II: Trapos viejos.

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—La tierra está bien compactada y tampoco hay rastros de que siquiera se haya enterrado algo en ese patio; la casa está totalmente vacía, señor —fue lo que me dijeron una vez llegué pidiendo explicaciones —. Puede que, de esta casa tener algo que ver, estuviésemos hablando de que este era el punto en donde ocurría el secuestro, porque la casa estaba llena de polvo y el equipo antisecuestros dice que se encontraron unas huellas en el pasillo de la entrada.

—¿Sí? —¿Será posible que...?

—Pero llegaban hasta el final del pasillo, de ahí no se iban ni a la izquierda ni derecha; incluso cuando revisamos los cuartos, estaban más llenos de polvo y no había rastro alguno de que hubiesen entrado ahí, las huellas que hoy se encuentran son prácticamente las nuestras... señor.

¿Qué se supone que deba decir o hacer en un momento como ese? ¿Qué orden podía dar que no fuera...? —: Vámonos entonces... si tenemos todo grabado y sacaron foto de todo, se tiene que revisar todo con detenimiento. Ya son las siete y de todas formas hay más sitios que podemos revisar en esta misma cuadra...

—Ésta es la única casa abandonada de la cuadra, es probable que no hayamos revisado la correcta —dijo uno.

—Eso es lo que vamos a confirmar ahora mismo —le respondí —. No quiero enterarme de que alguien siquiera salió a sacar la basura. Salgamos de aquí.

A pesar de haber ordenado eso me quedé en el pasillo, detrás de todos. Volteando una vez más para ver esas huellas de las que me mencionaron, sabiendo que, aunque no estoy seguro de que por aquí haya pasado...

—¿Cómo el rastro va a desaparecer de esa forma...? —dije, como si alguien fuera a escucharme...

Las casas coloniales tienen la particularidad de tener varios patios dentro de la casa, son como un cuadro de tierra rodeado por pasillos; actualmente se han modificado y es más probable que te encuentres con dos: uno dentro de la casa, el cual podríamos decir que es el "principal", y el otro que está en la parte trasera, donde por lo general se usa como estacionamiento...

Pero esta casa no lo puede usar así, porque el patio de atrás está cerrado por la pared de otra casa. De aquí no haber nada, sólo habremos hecho una exploración que nos podría meter en problemas con los dueños de la casa...

Seguí las huellas sólo por curiosidad, dándome cuenta de que se detenían una vez tocaban la frontera con el suelo del patio principal de la casa, el cual tenía grama y unos caminos hechos con ladrillos, que incluso, de haber pasado gente por ahí, muy probablemente esas huellas hayan desaparecido por las lluvias que hemos tenido recientemente.

¡Ji, jí...! —Fue así, como si mi propia mente deseara mi quebranto, que pude escuchar su voz, una tenue risa de quizá alguna de todas aquellas veces en que pude escucharla —. ¡Tío, por aquí! —supongo que estaré condenado a que sólo sea eso lo que mantenga de ella...

Eliana, si tan sólo pudiera volver a ese día, no me importaría qué tan frustrada te hubieras sentido, no te hubiera dejado salir sola. Le juré a mi hermano antes de que muriera que cuidaría de ti, que cumpliría con su labor y que me aseguraría de que tuvieras todo lo necesario para cumplir tus sueños... porque ese era el mío...

—¿Qué pasó jefe? —uno del equipo se regresó, me encontró agachado viendo las huellas.

—Nada, estoy pensando un poco, ya voy con ustedes.

—A-ah... Ok. —Se fue.

Si yo mismo viera a alguno de mis hombres hacer esto, estoy seguro que diría algo como: "cosas así pasan en este trabajo, párate de ahí y ponte a trabajar". Supongo que ahora entiendo cómo las cosas cambian cuando eres tú quien siente la pérdida...

La casa de las muñecasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora