❝Las peculiaridades de una persona, son importantes, es lo que la hace especial de cierta forma, pero... Mis peculiaridades, no son algo digno de mirar o apreciar❞
El período después del examen de graduación de los gennin fue pacifico para Megumi, realizaba misiones dentro y fuera de la aldea, en ocasiones pasando más de una semana fuera de Konoha, pero eso no era problema alguno, no debía hacer más que detener a algunos tipos molestos.
Un viernes por la tarde, unas semanas antes del inicio de los exámenes chunnin, Hatake se encontraba en el campo de entrenamiento con Naruto.
Habían estado entrenando poco más de una hora, la pelimorada ya estaba bastante cansada, como algún día le dijo a Boruto, sus capacidades eran menores a las del Hokage, era más que visible. A pesar de ello, no deseaba usar el kekkei genkai de su familia a pesar de que le daría una ventaja.
—Vaya, ya me hacía falta estirarme un poco —comentó Naruto.
La pelimorada volteo a verlo.
— ¿Si? —se estiró sin levantarse del suelo —El trabajo de oficina suele ser más pesado que el de campo cuando es mucho papeleo.
—De verdad, no entiendo como el viejo Hiruzen se la pasaba caminando por la aldea, la vieja Tsunade nunca tenía pilas de papeles, Kakashi sensei tampoco, estoy seguro de que tenía menos ¿Será este papeleo el que ellos dejaron desde hace años?
Megumi estuvo a punto de reír, sostuvo su estómago con un quejido por el dolor.
—Y aún le falta por aprobar y rechazar doscientas solicitudes del día de hoy —menciono.
—Ni me lo recuerdes —mascullo llevando ambas manos a su cara —Le prometí a Hinata que hoy llegaría a la cena, así que tendrás que ayudarme.
Megumi sonrió divertida.
—Claro, pero tendrá que darme un bono por el tiempo extra.
Naruto se echó a reír.
—Sí, definitivamente lo hare.
—Genial, disfrute su cena en familia.
—A propósito —Uzumaki volteo a verla.
— ¿Que sucede? —cuestionó la pelimorada alzando una ceja.
— ¿Ya somos familia?
Las mejillas de Megumi se ruborizaron.
— ¿Eh?
—Tarde mucho en verlo, pero ya lo entendí — comenzó a reír, su discípula estaba ruborizándose más a cada segundo, usualmente mantenía una expresión relajada sucediera lo que sucediera, esta vez era distinto.
—N-No sé de qué está hablando Hokage-sama.
—Avísame cuando seamos familia, me asegurare de llevarte a cenar con nosotros.
—De acuerdo — respondió Hatake soltando una risilla avergonzada.
— ¿Cómo hiciste para domar a ese animal?
Megumi carcajeo.
— ¡Por dios, es su hijo!
—Ni siquiera yo pude evitar que pintara las cabezas de los hokages, tal vez es mi karma, yo también lo hacia cuando era más pequeño.
—Definitivamente lo es.
El rubio soltó una risa, movió su mano hacia la cabeza de la menor para revolver el cabello de Megumi como pocas veces hacía, ella se sobresaltó ligeramente ante la repentina acción del mayor.
Si Naruto se percató de ello, lo ignoro cuando la vio sonreír suavemente.
—Volvamos a la torre, tenemos trabajo que hacer —hablo el rubio poniéndose de pie, le extendió la mano a la pelimorada.
—Esta bien —se levantó aceptando la mano de Uzumaki —No olvide el bono extra.
Naruto volvió a reír.
—Si, te daré el bono extra —respondió.
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Megumi y yo solo tenemos una cosa en común; nuestro amor por el dinero ¿La diferencia? Ella si obtiene grandes ingresos con su rango de jounnin.
