Durante el camino Ray compró varias bebidas alcohólicas de las cuales el nunca había escuchado. Ingiriendo parte de estas, llegaron al hotel entre risas.
No estaban ebrios, simplemente se sentían alegres. Ambos compartían sus anécdotas de niñez y adolescencia, riéndose de sus propias desgracias.
En ratos se daban besos descuidados que no aumentaban su intensidad porque ella se separaba antes de eso. Ray no parecía querer decir algo al respecto.
Anna recordó un dicho el cual decía "en el vino está la verdad". Y parecía ser cierto, pues ahí en el medio de la habitación de un hotel barato Ray vacío su corazón.
⸺¿Recuerdas cuando nos besamos en la playa y dije que llevaba un rato pensando en ello? ⸺El pelinegro se encontraba mirando el techo de la habitación. Giró, recostándose en su hombro miró al pelinegro.
⸺Lo recuerdo, pero no creí que te referías a la fiesta. ⸺Y era cierto. Aunque dudó ligeramente no quiso darle más vueltas al asunto.
⸺No, desde hace unos años he observado a la perfecta Annalissa Glory Bell escondida detrás de un par de trenzas y ropa anticuada. Durante meses me he planteado la idea de ir e intentar hablar contigo, pero no lo hice por miedo al rechazo. Entonces, cuando te vi en la fiesta luciendo tan hermosa no pude evitar acercarme y si para esto tenía que pretender no saber quién eras lo iba a hacer. ⸺Se sintió sorprendida, en completo shock, las mariposas en su estómago amenazaban con hacerle vomitar.
Era imposible que Ray se sintiese atraído por ella desde antes, pero, sus palabras sonaban tan sinceras.
⸺Tú serás la juez de eso. ⸺Y así Ray le volvió a besar. Lento, saboreando sus labios pudo notar el vodka en ellos. Decidiendo que creía completamente en él, profundizó más el beso.
Rodeo el cuello del pelinegro con sus brazos, Ray tomó su cintura suavemente acariciándole por encima de la ropa, decidió que quería ir más lejos y quitó la chaqueta de cuero.
La camiseta blanca de Ray enmarcaba sus pectorales, acariciando su pecho levantó aquella prenda para quitársela. El pelinegro acarició su cuerpo por debajo de su ropa, enviando ligeros escalofríos a lo largo de su piel.
Se separó de Ray lo suficiente para poder quitar su propia camisa, sabía que su cuerpo no estaba igual de bien que el de otras chicas pero se sentía segura con el.
Ray la recostó en la alfombra, comenzó a repartir besos a lo largo de su cuello bajando por su pecho, jugueteo con sus pezones los cuales nunca consideró que pudiesen ser tan sensibles. Un pequeño suspiro escapó de sus labios, el de ojos verde oliva levantó la mirada y se separó un poco.
⸺Anna. ⸺Llamó. La rubia alzo su cabeza mirándolo con sus ojos entrecerrados y su rostro ruborizado⸺ Dime sí es demasiado para ti. Pararé en cuanto me lo digas. ⸺Sus ojos transmitían sinceridad, eliminó por completo las dudas en su corazón.
⸺Nunca sería demasiado, continúa. ⸺Y así, Ray había regresado a besar su abdomen.
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El pelinegro se acomodó a su lado, una sonrisa adornaba sus labios los cuales estaban enrojecidos. Sin poder resistirse, besó la boca de aquella chica que le había enamorado.
Se quedaron recostados en el piso. La cama, intacta les parecía innecesaria pues se encontraban demasiado cómodos ahí abrazados.
⸺Entonces... ¿Te gustaba desde antes de la fiesta?⸺Era algo que aún seguía dando vueltas en su mente, no podía creer que todo este tiempo Ray se sintiese atraído por ella.
⸺Sí. Simplemente parecías diferente al resto, no me prestabas atención ni eras como todos los que estaban detrás de mi todo el tiempo. Transmites calma, además de ser bastante hermosa incluso con tus trenzas y tu otra ropa. ⸺Su voz era baja, apenas audible a sus oídos.
⸺Al parecer tú nunca notaste que yo también te miraba a la distancia, envidiosa de aquellos a los cuales supuestamente te llevaste a la cama. ⸺Bueno, parecía el momento correcto para sincerarse. Y ella no podía esconder más sus emociones.
⸺Anna. Quiero preguntarte algo.⸺Ray se levantó y le miró a los ojos, por un segundo temió de haber dicho algo malo. ⸺¿Quieres ser mi novia? ⸺Sus ojos verde oliva resplandecían, un rubor rosado cubría sus mejillas juntó a una pequeña sonrisa tímida. Anna sintió su corazón derretirse con la vista.
Eliminó cualquier duda de su rostro antes de hablar.
⸺Tú serás el juez de eso. ⸺Devolvió la contestación que el pelinegro le había dado, después se lanzó a besar sus labios como si no hubiese un mañana.
Todo su plan había resultado mejor de lo que pudo imaginar y ella no podía estar más feliz. Aún quedaba un día de su escape y pensaba aprovecharlo todo lo posible.
