Todo estaba bien en la mañana cuando desperté. Recuerdo haber desayunado junto a mis padres, mientras veiamos la televisión. Todo parecia normal en las noticias, eran los tipicos problemas nacionales e internacionales de todos los dias, nada porque preocuparse de más. Comí unas tostadas y mi cereal, rapidamente, ya que mis amigos me esperaban a fuera de la casa, como todas las mañana. No más termine de comer, tomé mis cosas, me despedí de mis padres y salí por la puerta, confiado de que volveria a verlos en la noche. Al salir, todos mis amigos me saludaron, los mire y moviendo mi cabeza les devolví el saludo. Nos montamos en las bicicletas, y juntos comenzamos a andar por el vecindario, dirigiendonos al instituto. Como cualquier otro dia, atravesamos el parque, la plaza, los mercados y la zona de los dormitorios. Todo estaba normal, las personas hacian su vida diara como cualquier otro dia. En el parque, las personas se ejercitaban y corrian con sus mascotas. En la plaza, las personas mayores tomaban café y desayunaban juntos en los puestos de comida, mientras hablaban de sus vidas cotidianas o de sus añorados recuerdos. En los mercados, los vendedores preparaban sus puestos, listos para recibir a los clientes y ganarse el pan de cada dia. En los dormitorios, las luces estaban apagadas, posiblemente porque los estudiantes del turno nocturno aun seguian descansando. No habia nada extraño en esta mañana, era como cualquier otro dia de otoño.
En el instituto, el dia escolar fue como cualquier otro, no sucedio nada extraño. Recibimos las mismas siete clases de todos los martes, comenzando con Matematicas a las siete y media, y Lenguas, a las ocho y quince. Luego, salimos al primer receso. En este desayune juntos a Andrea, mi novia. Como todos los dias, comimos juntos en la cafeteria. Despues del receso, en la tercera y cuarta hora, tuvimos quimica. Primero recibimos clase teorica, y luego pasamos a la experimentación en el laboratorio. Durante la quinta hora, vimos una pelicula de la Segunda Guerra Mundial en la clase de Sociales. Por la duración de la pelicula perdimos el segundo receso. Unicamente nos dieron unos minutos para comer algo rapido e ir al baño. En las ultimas dos horas, recibimos clase de musica y educacion fisica, hasta las doce del medio dia, hora de salida. Cuando el dia escolar terminó, la mayoria de estudiantes tomaron sus cosas, y abandonaron el instituto, rapidamente. Algunos otros, se quedaron despues de clases, a los diversos clubes que el instituto brindaba, como danza, teatro, lectura, robotica, la banda escolar, el periodico escolar, equipos deportivos, etc. Por mi parte, tuve que quedarme luego de las clases, porque el Señor Ronald, el maestro de Quimica, me habia castigado por dormirme en sus horas de clase. Sere sincero, adoro la quimica, sin embargo, el señor Ronald era demasiado aburrido. Al momento de impartir clases, no podia concentrarme, ni ponerle atención. Siempre terminaba dormido en sus clases. Como castigo, el señor Ronald me puso a resolver multiples ejercicios vistos en clase, durantes dos largas horas.
Cuando el castigo terminó, el profesor Ronald me felicitó por realizar correctamente todos los ejercicios, y me pidio amablemente, que evitara dormirme en sus clases. Mirandole a los ojos, prometí que no volveria a pasar, aunque yo mismo sabia que eso era mentira. Luego de esa falsa promesa, abandone el salon de castigos y mientras baja por las gradas hacias la salida, pude ver a Andrea sentada a un lado, esperandome. Sin hacer ruido, me acerqué a ella y le di un pequeño susto por la espalda. Ella brincó, giró su cabeza y al ver que era yo, me golpeó en el brazo. Entre risas le pregunté:
- ¿Qué haces aqui?
- Te he estado esperando desde la salida. No sabia que te habian castigado - respondio mientras me miraba fijamente.- ¿Te has vuelto a pelear con alguien?
- No, me quede dormido en la clase de Ronald - expresé, poniendo mi brazo sobre su hombro.- Lamento haberte hecho esperar. Vamos a casa.- Tomandome de la mano, caminamos juntos hacia la salida.
En el camino a casa, entramos rapidamente, a una panaderia para comprar unos bollos rellenos de caramelo. Ella solia cenar en mi casa, por eso casi siempre comprabamos el postres en la misma panaderia a la hora de salida. Siempre comprabamos algo diferente, no nos gustaba repetir. Preferiamos ir probando todo lo que habia. Una vez que compramos los bollos, seguimos caminando por las calles del vecindario. Todo iba bien, no habia nada extraño, las calles estaban vacias, bastante solitarias como todos los dias. Unicamente un señor de traje, que parecia trabajar en una oficina, caminaba por delante de nosotros, a unos cuantos metros. Parecia estar en medio de una llamada o más bien, en una discusion, ya que se le notaba muy concentrado en lo que la otra persona decía. Aveces elevaba el tono de voz, para luego derretirse en un mar de disculpas. Sin ningun problema, caminamos unas cuantas calles atras de él, nosotros hablamos y reiamos, mientras él seguia en la llamada. Estabamos a nada de llegar a mi casa, cuando de repente en una intersección, alguien gritó:
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Hospital de los muertos
Terror"El dia en que el fin del mundo llegó, me despedí de mis padres por la mañana. Les dije que los amaba mucho, y me fui al instituto, pensando que en la noche los volveria a ver. Pero no, no fue asi, todo cambió, la vida cotidiana que todos teniamos l...