Capítulo V

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"Han pasado muchas cosas desde que llegué a Argentina y cada experiencia ha sido más dura que la anterior, después de todo tenías razón mamá, siempre tuviste la razón...

Perdóname, Sergio no me convenía, pero me alegra informarte que él ya no forma parte de mi vida.

Aunque... No sé si me odies por hacerte abuela tan joven..."

Memo pensó durante unos minutos si sería buena idea enviar aquel mensaje a su madre, con quien perdió comunicación desde su llegada a la Argentina.

Finalmente, se arrepintió de hacerlo y borró el mensaje, sabía que ella se alegraría de saber que su relación con Sergio había terminado, pues nunca estuvo de acuerdo, sin embargo, a Memo le dolería demasiado un "Te lo dije" de su parte.

—Te extraño mucho, mami—dijo para sí mismo.

Sus ojos comenzaban a cristalizarse, pero se contuvo. Estaba cansado.

Desde que llegó a ese país las lágrimas se convirtieron en su pan de cada día y había llegado a su límite, una noche antes se prometió ser más fuerte por la motivación que llevaba en su vientre y no quería faltar a esa promesa.

Quizá no tenía mucho dinero, la ropa que usaba no era de gran valor, pero lo más valioso en su vida estaba en su interior.

Las lágrimas serán para después. Pensó.

A pesar de no dormir toda esa noche no se sentía cansado, quería trabajar mientras su embarazo no lo impidiera, quizá soportaría una semana más en esa casa y después buscaría otro empleo, pues deseaba estar lo más lejos posible de Lionel.

Aunque le dolía mucho pensar en Javier, desde el primer momento le ofreció una amistad sincera y leal, lo comprobó al recibir todo su apoyo el día anterior.

El golpe de la puerta interrumpió sus pensamientos, Guillermo dudó en responder, tenía la leve sospecha de que se trataba de Messi, si era así no dudaría en soltarle un golpe.

—Si sigo guardando esas ganas de golpearlo podría hacerle daño al bebé—se rió.

Pero los golpes eran más insistentes, así que abrió la puerta.

—Buen día, Guillermo.

—Señora, buenos días, no esperaba verla aquí—se sorprendió por la visita.

Se trataba de la madre de Lionel.

—¿Podés hablar un momento?

Memo asintió confundido.

—Mirá, antes que nada quería disculparme por entrometerme en esto, pero has sido un buen empleado después de todo.

—Descuide, esta es su casa y está en todo su derecho.

—Mi esposo me contó todo y pensé muchas cosas, como que Javier y vos no son de Argentina, por lo que imagino que será complicado que establezan su familia aquí, así que quería hacerte una pregunta—carraspeó—¿Cómo era tu vida en México?, ¿tenés alguna carrera o algo?

—No, señora, no la tengo...—agachó la mirada al recordar que dejó inconclusos sus estudios por Agüero.

—¿Y no te interesaría estudiar algo dentro de tus posibilidades?

Entre Lágrimas [MESSI X OCHOA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora