[Guillermo Ochoa]
El mexicano cumplía exactamente dos meses viviendo en Argentina, el tiempo pasó volando para él, entre buenos y malos momentos, a decir verdad, ya había ahorrado casi lo suficiente para regresar a México, pero no quería irse...
Sin pensarlo, nuevamente se había enamorado, dos meses pasaron para que pudiese olvidar a ese amor que le destrozó el alma y le hizo ver su suerte en un país desconocido, ahora, eso era sólo un amargo recuerdo, su presente era diferente, sus días se centraban únicamente en hacer el aseo de esa elegante mansión, pero la mejor parte ocurría en las noches, cuando el hijo del señor Messi lo visitaba en su habitación, o viceversa, Memo también era feliz de acompañarlo por las noches mientras Lionel hacia su tarea.
-¿Te falta mucho?-preguntó Memo, mientras admiraba la belleza del argentino que se había convertido en su todo.
-Sólo un poco y ya está-Lionel se acercó y le dio pequeño beso en los labios-¿en serio no es aburrido para vos verme hacer tareas solamente?
-Para nada, me gusta-Memo cerró sus ojos al recibir ese tierno beso-te imagino como el jefe de la empresa de tu padre y me causa emoción-sonrió.
-Pará con eso, Guillermo, sabés cuanto odio esa idea.
-Pero harás un buen trabajo, lo sé...
-Ése no es el problema, sino que de verdad detesto esta carrera y el hecho de que después de graduarme tendré que hacerme cargo de la empresa de mi padre, me rompe las pelotas esa idea.
-Tranquilo-besó la mejilla de su amado-no todo es tan malo como parece.
-Al menos te tengo a vos para quitarme todo el puto estrés que me genera mi padre con sus planes.
Guillermo asintió, sabía perfectamente que su relación era secreta, y que sólo esas cuatro paredes eran testigo del inmenso amor que le demostraba al argentino por las noches, Lionel se acercó al cuello de Memo y comenzó a besarlo, cosa que estremeció al rizado, el cual ya sabía a qué se refería con "quitarle el estrés", cada noche escuchaba cómo le había ido a Messi en la Universidad, en la empresa de su padre, etcétera, Guillermo sólo lo escuchaba e intentaba consolarlo, no es como si él pudiese contarle algo también, pues su día consistía simplemente en hacer el aseo y en esperar a su Lionel, pero Memo era feliz con eso, le gustaba saber que podía aportar algo en la vida de su amado, al menos por medio del acto sexual podía hacer que Messi desahogara el estrés y la presión de su día a día.
Sintió como las manos ajenas recorrían su cuerpo, pasando por su espalda hasta llegar a sus piernas, mientras los besos que el menor despositaba en su cuello humedecían su piel y comenzaba a sentir el deseo de que sus cuerpos se unieran como cada noche.
Memo pasó sus manos por el cabello de Lionel, y lo acarició con delicadeza, éste giró su rostro para estar frente al rizado y poder unir sus labios en un desesperado beso que delataba el deseo que ambos sentían, el argentino seguía acariciando sus piernas, de un momento a otro, se abrió paso entre ellas para quedar en medio, Memo sintió un nerviosismo recorrer su cuerpo, su amado le dejaba en claro con esas acciones que nuevamente lo haría suyo, esa idea hacía latir su corazón de felicidad, pues estar entre los brazos de Leo se convirtió en su lugar seguro y en lo único que tenía en esa nación tan lejana a su país de orígen.
Ese beso se profundizó, ahora sentía esas manos recorrer su trasero y presionarlo con fuerza, Lionel conocía ya cada parte de su cuerpo y tenía la confianza que Memo le daba para tocarlo a su gusto, pues el rizado también disfrutaba de ello, poco a poco sus cuerpos estaban tan juntos, que Memo sentía su trasero rozar con el bulto de su querido, esa sensación era muy familiar en él, pero no dejaba de temblar cada vez que sentía sus intimidades rozar.
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Entre Lágrimas [MESSI X OCHOA]
FanfictionGuillermo Ochoa es un joven de 22 años que salió de México para ir en busca de su primer gran amor, esa persona sólo lo engañó y dejó a su suerte en Argentina, un país totalmente desconocido para Memo, para su buena o mala suerte, encontraría trabaj...