❝Las peculiaridades de una persona, son importantes, es lo que la hace especial de cierta forma, pero... Mis peculiaridades, no son algo digno de mirar o apreciar❞
Megumi ya llevaba un buen rato bajo estrés, Yuino no había dejado de insistir en confesar todo y honestamente estaba a punto de tirarle un puñetazo en la cara.
Pero se contuvo.
Despues de un discurso del Mizukage, saludarlo y a la anterior kage de Kirigakure, terminaron en la academia, en ese instante, observaban el enfrentamiento desbalanceado de aquel par de rubios.
La postura de Kagura era elegante y no dejaba ni un solo hueco para ser atacado por Boruto.
El rubio parecía estar pensando en que hacer.
Megumi pensó que era algo obvio quien resultaría ganador, conocía a Kagura y se había enfrentado a él más de una vez, aunque de todas, usualmente terminaba de manera agresiva o Karatachi abandonaba el duelo.
Pudo ver a Uzumaki correr sin perder su control de chakra para mantenerse a flote, uso el agua como distracción y atacó por un lado, pero no funcionó, Kagura sacó la espada ajena volando de un golpe.
—¡No puede ser! —se quejó Boruto —Lo admito, me venciste, eres muy fuerte, Kagura —halago al mayor.
Él se quedó en silencio, Megumi, nerviosa, salió corriendo hacia la entrada al espacio de enfrentamiento, fue hacia Kagura no sin antes concentrar chakra en sus pies, sujetó el brazo ajeno.
—Vaya, Kagura, debes sentirte cansado ¿No?
—¿Estas bien? —cuestionó Boruto.
—Esta bien, estoy bien y gracias, Boruto —soltó una leve risa, le confirmó con la mirada a la chica que estaba mejor —Aunque aún ignoró mucho sobre el ninjutsu, esta genia me enseñó un poco de todo lo que ella sabe desde pequeña.
—¿En serio? —preguntó Boruto interesado.
—No le hagas caso, Kagura solo juega.
—¡No lo hago! Sabe hacer bolas de fuego del tamaño de un edificio —exclamó el más alto.
—Megumi-san es muy fuerte —aseguró Uzumaki.
—Lo es, cuando era pequeña me retaba a peleas, siempre quería aprender más y más, absorbía todo con la misma facilidad que una esponja al agua.
—¡Oh, si! Se la pasa con mi papá, así que cada poco escucho de ella, él dice que Megumi-san es muy diligente con sus estudios y entrenamientos.
Si Kagura podía decirle más sobre Megumi pequeña, automáticamente le caía bien.
—Ella aprendió aquí a leer, ya sabia pelear incluso desde antes de conocerla.
—¿Quienes le enseñaron? Deben ser muy fuertes.
La expresión de Kagura pareció señalar que era un tema que no debía tocar, Megumi supo disimular y sonrió.
—Fallecieron —respondió tranquila —Ka-chan ¿Por qué haces caras tan feas?
El ojirosa sonrió nervioso, soltó la manga ajena y puso su mano sobre la cabeza de la menor.
—No es nada, Mimi-chan.
Boruto nuevamente deseaba respuestas. Y su oportunidad apareció ese mismo día cuando recorrieron la playa.
—Y... Kagura ¿Por qué no debí hacer esa pregunta? —inquirió al rubio en voz baja, estaban sentados en unas escaleras que daban a la zona arenosa.
El mayor sonrió algo nervioso.
—Yo... No se si debería contarte, Megumi puede enojarse.
—No lo diré, lo juro, ella y yo somos amigos desde que llegó a Konoha.
Mentira, no se había acercado a ella porque en ese tiempo se sentía intimidado por su cara bonita.
—Pero estoy preocupado, se encontró con el tal Shizuma, él la llamó "Señorita del clan Ryomen" y me quedo claro que él no es su amigo, Megumi-san se puso pálida.
Karatachi suspiró, si él ya sabía de ello, sería mejor explicarle antes de que cayera en un mal entendido.
—Megumi tuvo algunos problemas con él cuando empezó en la academia, nada de que preocuparse.
—¿Y las personas que le enseñaron sobre ninjutsu?
—Todos ellos fallecieron luego de... —no se atrevió a soltarlo todo.
—¿Por qué no terminas de hablar?
—Megumi detesta que le pregunten sobre el origen de su poder, eso me dijo cuando vivía aquí, con la anterior Mizukage.
—Oh...
—No puedo darte detalles, pero por lo que veo, eres una persona especial para ella ¿Verdad?
La cara del menor se coloreo de rojo.
—Por favor, dale tiempo, si desea decírtelo, lo hará —susurró Kagura.
—Entiendo...
—Ahora, ten cuidado, si llegan a toparse con Shizuma-san de nuevo, sácala de ahí y huye con ella.
—¿Pero que le estas diciendo, Karatachi? —cuestionó una voz molesta.
—¡A-Ah, Mimi-chan! —exclamó él levantándose rápidamente al igual que Boruto.
Ella estaba recargada del poste más cercano.
—Pffft —Megumi comenzó a reír quitando su expresión seria —Debieron ver sus caras.
Sarada, quien estaba tras ella, también soltó una risa.
—Pareciera que vieron un fantasma —se burlo Uchiha.
—Hey, Kagura, encargate del grupo ¿Puedes? Necesito ver a Mei-sama —pidió Megumi.
—Si, me encargaré.
—Gracias, adiós chicos —agitó su mano antes de darse media vuelta.
—Te salvó la campana, cabeza hueca —bufó la Uchiha.
—¡No me digas así!
Kagura trago saliva, si bien le iba, solo sería regañado por ella.
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