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⸺Glory Bell. ⸺Sus nervios aumentaron al oir su apellido por parte de su madre⸺ ¿Cómo se te ocurrió? Tú padre y yo estabamos muy preocupados. Yuugo estuvo a nada de ir a buscarte. ⸺Su madre se levanto de la cama, mientras se acercaba cada vez más.

⸺Perdón. ⸺Dijo, aunque su corazón pensaba lo contrario.

Su temor aumento, nunca había visto a su padre tan enfadado, y tenía razón de estarlo.

⸺¡¿Tú crees que un simple perdón arreglará todo?! ⸺Su padre se había levantado de la cama, con su entrecejo fruncido y sus brazos cruzados. ⸺ ¡¿Cómo se te ocurre largarte con ese imbécil?! ¡¿Y sí te pasaba algo?! ¡¿Y sí ese imbécil te hacía algo?! ⸺Anna tragó duró antes de responder.

⸺¡No paso nada! ¡No me hizo daño! ¡El realmente no es lo que aparenta! ¡Y sí lo hice fue porque estoy harta de estar encerrada aquí sola! ⸺Su voz, normalmente calmada alteró a su madre quien se mantenía a frente a ella, mirando con decepción a su hija.

Su padre le dió una mirada de furia, después, una cachetada. Su mejilla ardió ante el golpe, Anna miró con sorpresa y temor a su padre mientras sobaba el lugar golpeado. Era la primera vez que le pegaba.

⸺¡No me alzes la voz, señorita! ¡No estas en la pocisión para hacerlo!

⸺¡Basta Yuugo! 

El hombre volteó hacía su esposa, y luego regreso su mirada a su hija. Yuugo observó con arrepentimiento a la menor, sin embargó no se movío de su lugar.

Anna sollozaba sin decir nada, solo miraba el suelo. Tal vez sí se merecía aquella cachetada.

⸺Anna. ⸺Interrumpió su madre⸺ Estás castigada.

La rubia abrió sus ojos con sorpresa, definitivamente no se esperaba que la persona que le daría su castigo, sería su madre. 

Dina se acercó a ella con angustia en su mirada, abrazando a Anna mientras daba un beso en su frente y revisaba su mejilla con preocupación. 

⸺Mañana hablamos. ⸺Susurró, para luego alejarse de Anna.

⸺No sé en que nos equivocamos contigo, Annalissa. Nunca creí decir esto, pero realmente me has decepcionado. ⸺Su padre dijo, y jalando la mano de su madre, abandonó la habitación.

Las lagrimas que tan furiosamente evitó que cayeran mientras discutian salieron a flote, no podía dar crédito a lo que escuchó.

La tristeza por las palabras dirigidas quemaban su corazón, pero al mismo tiempo sentía liberación de por fin haber expresado aquellos pensamientos que rondaban su mente desde su pubertad.

Nuevamente encendió su teléfono, la foto que tomó junto a Ray le hizo llorar aún más. Entrando a la bandeja de mensajes, encontró uno de Ray y otro de Nat, extrañada, decidió abrir los del pelirrojo primero.

"Anna, ¡¿Porqué diablos no regresaste a tú casa?! ¡¿En dónde estabas?!"

"Niña, te quiero, pero, esto es una locura. Por favor dime que estás bien."

Un "estoy bien" fue su respuesta. Y sin más decidió abrir el chat de Ray.

"¿Todo bien? ¿Qué te dijeron tus padres?"

Simple y conciso, así era Ray. Decidió enviarle una nota de voz relatando todo, su voz se quebró en algunas partes a pesar de que hizo todo lo posible para disimular.

"Tú papá es un idiota, no sabe lo que dice, mañana hablaremos de eso, odio hablar por mensaje. Deja que se calmen las aguas, creéme que todo estará bien. Mañana paso por ti a las 7:45."

Rumores | RayannaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora