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Su plan daría marcha el día de hoy, como siempre, Gillian Baker daría una fiesta en su casa. Anna había sido invitada, aunque había sido rogada por la rubia de ojos verdes ella simplemente declino la invitación, no sin antes preguntar exactamente donde sería y a que hora daría inicio.

Saliendo de clases convenció a Nat de acompañarla al centro comercial y por muy molesto y en contra de la locura que su amiga iba a cometer, se dejo llevar porque aunque Anna haya perdido la cabeza no la puede dejar que vaya mal vestida. Necesitaba comprar algo que la hiciera lucir lo suficientemente deseable a los ojos de Ray, pero sin parecer una ramera. Después de varias horas Anna había conseguido exactamente lo que buscaba, regresando a casa se preparo para poner su plan en acción.

Saliendo de la ducha Anna rebusco entre las prendas que había comprado, opto por ponerse un top con cuello alto color blanco, una falda negra que llegaba justo por encima de sus rodillas dejando ver un poco sus muslos y una chaqueta color rosa pastel fue el conjunto que decidió. Se deshizo de sus trenzas dando paso a su largo cabello lacio que llegaba un poco más por abajo de sus muslos, acomodo de la mejor manera su cabello haciendo dos pequeñas trenzas tras sus orejas, coloco un poco de maquillaje rosa en sus ojos y al terminar se miro en el espejo.

Desconoció por completo a la persona que le devolvió la mirada, sintiéndose más confiada que antes miro la hora en su teléfono "10:30", perfecto. Saliendo como pudo por su ventana Anna se dirigió a la fiesta donde esperaba conseguir que Ray Grace Field se fijara en ella.

En el camino reflexionaba, ella siempre se había comportado a la perfección, había sido una chica buena toda su vida. Hoy no quería ser así, hoy no quería ser ella.

Al llegar a la casa de Gillian, se topó con la clásica fiesta que retratan las películas americanas. Chicos y chicas alcoholizados a más no poder, algunos se besaban sin importarles quien podía mirar, otros bailaban y otros más se perdían en las habitaciones del piso superior. Se sintió fuera de lugar, adentrándose más en la casa notó como varias miradas le seguían, chicas y chicos le miraban de arriba a abajo. Cohibida, buscó un lugar de la casa donde no hubiese tanta gente.

Al llegar a la cocina se sirvió un vaso de refresco, sentía la garganta seca por los nervios y la vergüenza, tal vez había sido una mala idea venir. Además, se había sentido como un trozo de carne arrojado a una jauría de perros... Tal vez se veía mal en esa ropa y esas eran miradas de asco.

⸺¡Oye, niña bonita! ¿Bailamos?— Un chico de cabello negro con múltiples ganchos y otras cosas de colores en su cabello le preguntó. Sandy. Anteriormente ya habían hablado, pero tal parece ser que no le había reconocido.

"No actúes como una nerd, no actúes como una niña tímida. No seas Anna." Se regaño para después aceptar la invitación del eufórico chico.

En el centro de la pista cuerpos calientes chocaban unos contra otros mientras se movían alegres al ritmo de la música, al principio se sintió cohibida, después fue entrando en confianza y minutos más tarde era una de los que saltaba alegre junto a todos.

⸺¡¿Cómo te llamas?! ⸺Le preguntó Sandy. Anna dudo sobre si decirle su verdadero nombre o pretender ser alguien más.

⸺¡Soy Lissa! ⸺Se presentó. Si bien, tampoco es que mintiera.

⸺Un placer bailar contigo ma belle blonde. ⸺Sandy se retiró de la pista y ella continuo bailando unos minutos más. Ahora, sedienta se encaminó a la cocina. Y sin buscarlo lo encontró.

Ray Grace Field se encontraba bebiendo tranquilamente una cerveza parado detrás de la barra de la cocina. Oh por Dios. Anna sintió su pecho comprimirse de emociones cuando notó como el pelinegro le recorría con la mirada, pero se mantuvo serena y fingiendo tranquilidad paso junto a el tomando un poco de vino.

⸺¿Porqué tan sola? ⸺Una voz gruesa le llamó. Oh por Dios.

Rumores | RayannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora