7

336 48 0
                                    

Karl era un manojo de nervios en estos momentos, pero no se detuvo en ningún instante cuando Wilbur le ofreció su ayuda para entrar a la caja de pandora. Sin creerlo aún, se mantuvo detrás del hombre más alto que parecía relativamente normal, con su sonrisa impregnada en su rostro.

El niño no podía creer la tranquilidad con la que lo guiaba.

—¡Estamos aquí!

Karl casi saltaba en su sitio, cuando el hombre habló de la nada, aún con la mano sosteniendo la suya.

—Por el momento solo hay unos pocos integrantes en este lugar, así que, será fácil decidir a quién quieres ver primero.

El chico le sonrió al terminar estas palabras y Karl solo pudo bajar la mirada, aún con dudas en su cabeza.

—¿En qué piensas?

El niño volvió sus ojos al joven alto, para segundos después, con una de sus manos volver a escribir en la pantalla.

[...Ranboo]

—oh...

El más alto razonó con estas palabras escritas, si…

Ranboo también estuvo en algún momento de su vida aquí. Wilbur no lo recuerda con claridad, pero él estuvo aquí.

Vivo.

—Está bien…

Karl regresó a verlo con tristeza en sus ojos.

—¿Qué te parece, si visitamos a Tubbo después de esto?

Karl, sorprendido. Sonrió al joven más alto, asintiendo suavemente por la idea que tuvo su compañero.

Wilbur apretó un poco la mano más pequeña y está vez, los dos jóvenes volvieron la mirada al sitio donde se encontraban y empezaron a caminar juntos.

[...]

Sapnap podía recordar a Quackity de varias maneras, y siempre tendría un rostro lleno de amor en ella. Karl empezaría a reírse tiernamente sobre esto, mientras que Alex estaría avergonzado y trataría de detenerlo con pequeños golpecitos con su manos.

Recordar sus pequeñas burlas, sus pequeños juegos. Sus pequeñas travesuras para tratar de llamar su atención, los pequeños detalles que hacía para hacerlo sentir bien después de un mal día o como intentaba animarlo con pequeños besitos en su rostro simulando sanar sus heridas después de una exploración.

Sapnap podía recordar todo aquello, el, realmente podía hacerlo.

Y amaría cada momento, cada instante que pudo dar y recibir de ese amor que jamás dejaría de recordar.

Atesoraba esos instantes, esos detalles.

Amaría a ese Quackity

—¿Qué hay con Karl?

—...

—Quackity.

—Hice una pregunta.

Atacó rápidamente, apuntando un hacha hacia los dos hombres frente a él, su voz era dura y seca, junto a su rostro serio y sus cejas fruncidas.

—...

Bad podía jurar que la tensión lo estaba ahogando dentro de ese sitio. 

—Chicos…

—No te incumbe…

—¿Disculpa? — Quackity apretó aún más el arma. 

—Sapnap…! — Bad regaño de inmediato. 

¿Como salvar un Monstruo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora