I: Retazos

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Ciudad de Calabozo, 25 de septiembre, 6:49 PM.

Me pregunto si tendrá fondo, si habrá un final en el pasado que marca el principio de todo esto. Desde que empecé esta investigación, sólo me he estado encontrando lo mismo una y otra vez...

—¿Y qué pasó ese día? —recordé haberle preguntado al novio de una víctima.

No lo sé, no la volví a ver, lo único que sé es que dijo que saldría con sus amigas... No regresó jamás.

Mujeres han estado desapareciendo sin dejar rastro alguno, la mayoría con edades que están entre los quince y veinticinco años, muchachas jóvenes que ni siquiera muestran haber tenido una conexión con personas peligrosas... o al menos, aparentemente así se han presentado los casos.

—Y bueno, señor detective ¿Cuánto le falta? Ya hicieron lo que pidió —me preguntaron por teléfono mientras iba en vía al centro.

—Dame unos cinco minutos, acabo de pasar por la redoma de la 23 de enero.

—Bueno, eh... el teniente me pregunta si le trae la...

—Evidentemente por eso dije que me dieran cinco minutos, eran cuatro litros ¿no?

—Sí, sí.

—Bueno, ya voy. —colgué.

Desde que terminé perdiendo a mi sobrina no me he detenido ni un día en averiguar qué pasó; eso me hizo entrar en el caso, no pienso quedarme sin respuesta.

—¿Podrías repetirme de nuevo lo que te dijo en esa llamada? —los recuerdos de los interrogatorios no paraban de venir a mi mente mientras manejaba; esta vez cuando pregunté a una de las amigas de una de las desaparecidas.

Me dijo que estaba con un chamo, que iban a dar un paseo por el casco colonial, que le iba a presentar algo, creo que era una casa...

¿No dijo cuál era o donde quedaba?

No dijo dónde quedaba, pero me dijo que tenía que ver con algo de juguetes, algo así...

Han sido ya nueve meses desde que inicié y he encontrado un total de veintisiete víctimas, sin contar a las otras cincuenta que ya habían sido registradas en lo que va de año. Todas ellas varían bastante en cuanto a sus sitios de origen y entornos, pero mirando de manera superficial, todas ellas coinciden en ser muy llamativas, chicas bonitas que indudablemente llamarían la atención en cualquier parte, llámalo colegio, universidad o trabajo; podrías considerarlas como las típicas chicas populares, de esas que serían el arquetipo de mujer deseada, la chica perfecta que no comete errores...

¿Cómo se llamaba el sitio? —una vez más, en un interrogatorio...

La casa de las muñecas.

¿Fue a un sitio llamado "La casa de las muñecas" con un chico de quien no sabemos su nombre?

Sí, señor. Ella me dijo que era alguien que quería conocer y después me avisaba...

—¿Y no te dijo dónde quedaba dicha casa?

—No...

¿Cómo desaparecieron sin dejar rastro? ¿Por qué nunca regresaban del centro y cómo es posible que nunca haya habido testigos? ¿Qué lugar era ese llamado "La casa de las muñecas?". No lo sé, eso es algo que averiguaré ahora.

Me bajé del carro con un par de refrescos para estos policías que llevan rato en este lugar, espero obtener respuestas o por lo menos una pista de algo, lo que sea está bien, siempre y cuando me acerque a saber dónde podría estar mi sobrina...

La casa de las muñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora