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En algún punto, la caminata se había vuelto lenta y casi desesperante, Dream solía tropezar con sus pies muy seguidamente, y aunque el grupo quisiese quejarse por esto, solo se mantuvieron en silencio. En algunas ocasiones Quackity llegó a tirar de los grilletes, causando que cayera y se lastimara en todas estas caídas.

Dream aunque gruñera, nunca se quejó. Y Quackity buscaba que el tipo dijera alguna palabra a sus provocaciones.

—Bien, suficiente, ya me harté.

George, sin pensarlo le entregó su maleta a Sapnap, apartó a Quackity — un poco brusco a decir verdad — e inclinándose a la altura de Dream. Lo tomó del brazo y lo subió encima de él, ni siquiera esperó una respuesta a su intromisión.

—¡¿Que diablos estas-

—Querías ir más rápido ¿no? Lo llevaré hasta que lleguemos al sitio que nos indique — Sapnap, Sam y Quackity se quedaron en silencio, el resto del grupo se miraron entre sí, si, necesitaban apresurarse. Así que aceptaron este movimiento.

Siguieron caminando durante un buen rato, algunos platicaban entre ellos. Sapnap se mantenía en silencio, manteniendo su distancia con Quackity, quien hablaba en voz baja con Sam. George no pudo evitar mirarlos de mala manera.

—No es común verte enfadado… — Dream habló suavemente, sin mucha energía y sin ganas de moverse de su posición, había posado su cabeza sobre el hombre del daltónico. Bastante calmado para su gusto.

George no se molestó en responder de inmediato, estaba detrás de todo el grupo y aunque realmente no era su intención que nadie los escuche. Sabe que no les prestan atención en realidad.

—Ellos no me agradan — respondió cortante.

—¿Por eso… me cargas?

—Por eso ayudo a los demás — George se veía más concentrado en el camino que en la propia conversación.

—No es así…

—¿No?

—Porque… es extraño que no seas tú mismo…

—...

George podía recordar muchas cosas, su amistad con Sapnap, cómo conoció a Dream, su forma tan extraña de ser tan reservado con sus cosas. Nunca hablar de sí mismo o sus familiares, conocer al resto del equipo o incluso conocer a Karl. Y la forma en cómo todo empezó a decaer lentamente.

Las discusiones.

Las peleas.

La rebelión.

La guerra.

Y luego

—No te desvíes… — Dream habló antes de que George continuara en sus divagaciones.

—...

—Aun no hemos terminado.

—Si…

La caminata continúo sin retrasos, esta vez con algo más de velocidad, la suficiente para que nadie se quejara internamente. La mayor parte del camino fue completamente en silencio, en algunas ocasiones Dream llegó a quedarse dormido — aunque solo fueran por algunos minutos exactos — George no podía evitar sentir una preocupación muy en el fondo sobre la salud del chico, su peso fue lo que principalmente lo alertó, empezando a reflexionar sobre la clase de estadía que podía llegar a pasar en la cárcel.

—¿Podemos parar? — Ponk habló para todos, y de alguna manera algunos del grupo le agradecieron en silencio — hemos caminado durante horas, creo que deberíamos descansar ¿No?

¿Como salvar un Monstruo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora