Cuando ambas parejas nos separamos, Andrea y yo subimos por la escalera de la izquierda. Paso a paso fuimos ascendiendo con mucho cuidado, intentando hacer el menor ruido posible. Cómo los escalones eran de madera, teníamos que estar muy atentos y ser muy cuidadosos de no dar un mal paso. Yo iba al frente, con mi bate de baseball en las manos, por si algun zombie nos aparecía por delante y atras mio, cuidandome las espaldas, me seguía Andrea, cargando su cuchillo de caza. Lentamente, llegamos a la parte de arriba de las escaleras, donde nos topamos con la entrada a la segunda planta, la cual estabá completamente bloqueada por una enorme librera de madera. La posición del mueble obstaculizaba casi toda la entrada, dejando libre unicamente un pequeño hueco, entre el marco de la entrada y la librera. Al notarlo, Andrea me consultó:
- ¿Crees que ambos cabremos por ese agujero? No se ve muy grande, pero creo que si nos contorsionamos lo suficiente, ambos cabremos.
- ¿Lo dices por mi o por ti? - pregunté sarcasticamente.
- Por supuesto que por ti. Yo no creo tener problemas para entrar. Soy bastante pequeña y mi cuerpo es delgado, no creo tener problema - afirmó con total confianza, Andrea. Pasando ambas manos por su delgado abdomen.- Tu también eres delgado, pero al ser muy atletico, tienes hombros anchos, asi que pueden ser un problema.
Volteé a ver a mi novia, observé su cuerpo de arriba a abajo y luego sonreí. Ella, un tanto molesta, me preguntó:
- ¿Por qué la sonrisa? ¿No crees que estoy delgada?
- Claro que eres delgada, sin embargo, tienes otras cualidades fisicas que talvez te causen problemas al momento de pasar por el pequeño hueco - le respondí sonriendo inocentemente. Ella bajó la mirada por todo su cuerpo.
- ¡Estaré bien! - exclamó, Andrea. Con el rostro sonrojado, colocando ambas manos sobre su pecho.- Ademas, si tengo problemas, te pediré que me ayudes.
- Por supuesto ¡Preparado para el deber! - contesté riendo. Ella me lanzó una mirada seria, intentando ocultar su rostro sonrojado.
- Deja de decir tonterias y mejor avancemos.
- Muy bien, yo iré primero. Luego, vigilaré que no haya peligro y asi, tu puedas pasar - expliqué a mi novia, antes de agacharme e intentar entrar por el agujero.
Primero que nada, intenté dar una ojeada a como estaban las cosas del otro lado de la estanteria. Al notar que no habían zombies cerca, me encogí de hombros y poniendome a gatear, entré poco a poco por el pequeño hueco. Andrea tenía razón, se me dificultó entrar por los hombros, pero luego, todo fue sencillo. Rapidamente, no más entrar a la segunda planta, me puse de pie y tomando mi bate con ambas manos, me preparé ante la emboscada de algún zombie. Por suerte, no me encontré con ninguno, especialmente, porque alguien había hecho una clase de barrera o muro, apilando varias mesas una sobre otra, alrededor de la entrada, impidiendoles el acercamiento a los zombies. Solo un zombie merodeaba, cerca de la barrera, al otro lado de la mesas. Pero no parecía habernos escuchado, ya que no se encontraba alerta, más bien, parecía solo deambular sin sentido. Con la entrada segura, avisé a Andrea, susurrando:
- Vamos, pasa. No hay peligro cerca, está libre.
Primero, lanzó su cuchillo de caza a traves del agujero, luego intentó pasar ella. Y como yo se lo había advertido, tuvo cierto problema con su bien proporcionada figura. En tres ocasiones intentó cruzar, pero no lo logró. Por mas que intentaba, no lograba hacer pasar su cuerpo. Fue hasta que yo la halé de los brazos, que finalmente logró cruzar la parte superior de su cuerpo.
- ¿Estás bien? ¿No te has lastimado? - le pregunté cariñosamente.
- Estoy bien, solo me ensucié un poco la falda y el frente de la camisa... Bueno, más sucio de lo que ya estaba - respondió un tanto molesta, mi novia. Mientras recogía su cuchillo de caza y se ponía de pie. Observando hacía el frente, continuó diciendo.- ¿Qué es esto? ¿Una clase de barrera?
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Hospital de los muertos
Horror"El dia en que el fin del mundo llegó, me despedí de mis padres por la mañana. Les dije que los amaba mucho, y me fui al instituto, pensando que en la noche los volveria a ver. Pero no, no fue asi, todo cambió, la vida cotidiana que todos teniamos l...