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Tras una breve discusión por Taehyung quien insistía en caminar y por Jungkook quien pedía le dejara llevarle hasta la puerta de su edificio, emprendieron su viaje. Minutos después, ambos hombres iban sumergidos en el silencio y el calor que la calefacción les ofrecía. Les tomó pocos minutos llegar a su destino, gracias al escaso tránsito en las calles nocturnas.

Taehyung quiso bajarse apenas el auto se detuvo pero la mano que lo tomó por su brazo le hizo girar y por fin volvió a enfrentar los ojos oscuros del alfa que le hacía suspirar.

-Tae... por favor, eh ¿estamos bien? ¿seguimos siendo amigos?.

Los ojos de Taehyung se cristalizaron por un segundo, parpadeando rápidamente para quitarse las ganas de llorar que le habían inundado de pronto. Que el alfa se preocupara por mantenerle en su vida era un sentimiento que no había experimentado por mucho tiempo, por no decir que nunca lo había hecho. Entonces se dió cuenta que estaba haciendo sentir mal a Jungkook, qué tal vez lo había confundido.

-Estamos bien, Kook. Somos amigos.-respondió afirmativamente a ambas preguntas que le había hecho el alfa mientras tocaba su mejilla, en consecuencia el alfa se recostó en la cálida palma que el omega le ofrecía. Taehyung se inclinó y dejó un casto beso en la mejilla desocupada.-Por ahora déjame ir, volveré mañana con 10 mil mensajes al atardecer. No te desharás de mi.-al menos no hasta que lo sepas, quiso decir.

-¿Estás enojado conmigo?

-Claro que no, lobito tonto. Solo quiero prepararme para cuando... -Taehyung dudó en lo que quería decir, no quería confesarse, no ahí y no ahora.-para cuando nos toque hablar de mí.

El corazón de Jungkook, y del alfa dentro de él, se contrajo sintiéndose cálido con el tono con el que él omega le hablaba, con el tono con el que le dijo "lobito". Y es que Jungkook era un alfa en toda la extensión de la palabra: guapo, alto, fuerte, pero también lo era en la parte que necesitaba halagos, mimos y todo lo que él omega pudiera proveerle.

De pronto sintió también las ganas de decirle que no lo presionaría, que podía hablarle de su pasado dentro de los próximos 10 segundos o de los próximos 10 años, con la única condición de qué no se fuera de su lado.

No era amistad, no era un sentimiento fraternal ni nada de eso lo que él sentía por Taehyung, era algo más que cualquier cosa, era cariño. Tal vez era amor.

Entonces se sintió seguro de soltarle, supo que si lo dejaba ir en ese momento, mañana iba a volver y que la próxima semana le daría lugar a una de sus típicas citas en las madrugadas de los fines de semana, esperando por los amaneceres sentados en los asientos de su auto mientras platicaban de las cosas ridículas que habían hecho de niños o en las humillaciones que habían pasado en su adolescencia.

De pronto le soltó lentamente, adormecido por las caricias que el omega mantenía en sus mejillas y con el cuerpo atravesado en el centro de cambios, le soltó con una respiración corta y anhelando un toque más, uno más íntimo. El aire que se coló por la puerta cuando el omega la abrió sacó a Jungkook de su ensoñación, le despertaron las ráfagas de aire fresco fueron las que, en lugar de Taehyung, le besaron los labios.

La mirada teñida de desesperación se topó con la amorosa del hombre mayor, el omega le dio una sonrisa y le susurró un "hasta luego".

-Hasta luego, hyung.-sacudió su mano cuando la puerta se cerró, siguió la figura de Tae hasta que, parado en la entrada del alto edificio, Taehyung se despidió de nuevo, esta vez besando la punta de sus dedos y abriendo y cerrando su mano en dirección al alfa. Entonces Jungkook rogó a la luna que los besos fueran físicos y que de verdad pudieran volar hacia él, porque de verdad quería sentirlos.

praise | kooktaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora