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Estaba atardeciendo cuando iniciaron el trayecto al "trabajo" de Jungkook, el viaje tuvo un ambiente silencioso.

El omega admiraba el material del que estaba hecho el automóvil, era una forma rápida de distraerse. No sabía que tema sacar, no sabía de qué hablar y el idol que hacía de copiloto no cooperaba.

Y es que Jungkook era un hombre romántico. Ajeno a los pensamientos del omega, se inundaba en los propios, pensando en el omega, en tenerlo todos los días en su penthouse... no, aún mejor, en tener una casa propia, llevarlo a conocer a su familia, tener cachorros... ah, Jungkook estaba cautivado.

-Aún no conoces a Yeontan.-mencionó de pronto.

-¿Ah?, ¿Yeontan?.-el alfa de repente fue sacado de sus pensamientos.-Oh si, Yeontan, el perrito que mencionaste una vez por mensaje.

-Sí, ese. En realidad no es mío, el vecino del V26 es el dueño, es un omega pero ya es una pasita... je, je.-el alfa rio junto al omega.-a veces lo cuido cuando vienen sus nietos, los chiquillos son unos salvajes, y el cachorro está enfermito.

-¿Lo quieres?.

-Como a un abuelito. A veces siento que yo soy uno de esos cachorros que tiene de nietos.-dijo sonriendo mientras veía hacia afuera mientras se inundaba en los recuerdos que tenía junto al omega mencionado.-creo que fue gracias a él que no me he vuelto loco, no me ha dejado solo todo este tiempo y yo... en algún momento de todo lo que he pasado, he comenzado a temerle a la soledad.

El alfa hizo la parada en el semáforo en rojo y volteó su vista al rostro de Taehyung, sintió una opresión en el pecho por lo mencionado por el omega, le dolía que su chico haya estado tanto tiempo solo, sin nadie con quien hablar en su día a día. Así que, ese día, bajo la luz que apenas había, por el sol escondido entre las montañas, y bajo la luz roja del semáforo, Jungkook hizo una promesa silenciosa, jamás dejarlo solo otra vez.

Estiro su brazo para tomar la mano del mayor que yacía en su regazo y entrelazar sus dedos con los contrarios, acercó las manos juntas hasta sus labios y besó el dorso. Era un pequeño gesto que decía millones.

Se sentían totalmente cómodos el uno con el otro.

Había una melodía que resonaba en las bocinas del auto, una suave y romántica.

Así continuaron con el viaje, con la canción calmada en volumen moderado, las manos entrelazadas, la luz cálida del atardecer y los corazones latiendo a una velocidad máxima.

Así continuaron con el viaje, con la canción calmada en volumen moderado, las manos entrelazadas, la luz cálida del atardecer y los corazones latiendo a una velocidad máxima

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Se soltaron las manos solo cuando tuvieron que bajar del auto. Después de eso volvieron a entrelazarlas, manteniéndolas así desde que entraron al elevador hasta que atravesaron la puerta del estudio del alfa.

Jungkook soltó su mano para moverse junto a la puerta para dejar entrar a Taehyung primero.

El omega entró con el bolso en su mano izquierda, quitándose los botines en el pequeño espacio que había especialmente para que dejaran sus zapatos y no entraran con ellos al lugar. Las paredes de color azul obscuro le rodearon. Un color demasiado masculino –y acorde al alfa según la perspectiva que tenía del contrario– había un escritorio con un tablero de esos que todos los estudios de música tenían junto a un micrófono y un par de monitores enormes, una tv plasma atrás colgando de la pared y dos parlantes enormes a cada lado del escritorio. También había una silla giratoria que no estaba en su lugar, una alfombra desordenada en el piso y en la esquina del estudio había un pequeño sillón en forma de L, en color gris, con una manta deshecha encima.

praise | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora