cada cierta cantidad de tiempo, ya que es importante que el bebé reciba la magia de ambos padres -

-Está bien mamá -

-Recuerda que estos últimos cuatro meses debes cuidarte, la madre magia te castigará si algo le sucede al bebé - advirtió con el ceño fruncido la señora Potter.

Este gesto hizo que Severus temblará notoriamente, sabía que la madre magia castigaba a las brujas y magos que perdían a sus bebés, y más si los bebés nacían muertos.

Eres míoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora