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La oscuridad había consumido una pequeña parte del almacén en donde se encontraba atrapado en este momento, sentía su cuerpo entumecido y sin energía.

El humo había inundado la habitación picando sus ojos y asfixiando sus fosas nasales.  Podía sentir el sabor del hierro en su boca, junto al líquido semi seco manchando su ropa, sólo podía luchar intentando mantener los ojos abiertos. Pero dolía.

“Tengo sueño”

Fue en lo último que pensó al notar lo nublado que podía llegar a ser su vista en ese calor.

Recuerda ser empujado sobre los estantes de latas y herramientas, quién sabe cómo llegó ahí. Solo podía indagar en sus recuerdos que la luz del día desapareció sin más, sin darle oportunidad a reaccionar correctamente ya le habían colocado algún tipo de soga sobre su cuello y apretaron hasta seguramente dejar a una que otra marca.

Sintió ser llevado a rastras hasta dejar de escuchar las voces del patio, dónde otros niños tal vez hablaban o incluso se atrevieron a jugar. Sus manos fueron retenidas, no se molestó en intentar defenderme, sabía que simplemente era inútil a estas alturas con la falta de aire bajo la tela.

Sobre la espalda, con un plástico y algunos hilos que quemaron su piel gracias a la rudeza que usaron para amarrarlo.

De repente, se detuvieron y sus pies dejaron de arrastrarse sobre el suelo empedrado, siendo empujado hasta que su espalda chocó con la madera, golpeando su nuca, dorsal y espalda baja. Lo que provocó que apretara los dientes para no gritar cuando chocó contra la madera.

La bolsa de su cabeza fue quitada de un solo tirón, y al siguiente segundo patearon su cabeza.

—¿Duele?

Fue una pregunta más bien estúpida a su parecer, ¿Por qué preguntarían algo tan obvio?

Clay no podía comprender, sus pequeñas muñecas ardían y la posición en la que se encontraba no era del todo cómoda. Escuchaba risas de uno que otro ruido de este grupo de niños, pero Clay no necesitaba visualizarlos mejor para saber qué se trataba del grupo que celebraron su cumpleaños hace dos años atrás.

Supone que tal vez vinieron a celebrar otra vez. Clay no está seguro.

Tiraron de su cabello casi llegando a arrancarlo, estaban diciendo algo ¿Que era? El niño grande está molesto ¿Por qué?

Está vez fue a su rostro y su visión dejó de ser completamente clara. Intentó concentrarse al algo, lo que sea, no necesitaba que fuera específico, el polvo del suelo — que seguramente no limpiaron en semanas — ya estaba afectando a sus fosas nasales. Picaba.

—No dejaré que me humilles de nuevo… — Clay no estaba entendiendo nada. ¿Humillar? ¿Qué significa eso? Intentó encontrar un posición nuevo, pero solo golpearon su cadera y gruñido al instante. No gritó, lloró o suplicó — el siguiente entrenamiento es mío.

Probó el sabor del hierro en su boca, el suelo se sitio empapado muy lentamente que hacía un poco de frío.

“Tengo sueño”

Clay solo recuerda que el “general” — ¿Era así? — Reunió a todos los niños para formar grupos de dos, el hombre dijo que haríamos un “juego”. Algunos más pequeños no comprendían lo que sucedía y otros que eran más altos se veían atemorizados o incluso en alerta.

El hombre llamada “general” llamado de dos en dos, sin importar si eran un niño menor y mayor de pareja, lo hizo enfrentarse uno a uno.

¿Como salvar un Monstruo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora