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El día que Aphelios se fue, Settrigh lo único que podía sentir era tristeza, su madre lo miraba con tanta pena, le intentó explicar lo que el otro le había contado, pero todo terminaba en lágrimas e hipo.

Él no lo había abandonado, no, él no era como su padre, Aphelios lo amó, todo lo que pudo, Aphelios amó a Settrigh, y Sett también amó a Aphelios con toda su vida.

Pero eso no hace que duela menos.

A veces, simplemente no comía, no por asco, si no porque genuinamente no tenía las fuerzas para hacerlo, la energía, ya no se ejercitaba, la higiene personal era un duro trabajo, y todos los días dormía con aquel chaleco de Aphelios que se había quedado allí, tratando de absorber el aroma, y pensar, que era él quien lo abrazaba, ya nada tenía sentido.

¿Qué es una vida sin Aphelios, para Settrigh?

Un tormento, angustia, un infierno en carne propia.

No podía evitar soltar lágrimas, por Dios, ahogarse en su lamento, no eran gotas, eran ríos que caían de sus ojos, y él, no podía hacerlas parar.

Por más que intentara distraerse, su mente volvía a él.

A Aphelios le gusta el morado, el azul y el negro. Y su habitación poco a poco se parecía a la del azabache.

A Aphelios le gusta el chocolate, y por más raro  que sonará, lo que más ha comido es chocolate, porque de alguna manera, lo recuerda, y la memoria nunca desaparece.

Nada de su pareja desaparece, ni su olor floral, ni su tonta sonrisa (la cual parecía como si este no supiera sonreír), ni su cabello estúpidamente negro.

El amor de su vida vivirá en él por siempre.


love's destiny. [settphel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora