Parte 16: La estación de trenes, primer destino.

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HOSPITAL DE LOS MUERTOS: IN THE ROAD...

Bajo la torrencial lluvia, se alzaba imponente, la enorme fachada antigua, con forma de coliseo romano, de la estación general de trenes. Con una pintura amarrillenta, que ante el moho que le había brotado a los muros parecía un mural mal pintado. En lo alto de la alta fachada, aun se podía apreciar la hermosa, pero descuidada estatua del primer tren, que había funcionado en este lugar. La vegetación y la naturaleza ya habían comenzado a reclamar parte del enorme inmueble, especialmente en las gradas de cemento para llegar a las puertas principales de entrada, las cuales habían intentado ser bloqueadas desde el interior. Aunque para ese entonces, esos bloqueos ya habían sido tumbados por esas criaturas. Bien armados y cubriendonos las espaldas, nos paramos frente a nuestro primer destino de busqueda.

- ¿Qué rayos sucedió en este lugar? - pregunté, dandole una ojeada a todo el panorama.

- ¿Te refieres a los bloqueos de las puertas tumbadas o al desastre que se observa alrededor? - me respondió con otra pregunta, Jorge. A su lado, caminaba Daniela.

- Me refiero a las numerosas manchas de sangre que estan derramadas por todas las gradas para llegar a la entrada - repliqué, observando a Andrea subir primero por los escalones.

- Parece que hubo un baño de sangre en este lugar - agregó, mi pareja. Analizando el entorno.- Espero que sean de los zombies y no de cientos de inocentes.

- No me da una buena pinta este lugar - replicó, Daniela. Mostrandose un tanto asustada.- Creo que es una perdida de tiempo buscar en este lugar ¡Miren a su alrededor! Todo está destruido.

- Creo que tiene razón. Talvez deberíamos de proseguir al siguiente lugar - apoyó las palabras de su novia, mi mejor amigo. Manteniendose ambos en la parte más baja de las gradas.

- Por supuesto que no. Encontremos sobrevivientes o no, también debemos de investigar y buscar pistas que nos den una idea de donde pueden estar nuestros seres queridos - contesté, con tono serio. Mientras Andrea y yo nos acercabamos a las puertas de entrada.- La oficial Fernanda comentó que los grupos de rescate y los puntos seguros, realizaban listas con los nombres de los civiles que rescataban. Asi que, aunque no encontremos aquí a quienes buscamos, al menos podemos ir descartando lugares.

Jorge protestó con un gesto de molestia, ante mis palabras. Aun así, me hizo caso y poco a poco, ambos fueron subiendo por los escalones que nos llevaron hasta la acabada entrada de la estación de trenes. El lugar era un desastre. Sangre, restos humanos y algunos cadaveres por todas partes. Entre más ingresabamos a la zona de boleterias, podíamos observar unas cuantas barricadas puestas por los cuerpos de rescate o por los militares. Los casquillos de bala resonaban como campanillas cuando, sin querer, los pateabamos con cada pisada que dabamos.  En las carteleras, donde normalmente se anunciaban los horarios de salida y llegada de los viajes, habían muchas pancartas militares y gubernamentales pegadas con cinta. La mayoria reflejaban mensajes de calma y animo para las personas rescatadas. Mientras que unas pocas, indicaban las zonas cercanas de la ciudad que se encontraban bloqueadas y protegidas. No había mucho más por ver en esta area, por lo que, proseguimos hacía la zona de abordaje de trenes. Era enorme, amplio y oscuro, ante la falta de luz electrica. Se podían contar hasta veinticinco vias de trenes diferentes, lo cual era normal, ya que era una de las estaciones más importantes de la zona norte del pais. Cualquier persona que quisiera viajar por el norte, tenía que pasar por Ciudad Esmeralda.

- Parece que hay mucho trenes detenidos en este lugar - comentó, Andrea. Siendo sigilosa con su voz y con sus pasos.- Tengan cuidado creo haber escuchado pisadas moribundas, cerca.

Prendiendo unas linternas, alumbramos con cuidado, intentando buscar alguna criatura cercana. Y tal como había sospechado Andrea, unos cuantos zombies deambulaban cerca de las vias de tren. Siendo meticulosos, Jorge y yo nos lanzamos contra ellos. Golpeandolos con mi bate y acabando con ellos, con el arma blanca de mi mejor amigo. Luego de encargarnos de las criaturas, pudimos notar que habían muchas más regados por toda la estación, incluso en las vias de tren, adentro de algunos de los trenes y hasta más haya del campo, por donde se extendían las multiples vias.

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