GABRIELLA #1 [Disponible en físico]

VEINTIUNO

Gabriella

-Quiero vigilancia sobre mi mujer y mi hija las veinticuatro horas, si alguien las pierde de vista un solo segundo lo mataré lentamente- amenaza Alek a los guardias que me ha asignado.

Suspiro. Estamos a punto de irnos a casa con nuestra hija. Hemos estado dos días en la clínica y por fin nos dan el alta. Mi esposo le está dando instrucciones a mis guardias y los de mi hija, me ha cedido a Lev, es su hombre de mayor confianza. También ha asignado a Matías, Riccardo y Niccolò. Dos coches con cuatro hombres en cada uno nos van a escoltar hasta la casa, además mi padre y León vienen con nosotros en nuestro coche. Alek no quiso correr riesgos por si recibíamos una emboscada. Mi esposo termina de dar órdenes. Me toma por la cintura. Salimos de la habitación de la clínica, no me suelta en ningún momento.

-La prensa está en la puerta principal- nos informa Lev.

-Joder- se queja Alek.

-Todos quieren la primicia de la primera nieta de Alessio Di Santos- dice Lev.

-Lleva el coche a la salida de urgencias- ordena mi esposo.

Lev asiente, envía a Matías y Niccolò a por el coche. Entramos en el ascensor.

-¿La prensa también estuvo cuando yo nací?- le pregunto a mi padre.

-No, amore mio. Tú naciste en el viñedo.

Bufo.

-Eso hubiera sido una buena idea- digo.

Mi padre se ríe.

-Tu madre te dio a luz sin epidural y asistida por la nonna y tus tíos.

-Eso ya no es tan buena idea.

Alek y mi padre se ríen.

-La extraño, papá.

-Yo también, mia cara.

Alek me aprieta contra su cuerpo. Ojalá la nonna estuviera aquí. Tendría más de noventa años, pero estoy segura de que tendría la salud de hierro, como la tuvo siempre. Las puertas del ascensor se abren. Lev ladra órdenes enfadado.

-¿Qué ocurre?- pregunta Alek.

-Los periodistas se han dado cuenta de que Matías ha movido el coche, se han divido entre la puerta delantera y la de urgencias.

-Joder, putos periodistas- protesta mi esposo, luego me mira- Dámela- dice tomando a Alexa de mis brazos.

Alek la apoya en su pecho y la cubre por completo con su chaqueta. Ni siquiera se le ve ma cara a mi bambina. Mi padre me agarra de la mano y me cubre con su cuerpo.

-Si esperaban una foto de la cara de mi hija van a irse jodidos- gruñe Alek.

Lev, Matías, Niccolò y Riccardo se ponen delante nuestro. Alek asiente. Nuestros hombres nos rodean. Lev ordena a los chicos que salgan primero y hagan hueco. Los seguimos de cerca, en cuanto ponemos un pie fuera de las puertas, los flashes de las cámaras comienzan a saltar. Algunos micrófonos se cuelan entren nuestros hombres, mi padre me toma entre su brazo y su pecho para cubrirme.

-¡Señor Di Santos por favor!- grita un periodista.

-¿Cómo se encuentra señora Petrov?- pregunta otro.

-¿Es verdad que el matrimonio fue concertado para unir a las dos familias más importantes de Europa?

-¿Cómo se siente siendo padre primerizo señor Petrov?

El camino se hace interminable, parece que nunca vamos a llegar al coche. Tropiezo un par de veces, pero mi padre me agarra. Comienzan a oírse disparos al aire. Mi padre me cubre con su cuerpo, el miedo me recorre de pies a cabeza. Busco a mi esposo y a mi hija, no los veo.