𝕷𝖆 𝖇𝖊𝖘𝖙𝖎𝖆 𝖘𝖔𝖇𝖗𝖊 𝖑𝖆 𝖊𝖘𝖕𝖆𝖑𝖉𝖆 𝖉𝖊𝖑 𝖗𝖊𝖞

325 55 28
                                    

Sé que la mayor parte de Wattpad son lectoras fantasma, pero me gustaría que comentaran y dejaran sus votos, ya que es la única manera en la que puedo saber si lo que escribo es de su agrado

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sé que la mayor parte de Wattpad son lectoras fantasma, pero me gustaría que comentaran y dejaran sus votos, ya que es la única manera en la que puedo saber si lo que escribo es de su agrado. Si escriben o algún día comienzan a escribir, sabrán lo motivador que es leer los comentarios. No lo hagan solo con esta historia, sino también con el resto de historias en la plataforma.

Las caravanas salieron de Yarian al amanecer, varios carruajes llevaban ayuda para Eirias y los dragones que habitaban las Grandes Cordilleras del Norte. Los suministros eran medicina en gran medida, puesto que los carruajes fueron ocupados por curanderos, druidas, magos y brujas hábiles. Dispuestos a ayudar a las criaturas que fueron heridas en batalla.

Eso sin contar a la avanzada de soldados que protegían los suministros y a las personas que viajaban con ellos.

El partir fue un poco más complicado a causa de que algunos caminos habían sido completamente bloqueados por la nieve. William había escuchado antes que en el norte, las tormentas siempre eran aún más molestas durante los últimos días de invierno. Ahora había podido comprobarlo de primera mano.

Según Vladimir, el llegar a las Grandes Cordilleras del Norte tomaría dos días y una noche de viaje si no había contratiempos. Pero los contratiempos nunca se podían evitar.

Siempre podían tomar nuevas formas: ventiscas y nevadas, derrumbes, Goblins, Trolls o manadas de lobos hambrientos.

Podría esperarse cualquier cosa.

William esperaba al borde de la silla de montar, casi de forma literal. Había escuchado historias sobre ataques de criaturas y animales salvajes, estos solo habitaban en los bosques aledaños a las Grandes Cordilleras del Norte. Sus orbes azulados se pasean alrededor, intentando captar el más mínimo movimiento. Se había sobresaltado por al menos ocho veces desde que había comenzado con el viaje.

La primera de ellas, a causa de un poco de nieve cayendo de un árbol, la segunda a causa de un ave. La tercera por culpa de Ivius, el viejo mago salió de entre los arbustos montando un caballo tan blanco como la nieve. La cuarta ocasión también fue culpa de Ivius.

El hombre hizo aparecer a un gran lobo de sombra frente a William, el muchacho casi cae del caballo a causa del susto.

También se sobresaltó al divisar al Ciervo Negro cuando salían de los límites de los Bosques Congelados. El ente parecía despedirse de ellos, y al mismo tiempo, vigilar su seguridad desde la lejanía. El resto de sustos se debieron a un mapache, una liebre y un cuervo.

—¿Aún sigues nervioso?—. Una voz habló suavemente, William saltó sobre la silla antes de darse vuelta tan rápido como pudo. —Veo que si.

—No vuelvas a hacer eso, ¡por amor a Dios Beverly!—. William inhala hondo, intentando recuperar la compostura.

𝕰𝖑 𝖈𝖎𝖊𝖗𝖛𝖔 𝖓𝖊𝖌𝖗𝖔 (𝔥𝔞𝔫𝔫𝔦𝔤𝔯𝔞𝔪)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora