Capítulo siete: deseos

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Jeon,


Debo admitir que tu carta me ha dejado verdaderamente desconcertado. No esperaba leer que un hombre presentara sangrado, ahora comprendo mejor la razón de no mencionar nada al respecto. Estoy muy seguro y conociendo tu manera de analizar los casos que ya has descartado todo en cuanto a enfermedades.

Muchacho me temo que solo por esta ocasión no tengo conocimientos certeros que tengan fundamentos en que algo así puede pasar. Debo admitir que pensé que el viaje había afectado tu buen juicio, pero has dejado en mí la espina de la curiosidad y desde que leí tu carta no pude dejar de pensar en esto, encontrándome una y otra vez con un laberinto sin salida.

He preguntado con otros colegas, pero todos se han tomado en broma la situación, estuve muchos días sin tener éxito hasta que alguien accedió a hablar conmigo. Se trata de una mujer que asegura saber algo. No sabré si la información es verídica hasta que viaje en una semana para encontrarme con ella y lo que parece ser un caso similar al que mencionas.

Sigue investigando más, comparte con el paciente, involúcrate en su vida, si encuentras la razón puede que incluso seas exonerado de las especialidades en la escuela de medicina. Si el sangrado es natural, puede que estemos frente a un caso demasiado especial del cual no se tienen datos.

Cuídate muchacho, trata de ser discreto y espera mi respuesta en dos semanas.


Dr. Choi



Era la décima vez que leía la carta, remarcando de nuevo el párrafo donde se mencionaba que iría con una mujer. ¿Por qué con una mujer? Él había recurrido a la única mujer en el pueblo y no le dio respuesta alguna. ¿Se trataba de alguna partera? ¿Alguna mujer como la madre de Taehyung? ¿Por qué tenía que ser tan complicado todo?

Regresó su mirada hacia sus notas, tenía muchos tachones, algunas frases circuladas, otras que no sabía cómo encontrar explicación y ahora se le sumaba el ser testigo que verdaderamente aquel sangrado era natural como el de una mujer. Jungkook podía sentir que la cabeza le palpitaba en dolor.

Aún tenía presente aquella mañana después del sangrado cuando escuchó a Taehyung corriendo fuera de la habitación, encontrándolo con las sábanas entre sus manos mientras intentaba quitar aquella mancha. La situación era muy parecida a cuando presenció el sangrado de una de las doncellas en el palacio Real de la reina, había sido llamado para saber si se trataba de uno natural o bien se trataba de la pérdida de la virtud de aquella chica.

Una doncella que se suponía era virgen, una doncella que estaba sangrando naturalmente como lo hacía cada mes. Sangre que era muy igual a la que vio en la ropa de Taehyung y las sábanas.


̶̶̶̶D̶o̶n̶c̶e̶l̶l̶a = Taehyung / ¿Doncel?


— Jungkook – la voz de Taehyung le causó un escalofrío que lo hizo enderezarse de inmediato para buscarlo con la mirada, encontrándolo parado a unos cuantos pasos de la entrada de la cocina, cubierto por una manta gruesa y sosteniendo una lámpara de aceite – ¿Qué haces aún despierto? Es bastante tarde, ¿sucede algo?

— No es nada, solo no podía dormir y el leer me hace tener la mente ocupada para no pensar en... cosas

— Has pasado revisando ese papel desde la noche anterior. Jimin dijo que venía de Inglaterra y que era urgente, ¿acaso tiene información que me incluye? – Jungkook asintió sin más. Taehyung abultó un poco sus labios, empuñó más la manta y entre pasos lentos se fue acercando hasta la mesa donde se encontraba el doctor, colocando la lámpara al lado de la vela que estaba utilizando Jungkook para iluminar todo – ¿todas estas notas son por mí?

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