La casa de las muñecas

Epílogo: El babélico trazo del chico del sombrero azul.

Ahí está, tras salir de la casa, se quedó en la acera viendo su teléfono. Se puso a llorar, pero aún no sabe la verdad, no todavía, aquella petición yace aún guardada esperando que sane para que pueda recibirla, pues de hacerlo ahora, ciertamente no viviría, y yo no estaría satisfecho.

Sera un pequeño tiempo antes de que termine sabiendo la verdad que aquí buscó; yo cumplí mi parte al hacerle saber dónde estaba, pero ahora, sólo faltaba que él mismo descubriese el por qué.

Gentes vienen, gentes van, días pasan, noches igual, y este ciclo se repite una vez más...

—¡¿De dónde sacaste esas fotos, Phoenix?! ¡Es imposible que haya sido ahí, en esa casa no hay nada en esos cuartos!

Aquel detective no lo detuvo mucho tiempo su llanto, sino que, cancelando la revisión de las demás casas de aquella cuadra, inmediatamente llamó a sus superiores para que, junto a su equipo, vieran lo que había sacado de esa casa.

—¡Le estoy diciendo que de ahí salieron! ¡De esa casa...! —respondió igual de sorprendido — ¡Usted mismo está viendo lo mismo que yo...! A-además, ahí debería haber muñecas, no...

—Eso parece sacado de alguna planta procesadora de carne... Dios mío, Phoenix...

Las imágenes que guardó en su teléfono, lejos de mostrar lo que él recordó haber capturado, mostraban la verdad de todo. Ciertamente, varias mostraban el pasillo por donde llegó, pero el resto no era más que una horrible colección de restos humanos, donde...

—¡¿Ve?! ¡Esa es una! —se encontraron con la imagen de la muñeca de primavera — ¡Y-y-y ésta es otra! —y la de verano...

—Ajá... ¿pero y entonces quien es él?

De pronto, como un "flash", un hombre de sombrero azul cambió el tono del asunto cuando apareció en la pantalla, pues Phoenix quedó perplejo junto a su equipo

—Él es... é-él... —lo siento, pero esto sí que no voy a permitírtelo —. No sé...

Todos los que estaban presentes esa noche fueron testigos de que, sí, Phoenix había conseguido material muy revelador, de que efectivamente, no sólo se trató de una serie de secuestros ligadas a una masacre ocurrida en una casa... pero, aun así...

—¿Qué le diremos a la gente? —Una buena pregunta.

Así meses pasarían sin poderle dar explicaciones a la respuesta que consiguieron, pero, en cuanto a Phoenix, un nuevo hallazgo vino a descubrir cuando revisó de nuevo su galería, ya "ese joven con sombrero azul" no aparecía en ninguna imagen.

—¡Te lo estoy diciendo, este tipo, el del sombrero azul, aparecía con todas esas chamas...!

—Hermano, tanto tú como yo estamos viendo que no hay más nadie —Su amigo Gustavo trató de creerle, pero solamente le quedó fingir —. Mira, tú lo que andas es estresado; es verdad, hay un tipo con sombrero azul en las fotos que sacaste dentro de la casa, pero no aparece en ninguna otra más... ¿Si estás entendiendo?

—¿Cómo explicas entonces lo que vimos en las cámaras de seguridad de los diferentes lugares a...?

—Sí, sí, yo sé, pero, no eran la misma persona, a veces aparecía un chamito y otras veces un tipo... Mira, cuidado y no son una banda que carga el tema con ese sombrero azul. Hay que ver más allá de lo que se ve a simple vista; capaz falte profundizar ¿No crees? —Le devolvió de nuevo la muñeca.

Phoenix, no durmió ni un segundo aquella noche y trató de juntar más cabos en su oficina, pero no fue sino hasta que recordó algo con respecto a la muñeca, y fue por eso que, cuando llegó el día siguiente, inmediatamente pidió...